DROGAS Y ALCOHOL
Derechos y obligaciones de los jóvenes
TEO LUNA
“Un hombre debe ser
lo suficientemente grande como para admitir sus errores, lo suficientemente
inteligente como para aprovecharlos y lo suficientemente fuerte para
corregirlos.” John Maxwell.
FUI UN JOVEN ALCOHÓLICO, un adicto, drogadicto. Algún día, me gustaría sentarme al
lado de una chimenea, sentado en un cómodo sillón y enfrente una pequeña mesa para escribir de puño y letra sobre el tiempo
valioso que yo tiré por el caño de la basura, hacer un inventario en mis
enormes pérdidas como el quedarme dormido toda la mañana por amanecer crudo;
más aún, mis interminables borracheras en cantinas, restaurantes, en eventos
sociales o casas de amistades o en la propia.
Horas que desperdicié jugando
dominó, la gente qué dejé plantada, primero porque no me levantaba, segundo, se
me olvidaba.
Sumar
también, los litros de tequila que consumí desde los 17 hasta los 42 años,
incluyendo las coronitas, en cantidades y en litros de cerveza, lo que ingerí
en mi carrera alcohólica, desde vermut, vinos de mesa, tinto, rosado y blanco,
en vodka, ron, brandis, coñac, chinchón, los cigarros y los puros que me fumé.
Vivo
de milagro, llegué a pesar menos de 50 kilos. Lo perdí todo y si sumo dinero,
litros de alcohol, kilos de cocaína, antidepresivos, cajetillas de cigarros, mi
salud, el tiempo que perdí, sin duda estaría próximo al récord Guiness del
mediocre de los mediocres. ¿Conoces a alguien como yo que tenga las mismas pérdidas?
Vivo
solo por la gracia de Dios. Estuve muerto en vida, atrapado sin salida, ame la
radio, tuve un gran éxito con mi programa estatal, La Voz de Chihuahua, hice un gran semillero de periodistas, hice
escuela, pero de nada sirvió todo lo bueno, mi adicción lo borro todo.
Los derechos de los
jóvenes
Ahora,
mis años limpio me permiten hablarles a los jóvenes como les hablo: Tienes
derecho a ser libre, a disfrutar de tu sexualidad, a escoger a tus amistades y
tus diversiones; tienes derecho a expresarte, a hablar lo que sientes, piensas
y te inquieta, tienes espacio que garantiza tu libertad de acción, pensamiento
y movimiento, eres libre de conducir en tu auto por la ciudad, en convivir con
tus amigos en fiestas, en días de campo, lunadas, pijamadas.
Igual
tienes derecho de vestirte y usar tu cabellera como te plazca, tienes derecho a
un techo, a disfrutar de tus sagrados alimentos, al baño diario con agua
calientita, a tu espacio para descansar en tu propio cuarto a ver tus programas
favoritos de televisión, a la Internet, y a juntarte con tu mundo. Hay, pues,
un mundo de derechos que los jóvenes disfrutan y, cuando no los tienen, hacen
el gran berrinche, son groseros, déspotas, propiamente ingratos, mal
agradecidos y expertos en echar culpas.
Juventud divino
tesoro
Tienes
una manera tan vulgar de hablar que no es más que una clara muestra de la
carencia de respeto que le tienes a tu familia y a tu hogar; si así hablas, tus
miserias espirituales se manifiestan, crees que todo son fiestas y reuniones,
exiges dinero para ir al cine, a comprar helados, hamburguesas o elotes, cuando
en casa hay muchas necesidades y esos cien o doscientos pesos que día con día
te consumes, pueden servir para infinidad de cosas. Vives una fantasía, te
levantas en vacaciones a las 3 de la tarde, es un verdadero sufrimiento despertarte
como si fueras un niño de tres años.
Llegamos
tarde todos los días debido a tu ausencia de responsabilidad, a tu pereza a la
lentitud en que te arreglas y no se te puede decir nada, porque pones tu carota
y con el tiempo, se ha hecho costumbre, te has convertido en el ser intocable,
en el ser merecedor, en el ser que todos despreciamos por tus actitudes
violentas, por tus agresiones verbales y porque careces de respeto, de amor
propio y amor a la familia, no tienes derecho a ejercer éstas actitudes tan
nefastas.
Me
queda claro, que ésta enfermedad, es emocional, mental, física, espiritual, es
contagiosa, sutil, burlona, progresiva y mortal y lo más triste es que tienes
que vivir tu propia experiencia. Nadie escarmienta en cabeza ajena, y lo que le
das a la vida, la vida te lo regresa con creces.
A
mí, se me fueron grandes oportunidades de negocios, perdí grandes momentos para
consolidar un presente y un futuro, no tuve la visión ni la capacidad de
ahorrar, derroché dinero, derroché salud, derroché juventud. Ahora, estoy vivo,
me salvé de morir muchas veces, pero sufro las consecuencias en todos los
sentidos y hay muchos daños
irreversibles.
De
repente, cumplí 50 años, mi mujer, me hizo una fiesta sorpresa, ahora tengo 56
y trato de vivir el día como si fuera el ultimo de mi vida, pero ya no tengo la
misma energía, ya no es lo mismo tirar trancazos y ahora sé que el tiempo pedido. Jamás se
recupera, la maldita cocaína, que ahora quien legalizar su producción,
comercialización y consumo en México, generó en mi severas consecuencias.
A ti joven amigo:
¿Quién
te da derecho de hablarles como les hablas a tus padres, de ignorarlos, de
ausentarte con tus responsabilidades, el hacerte que se te olvidan las cosas
cuando se te pide un favor y dices que sí, luego, lo mismo de siempre: Se me
olvido? ¿Quién te da el derecho de sentirte el marqués de tu casa, el que no es
capaz ni de limpiar el plato en el cual comes, dime, con qué derecho te emborrachas,
te drogas, te hundes en las adicciones y claudicas a tu presente y a tu futuro?
Dime, ¿con qué criterios vas a educar a tus
hijos, con qué estrategias, como le vas a hacer para que tus hijos no sean como
tú? Tiempo al tiempo, tendrás que vivir tus propias vivencias, eres un
fracasado, quien fracasa consigo mismo, fracasa en sus relaciones de pareja, en
su vida social y laboral, lo que te espera, es un infierno que tú mismo estás
construyendo. Vive tu propia experiencia y que Dios te bendiga. El que siembra
vientos, cosecha tempestades. Te recomiendo mis libros, en especial. Un
drogadicto en Casa y La Saliva del Diablo.- www.crisiscreces.com
.
No deseo que nadie en el mundo se humille como yo me humillé ante la droga, ni
sufra lo que yo sufrí, tú eliges, tú libertad o tú esclavitud.
Como siempre estoy a tus órdenes y que dios te cuide. Sigue mi huella Twitter @teo_luna
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