Declaración del 1025 aniversario del bautismo
de Rusia
Declaración de los jefes y representantes de
las iglesias ortodoxas locales reunidas en la celebración del 1025 aniversario
del bautismo de Rusia
LOS PRIMADOS y los representantes de las
Iglesias Ortodoxas Locales, reunidos en Moscú para las celebraciones en honor
del 1025 aniversario del Bautismo
de Rusia, han emitido un comunicado
conjunto, cuyo tema principal es la situación de los cristianos en el Medio
Oriente. El 25 de julio, durante una reunión en el Kremlin, el texto de esta
declaración fue dada por Su Santidad el Patriarca Kirill, en nombre de todos
los presentes, al Presidente de la Federación Rusa, Vladimir Putin.
Nosotros, los Jefes y representantes de las
Iglesias Ortodoxas Locales, reunidos en Moscú por invitación del Patriarca de
Moscú y de toda Rusia, Kirill; con motivo de la celebración del 1025 aniversario del Bautismo de Rusia, creemos
que nuestra obligación es hablar en defensa de nuestros hermanos cristianos que
hoy son perseguidos por su fe en diversas regiones del mundo.
Miles de creyentes en Cristo están expuestos
diariamente a ser atormentados y torturados, obligados a abandonar sus hogares,
aún más, muchos ya han sido asesinados.
Los informes de tortura y asesinatos de
cristianos proceden de Nigeria, Pakistán, Afganistán e India. En Kosovo, los
santuarios han sido profanados, muchas iglesias fueron destruidas, y muchas
personas perdieron la oportunidad de visitar las tumbas de sus seres queridos y
rezar a Dios en la tierra de sus antepasados.
La situación en el Medio Oriente causa una
profunda preocupación. Un gran número de países de la región, están siendo
barridos por una ola de violencia y de
terror, en donde las víctimas son
cristianos. Libia, donde los cristianos han desaparecido casi por completo, se
ha dividido en tribus que constantemente se encuentran en guerra unos contra
otros. Por otro lado, los ataques terroristas continúan en Irak, allá, del
millón y medio de cristianos que vivían hasta hace poco, no queda, más que
una décima parte. La situación en Egipto
es cada vez más alarmante, allí, la batalla acaba de entrar en una nueva fase
de hechos sangrientos, y se nota un éxodo masivo de la población cristiana de
su patria. El dolor y el sufrimiento han caído sobre las familias de miles de
personas comunes e indefensas. Por regla general, el conflicto ha afectado en primer lugar, a los grupos más
desprotegidos de la población, incluidas las minorías étnicas y religiosas.
En septiembre de 2010, se celebró en Chipre
una reunión de los primados de las Iglesias del Medio Oriente, que han
expresado su profunda preocupación por la situación en esta región y su miedo
por el futuro de los cristianos que viven allí. Se expresó la misma
preocupación en reuniones similares en agosto de 2011 en Jordania, en
septiembre del mismo año en Constantinopla y en marzo de 2012, en Chipre. Se
adoptó una declaración en apoyo de los cristianos que sufren en el Medio
Oriente en la reunión de los jefes y representantes de siete iglesias ortodoxas
locales, la cual se celebró en Moscú en
noviembre de 2011.
Hoy en día la situación en Siria es
especialmente trágica. En el fragor de la guerra civil, los cristianos, así
como los miembros de otros grupos religiosos, son masacrados, expulsados de
sus ciudades y pueblos, de los lugares donde habían vivido fraternalmente durante siglos, al lado de miembros de otras
tradiciones religiosas.
Los grupos paramilitares no
desaprovechan ningún medio para alcanzar
sus objetivos. Sus miembros radicales van empujando hasta el límite, sus actividades delictivas. Las escenas
horribles de violencia, ejecuciones públicas, la humillación a la dignidad de
la persona, y todo tipo de violación de los derechos humanos, se han convertido
en hechos habituales. Los secuestros y
asesinatos, a menudo cometidos trivialmente con fines de lucro, ahora están a
la orden del día. Los extremistas no dudan en humillar a figuras religiosas,
siendo que el Este, siempre se había caracterizado por su respeto a las mismas.
Los medios de comunicación del mundo, así
como muchos políticos, guardan silencio sobre la tragedia de los cristianos en
el Medio Oriente.
Expresamos nuestra solidaridad con Su
Beatitud el Patriarca de Antioquía y todo Oriente John X, quien no ha sido capaz de compartir con nosotros la
alegría de la fiesta de hoy, después de haber tenido que quedarse con su rebaño
en un momento tan difícil. Nuestras oraciones están con él y con nuestros
hermanos y hermanas en Cristo que como dice la Escritura “son muertos todo el
día” (cf. Romanos 8, 36).
Sufrimos junto con todas las personas que
padecen en Siria. Exigimos la liberación
inmediata de los jerarcas prominentes cristianos de Siria, capturados por los
rebeldes en el mes de abril: Paulos Yazigy, Metropolita de Alepo y Alejandría,
y por el metropolita siriaco ortodoxo de Alepo, Mar Gregorios Yohanna Ibrahim.
Hacemos un llamamiento a todas las partes en
el conflicto, como a aquellos que son
capaces de ejercer influencia política sobre la situación de:
1. Detener la ola de violencia y el
exterminio de la población civil.
2. Imponer una moratoria de las operaciones
militares, para que una solución pacífica del conflicto civil pueda ser
resuelta en la mesa de negociaciones.
3. Liberar a los clérigos y a otros civiles
secuestrados.
Como siervos de Dios Eterno, elevamos
nuestras oraciones con fervor al Príncipe de la Paz, el Señor Todopoderoso,
para el restablecimiento de la paz y del amor fraterno en la tierra del Medio
Oriente, para el pronto retorno de los refugiados a sus pueblos, para la
curación de los heridos y por el descanso eterno de las víctimas inocentes. Que
el Señor inspire a todos los involucrados para detener la guerra contra la sabiduría y en la buena
voluntad!
La declaración fue firmada por los siguientes
Jefes y Representantes de las Iglesias Ortodoxas:
Su Beatitud Teodoro II, Patriarca de
Alejandría y toda África.
Antonio,
Metropolita de México, Centroamérica, el Caribe y Venezuela, y Jefe de
la Delegación del Patriarcado de Antioquía.
Su Beatitud Teófilo III, Patriarca de la
Ciudad Santa de Jerusalén y toda Palestina.
Su Santidad Kirill, Patriarca de Moscú y de
toda Rusia.
Su Santidad y Beatitud Elías II,
Catholicos-Patriarca de toda Georgia.
Su Santidad Ireneo, Patriarca de Serbia.
El metropolita Josef de Europa Occidental,
jefe de la delegación de la Iglesia Ortodoxa Rumana.
Su Santidad Neophyte, Patriarca de Bulgaria.
Su Beatitud Crisóstomo II, arzobispo de Nueva
Justiniana y de todo Chipre.
Procopios, Metropolita de Filippos, Neapolis
y Fasos, así como jefe de la delegación de la Iglesia Ortodoxa de Grecia.
Su Beatitud Savva, Metropolita de Varsovia y de todo Polonia.
Arzobispo de Rostislav Preshov, jefe de la
delegación de la Iglesia Ortodoxa de Checoslovaquia.
Su Beatitud Tycho Metropolita de Norteamérica
y Canadá.
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