UNA PELÍCULA SOBRE EL ASESINATO DEL CANDIDATO DEL PRI
"La espiral
de corrupción y violencia en México proliferó con el asesinato del candidato presidencial Colosio" BEGOÑA PIÑA*
EL CINEASTA CARLOS BOLADO denuncia en Colosio,
el asesinato la implicación de Salinas de Gortari en la muerte del
candidato presidencial del PRI en las elecciones de 1994.
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El
cineasta Carlos Bolado señala al presidente mexicano Carlos Salinas de Gortari
como responsable del asesinato, en 1994, de Luis Donaldo Colosio, candidato a
la presidencia por el PRI. Así lo denuncia en la película Colosio, el asesinato, una ficción que hace públicos los
rumores que han circulado por el país los últimos 19 años. Amenazas y miedo han
acompañado al director y guionista en este trabajo, un filme en el que revisa
unos hechos recientes, un atentado que, según él, "consolidó la corrupción política y desató la espiral de violencia que
vive hoy México".
En
plena campaña electoral, el 23 de marzo de 1994, el candidato del PRI a la
presidencia de México, Luis Donaldo Colosio, fue asesinado durante un mitin en
Taurinas (Tijuana). La
Fiscalía Especial investigó los hechos y finalmente señaló a
un único culpable, Mario Aburto Martínez.
La
inmensa mayoría de los mexicanos no creyó la versión oficial que se dio. Por el
país entero comenzó a correr un rumor, cada vez más consistente, de que tras el
atentado se encontraba una conspiración del propio partido, liderada ni más ni
menos que por el presidente Salinas de Gortari.
Más
de quince personas que estuvieron en el mitin aquel día fueron asesinadas
posteriormente. Eran testigos peligrosos, que, como ahora hace Carlos Bolado,
hubieran podido sacar a la luz hechos relevantes que cambiaran definitivamente
la mirada sobre aquel atentado.
El
director, con la complicidad de Hugo Rodríguez y Miguel Necoechea en el guión,
y de los actores José María Yazpik y Daniel Giménez Cacho, ordena los sucesos
de aquel día, explica los intereses políticos que pusieron a los miembros
influyentes del PRI en contra de su propio candidato, señala los errores de la
investigación y, finalmente, muestra algunas de las primeras consecuencias del
atentado.
Han
pasado diecinueve años desde el asesinato, ¿cuánta influencia tiene esta
historia hoy en la vida política de México?
Mucha,
tiene mucha influencia en el resultado del México de hoy. Aunque aparentemente
parece que tiene poca, porque como gran parte de la historia reciente de
México, no quieren que se conozca.
¿Cómo
afectó este crimen al país? y ¿cómo le afectó a usted?
El
país se sintió huérfano, acostumbrados a una sucesión sexenal por casi 70 años.
Un asesinato así, del candidato del partido en el poder por esos 70 años,
generó mucha ansiedad e incertidumbre. A mí me preocupó muchísimo como a tantos
mexicanos.
¿Qué
le escandalizó más al investigar para hacer la película?
La
corrupción imperante y la lucha interna en el partido. Y con ese crimen se
consolidó la corrupción política y se desató la espiral de violencia que vive
hoy México.
Usted
reescribió un primer guión que se había escrito diez años antes. Entonces,
había ya quince testigos asesinados. Rodar entonces hubiera sido imposible...
Sí,
no se hubiera podido filmar entonces. Y precisamente por eso no se hizo.
Después del atentado, el PRI seguía en el gobierno y difícilmente las gentes
que se habían beneficiado del cambio habrían dejado proceder la película.
A
pesar del tiempo que ha pasado, ¿ha tenido miedo haciendo esta película?
¿Recibieron alguna amenaza?
Recibimos
amenazas veladas, sí. Y sí, he tenido miedo. He tenido miedo al hacer la
película, afortunadamente, mi hijo vive en Estados Unidos.
Ha
dicho que los crímenes de Estado son una costumbre en México, ¿llevar éste a la
ficción es una manera de denunciarlo?
Pues
sí, hay que contar nuestra historia. Ya sabemos la famosa frase de que los
pueblos que no conocen su historia tienden a repetirla. Pero si empezamos a revisar
la historia de México nos encontramos con muchos crímenes no resueltos.
¿Y
usted cree que el cine puede servir como arma contra la impunidad de los
poderosos?
Hacer
olitas y hacer lo justo. A mí me tocó estar ahí y contar esa historia. Eso es,
además, mi deber y mi derecho.
Pero
realmente siento que hacerlo es sólo una cuestión de civismo, porque nuestro
discurso, desde el cine, llega a miles de personas, no llega a millones como
desde la televisión.
En
México se estrenó la película poco antes de las elecciones, ¿tuvo algún efecto?
No
realmente, aunque posiblemente sí despertó algo de conciencia crítica, que es
nuestra labor. Frente a una campaña apoyada con grandes medios de comunicación,
el cine no tiene nada que hacer.
¿La
salud política de un país para por conocer la verdad?
Definitivamente.
Las cosas claras y la casa limpia. Si no... ¿?
La
película apunta vínculos del narcotráfico con los políticos, cosa que no es
exclusiva de México, ¿esa relación retrata la política de hoy?
Claro,
así es. Las drogas deben de legalizarse, generan demasiado capital para que no
puedan corromper a cualquiera. ¡Basta de sangre y gastos enormes en una guerra
absurda y perdida de entrada!
Colosio,
el asesinato mezcla
Historia, política y cine, ¿qué le interesa más de ello?
Por
supuesto, el cine. Pero me encanta la Historia. La política es un mal necesario.
Tenemos que participar los que podemos decir algo.
En
su país han visto la película más de un millón de personas, ¿los mexicanos
están reclamando que les cuenten la verdad?
Sí,
están reclamando su pasado para entender su presente. Están reclamando que les
cuenten esa verdad.
Ha
hecho también una película sobre la matanza en Tlatelolco en 1968 y otra sobre la Operación Cóndor,
¿qué puede contar de ellas?
La
de Tlatelolco la filmé en el 2010 y acaba de salir. Fue una oferta a la que no
pude decir no. Olvidados (que
sucede en los 70 durante la
Operación Cóndor)
la filmé en Bolivia y un poco en Chile y fui contratado después de que la
productora vio Colosio en UCLA en Los Ángeles. *Público
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