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Da topes de umbrío dolor  no la muerte total  poeta  la póstuma dolencia que tanto se teme poeta el misterio de la bruma de tan de uno 
 La muerte encabronada  poeta  que de la neuralgia hace la más intensa tempestad con las enmudecidas fauces del relámpago el tamborín de pelícanos presos en el pecho que percuten y repercuten el fragor inútil de su salida 
Muerte cabestra  poeta  que le compite a la vida la peor de las elipses el vericueto endiablado  de un crucigrama imposible de resolver 
Muerte cabra  poeta  montura en la unimismidad de una despedida 
Muerte cobra  poeta  áspid enrollada entre las sienes 
 Muerte cebra  poeta  re-vestida a rayas en la prisión de una pesadilla 
Muerte céfira  poeta  sin céfiro  mas tartufiana en sus embrollos de marfil 
La muerte encabrita  poeta  cuando se asocia inquisitorial  con el prólogo de la vida macera  masacra con su estampida de frialdad helada y unívoca para el único para el muerto por acaecer para el ser a solas para el ser sin Hamlet que interrogue 
Muerte cabriola  poeta  de voltereta impía en la fatalidad de su mareo 
 Muerte culebrina y parca en su hueserío  poeta  que a sí misma se doblega  frente a la muerte absoluta que acaba con todo  en un haz de bálsamo sin nadie 
Pero antes que muerte tan cabrona  poeta  este cabrón dolor de vida que la acompasa en hiato de jauría 
(muerte previa   que tanto cabronea  poeta) 
 
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