Revolución como una moda juvenil o proyecto existencia inconclusa
PEDRO ECHEVERRÍA V.
1. Que buen
título y tema me ha sugerido mi amigo Héctor Malavé desde Campeche, a raíz de su
lectura de un artículo sobre Dany el Rojo (Cohn Bendit) que, según me dice, más tarde
este personaje se integró al Verde y después sería elegido como “teniente de
alcalde en Fráncfort”. En realidad poco me interesa en qué hayan terminado los
líderes de 1968 en Francia, México, Alemania, EEUU o Checoslovaquia. Comprendo
que no es un problema individual sino del significado social, colectivo, de
aquellas batallas que se extendieron en el mundo. ¿Puede negarse acaso que la
década de los años sesenta representó una gran revolución juvenil, de la mujer,
la educación, en el mundo?
2. Lo raro es que
sigan existiendo unos cuantos “loquitos” que después de 50 años de activismo
sigan gozando de su libertad de pensar y decidir por cuenta propia. Hablando
del Mayo francés, recuerdo que a
mediados de los setenta mi amigo Carlos Beas y yo fuimos “tomateados” en el
auditorio Che Guevara por defender
los derechos a manifestarse de “los nuevos filósofos franceses” que criticaban
a los llamados “países socialistas” que ya desde aquellos tiempos decíamos que
no eran tales. Algunos de esos “filósofos” (Glucksman, Levi,) le entraron al
capitalismo, como también hoy muchísimos mexicanos que así mismos se decían o
dicen comunistas son funcionarios de gobierno.
3. En otra ocasión
he escrito recordando la muy baja e insultante comparación que se ha hecho de los
“comunistas” oportunistas con los rábanos diciendo que son rojos por fuera y
blancos por dentro. Incluso el millonario dirigente empresarial en la burla
decía con todo cinismo que “le gustaría que sus hijos fueran activos comunistas
de jóvenes para cuando maduren sean magníficos administradores del
capitalismo”. Reconocía la honestidad y el trabajo fuerte de los jóvenes que
entraban con pasión al marxismo, al socialismo y al anarquismo, pero le parecía
que ya maduros era un error no entrarle a los negocios o al presupuesto
gubernamental. Era, sin duda, un insulto a los luchadores sociales.
4. Y sí, como me
sugiere Malavé ejemplificando con Cohn Bendit: Sería interesante indagar el
porcentaje de jóvenes que toman la “revolución” como moda juvenil para luego
ser aventajados políticos del sistema capitalista de explotación. Basta con
decir que hay personajes de la llamada “izquierda” que de manera oportunista,
asumieron su primera diputación en los sesentas y llevan más de 40 años
brincando sin fallar, de un cargo a otro. El nonagenario Fidel Velázquez -al
que tanto combatimos porque llevaba casi 50 años en la dirección de la CTM- les va a quedar chico; es decir, así como los
políticos del PRI, del PAN y otros no tienen llenadera, así también los que en
unos años se autocalificaron de izquierda.
5. Además es un
proceso “natural”, según el pensador de principios del XX, José Ingenieros.
Todos los jóvenes tienden a ser naturalmente revolucionarios porque cuestionan
todo, porque están en continua búsqueda; quieren conocer todo, quieren
transformar las cosas; pero la inmensa mayoría con apego al sistema de
dominación, después de casarse, tener hijos y la “responsabilidad” de mantener
a una familia, se convierte en conservadores olvidando sus tiempos juveniles. Y
esto lo sabe muy bien la clase dominante y por eso se burla de la “moda
juvenil”. Sólo una minoría puede pasarse la vida en las luchas por la
transformación revolucionaria y conservar su integridad dedicado a esas tareas.
6. Mi amigo Pancho me decía hace 40 años: “No te
olvides que la carrera de la
Revolución es muy larga, es de 100 kilómetros;
tienes que adecuar la velocidad para que llegues o, cansado, te quedarás en el
camino”. La realidad es que casi todos -o todos- se quedan en el camino; sobre
todo aquellos que aparentan ir con mucha velocidad para distinguirse como
dirigentes. Las revoluciones surgen cuando están dadas las coyunturas altas
para los de abajo y en declive para la clase dominante. Los que lograr enraizar
en sus ideas y actividades -que son muy pocos- sólo alcanzan colaborar para
cambiar la correlación de fuerzas, pero serán los jóvenes los lograrán cambiar
radicalmente las estructuras. Los que se quedan, pues se quedan.
http://pedroecheverríav.wordpress.com
Esta dirección electrónica esta protegida contra spam bots. Necesita activar JavaScript para visualizarla
More articles by this author
|