Gruñego
Suena el teléfono: “Manolo, que te estoy llamando por la cortadora de césped.” “¡Hombre, pues se te escucha muy bien!”
SADE
A propósito de las citas sobre este famoso autor, un queridolector me dice: “Revisa el principio conocido como la navaja de Ockham y verás cómo Sade lo aplica llevándolo a situaciones extremas, aunque para ello pervierte sádicamente ese principio en su argumentación.
Las dos premisas de su argumentación: 1) no multiplicar innecesariamente las causas 2) solo lo comprensible (en términos filosóficos: lo racional) es creíble (en términos teológicos: la fe) son una mescolanza de principios que traicionan la identidad de otros tantos. Uno de los grandes descubrimientos de nuestra ciencia es que lo cognitivo es mucho más que lo racional. Con esta ya son varias entregas que haces sobre Sade. ¿Cuál es el valor para ti de su obra? ¿Por qué lo lees o relees en estos tiempos? Hay un ensayo que quizá pueda interesarte: Los sistemas de la agresión.
Para mí, el valor de Sade es el de un antídoto: contra la feliz filosofía y establishment de su época --Rousseau, la Ilustración, incluso la Revolución-- las observaciones y ocurrencias de Sade vuelven a poner a la persona sobre la tierra. Kenneth Clark hace una comparación interesante: Rousseau canta la armonía y belleza e inocencia de la naturaleza, y como arquetipo de ello nos da al buen salvaje. Sade dice: ¡puah! La naturaleza respira crimen. Y como cifra de ello nos da los sistemas de la agresión y de la violencia. ¿Quién será el antídoto de nuestra época?” No había hecho conciencia de mi asiduidad con Sade; de hecho, no es ni de lejos de mis autores predilectos.
OPIO
Fuente: la palabra del día. “Opio. Se obtiene a partir de las cápsulas verdes de la amapola. Los griegos llamaron opion, diminutivo de opós ‘jugo vegetal’, al jugo de las adormideras, cuyo poder hipnótico y euforizante ya conocían hace seis mil años los sumerios, que llamaban a la adormidera ‘planta de la alegría’.
Este nombre aparece documentado en latín por Plinio como opium, con el mismo significado, en el siglo I de nuestra era. Homero describe en la Odisea los efectos de esta planta muy conocida en la Grecia clásica, aunque su uso, curiosamente, no se haya extendido al resto de Europa a partir de los griegos, sino de los árabes.
Estos recogían el opio en Egipto, donde se usaba con mucha frecuencia en medicina, y lo llevaban para venderlo tanto en Oriente como en Occidente: fueron así los primeros narcotraficantes, en un tiempo en que esa profesión estaba menos desprestigiada, aunque rendía, en compensación, menos ganancias que hoy. Opio tiene un sinónimo poco conocido en español, a pesar de que figura en el Diccionario de la Real Academia: anfión, documentado por primera vez en 1609 en el Diccionario de germanía, de Juan Hidalgo, y que llegó a nuestra lengua a través del portugués anfião, que también proviene del griego opion. Hasta el siglo XIX, la venta de esta droga era libre, pues estaba rodeada por un aura de sustancia benéfica que aliviaba dolores y sufrimientos. Ese fue el sentido que le dio Karl Marx cuando dijo ‘la religión es el opio de los pueblos’.” Corominas dice que la palabra ya se usaba en el castellano de 1555 y era “poco popular”.
OOOOOOMMMMMM
Recuerda meditar cuanto puedas, cuando puedas.
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