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Edición 344

FEL 1

 

FEL 2

 

ASUSTA LA INDIFERENCIA con que la sociedad toma los anuncios oficiales sobre recortes de plazas laborales tanto en la administración pública como en la iniciativa privada.

 

NINGÚN representante sindical ni los activistas sociales y políticos salen a responder y menos a proponer alternativas ante la disyuntiva del gobierno o de los patrones de tener que reducir los puestos de trabajo por el déficit presupuestal o por la caída de las ventas, según el caso, y eso pasa por tener que dejar sin empleo a decenas o a cientos de miles de personas.
Más duele que millones de jóvenes caigan en la misma categoría o peor que sus anhelos de conseguir alguna ocupación digna se frustren ahora más que nunca.

 

La misma historia


FEL 3Siempre es la misma historia, y uno se pegunta ¿dónde están esos supuestos sabios o expertos preparados en las famosas universidades extranjeras, que pronto agarran puestos directivos por exhibir sus diplomas, pero no resuelven nada?
México es ejemplo de que ya los empleadores llevaron a la informalidad al 60% de la población económicamente activa (PEA) y ese porcentaje resulta ofensivo para toda democracia que se respete. En ningún país de la OCDE existe ese dato tan revelador, que debiera motivar al gobierno y a los empresarios a dar un giro radical. Tampoco pasa nada.


Por tal razón van estas líneas como crítica y propuesta.

Sin pretender justificar ni descalificar las razones de los empleadores para reducir los puestos de trabajo, las siguientes propuestas se ubican en la perspectiva de que ante una mega crisis como la de México los gobernantes deben adoptar la solución menos mala.

 

Conforme a la demanda

 

Hay antecedentes de que ante las circunstancias difíciles, que hacen inviable sostener la planta productiva, en muchos países los patrones adoptan una serie de medidas como los paros técnicos y las prejubilaciones para reducir el costo de la nómina. En el primer caso suspenden las jornadas ordinarias y los sueldos y sólo se trabaja bajo requerimiento específico y durante cierto tiempo conforme a la demanda.

Aunque los empleados son afectados en mayor o menor medida, esta estrategia resulta conveniente porque permite la sobrevivencia de la empresa y de los mismos trabajadores en lo que mejoran los tiempos que llevaron a tal desenlace. En las prejubilaciones, mediante acuerdo, se anticipa la edad de retiro de los que entran en tal categoría y se aligera la carga presupuestal.
Otras medidas que pudieran adoptar los empleadores son: reducción de horas de trabajo y sus correspondientes honorarios; retiro involuntario bajo acuerdo o mediante sorteo para los de más años laborando; reducción de salarios para quienes decidan conservar el puesto; para otros, vacaciones sin goce de sueldo y mínimo un número de veces obligatorio, por ejemplo una semana al mes.
En la misma línea de análisis, también se podría instrumentar la transferencia de empleados a otras unidades productivas a administrativas; así como permisos sin goce de sueldo ni prerrogativas, salvo la de seguro médico, por períodos prolongados establecidos de común acuerdo.

 

FEL 4

 

 

Base fundamental


Todas estas medidas tendrían que ser bajo negociación con todos los involucrados, pero bajo la disyuntiva de que es una u otra o la calle, y siempre bajo el principio de no discriminación que es base fundamental de una democracia avanzada, y ¿qué quiere decir esto?, que esta gama de alternativas debiera efectuarse voluntariamente o bajo sorteo inevitable, pero siempre otorgando al afectado la primacía de recuperar su posición al menos en idénticas condiciones en cuanto lo favorezcan las circunstancias que propiciaron la situación (en el caso de México el desplome a mínimos históricos de los precios del petróleo).

El marco legal no debe ser pretexto para la aplicación de una estrategia como la presente porque no se ha respetado, salvo en casos de conveniencia para los patrones, y la actual ley desfavorable de por sí para las partes, tampoco se aplica. Fue concebida para tiempos ordinarios y lo que enfrentan México y el mundo son circunstancias de excepción, por múltiples razones, que obligan a los empleadores a buscar soluciones (aunque resulte que en no pocos casos todo lo complican).

Qué fácil resulta anunciar el despido de cientos o miles de personas. ¿Y la responsabilidad social? ¿Y los niños que se quedarán sin comer? ¿Y quiénes permanecen en los puestos? Los amigos de los amigos. Los trabajadores deben recibir opciones y los empleadores deben recurrir al menos a principios de equidad y capacidades; en todo caso a la suerte, pero no al viejo sistema de favorecer a los amigos de los amigos. Muchos empleados aceptarán ciertas pérdidas ante la encrucijada de verse totalmente sin trabajo.

 

La peor de todas las opciones


Lo único cierto es que mandar a la gente a la calle es la peor de todas las opciones. Ninguna democracia sobrevive en paz con el 60% de su población en la informalidad.

FEL 5¿Y qué es lo reprobable de todo esto?, que las autoridades, los empresarios, los activistas, los legisladores y los dirigentes de partidos han matado el tiempo discutiendo asuntos de segunda importancia en lugar de apresurarse a reformar la ley laboral agregando algunos artículos transitorios para las circunstancias de excepción que atraviesa el país.

Los empresarios con visión corta no desperdician oportunidad para desprenderse de toda conquista de los trabajadores, aunque a la larga se les revierta porque, como ha pasado, redujeron el poder adquisitivo a niveles históricos y eso acaba perjudicando a todos.

Once millones de gente en pobreza extrema no es poca cosa. Los pobres de los pobres acaban siendo un lastre para toda sociedad. 

Al margen de la actual coyuntura, el país no debe dar cabida a las filosofías personalistas o excluyentes. Muchos ricos, convertidos en millonarios en los últimos gobiernos a costa del empobrecimiento de las mayorías, sólo exhiben la fragilidad de las instituciones nacionales.

 

Salvar al país


FEL 6Presidente: salve al país, salve a millones de jóvenes de la criminalidad, y sálvese usted; le queda un reducido margen y se agota antes del relevo de su gobierno. No lo desperdicie, no deje a otros la crisis agravada que le heredaron. ¿Por qué no anuncia un verdadero plan de austeridad en su administración que elimine privilegios inaceptables como los viáticos abusivos que se adjudican quienes viajan al extranjero, entre muchos otros?

La posición de quien esto escribe es que no debe haber una sola persona que quiera trabajar sin esa oportunidad. A todos debe quedarnos claro, y en particular a los próximos candidatos presidenciales, que la solución no es dejar a la gente en la calle; o nos salvamos todos o el país naufraga, y el barco hace agua en varios frentes.

*Periodista mexicano, residente en Chicago Illinois, Estados Unidos.
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