BANCOS ESTADOUNIDENSES y europeos han servido de plataforma a los cárteles de la droga para el lavado del dinero sucio de sus operaciones.
FUNDADO en 1879, el Banco Wachovia, el cuarto mayor banco en los Estados Unidos en activos totales era uno de esos bancos que entre el 2004 y 2007 manejo fondos por el orden de los 378 mil millones de dólares provenientes de casas de cambio de moneda mexicana que pertenecen o actúan en nombre de los carteles del narcotráfico. Estas transacciones han sido, la más grande violación de la Ley de Secreto Bancario en la historia de los Estados Unidos.
Según publicó el New York Times en el año 2010, la agencia reguladora de la actividad bancaria en los Estados Unidos la Federal Deposit Insurance Corporation (FDIC), reveló que el consorcio financiero HSBC tenía graves deficiencias en sus controles para prevenir el lavado de dinero. Esta entidad financiera permitió transacciones por el orden de los 60 billones de dólares en 17 mil cuentas sospechosas. A pesar de esto la FDIC- agencia reguladora- no impuso ninguna sanción al banco en cuestión.
Años después, en 2013, un juez federal impuso una multa de mil novecientos millones de dólares al HSBC para absolverlo de los cargos que se le imputaban por el lavado de miles de millones de dólares pertenecientes a los carteles de la droga en América Latina. Se estima que esta entidad financiera manejo unos siete mil millones en efectivo de moneda estadounidense.
Al HSBC, se le unen otra serie de famosos de la banca mundial, entre ellos; Credit Suisse, Lloys Bank, ABN Amor, ING Bank que también han sido descubiertos en operaciones ilegales lavando miles de millones de dólares de las drogas. El Wachovia y HSBC no serán el primero y el ultimo en participar de esta mil millonaria danza de los dineros del narcotráfico.
Auxilios financieros
Hace seis años una filial de Barclays – el Barclays Private Bank – fue utilizada para lavar dinero en cinco cuentas estrechamente relacionadas con los jefes del cartel de Medellín.
Como si esto fuera poco, en 2008 Wells Fargo compró el Wachovia. A raíz de la crisis financiera, no solo los grandes bancos recibieron jugosos rescates del gobierno federal, muestra de ello son los 25 mil millones de dólares que recibió Wells Fargo del gobierno de los Estados Unidos. Por un lado reciben auxilios financieros de los gobiernos y por otro se lucran de los beneficios del comercio mundial de las drogas que en última instancia ayudaron a mantener a flote a Wells Fargo y otros bancos.
Wells Fargo, es de esas entidades financieras que sabe triangular muy bien sus negocios, lava dinero de la droga, recibe auxilios financieros, y también es la segunda la más grande empresa con inversiones en las prisiones privadas en los Estados Unidos.
Del otro lado del océano, en el Reino Unido, el Banco Coutts, propiedad de Royal Bank of Scotland Group y banqueros de la familia real Británica, está siendo utilizada por las mafias de la droga para el lavado de millones de libras. En 2012, la Autoridad de Servicios Financieros británicos multaron al banco Coutts con £8.75 millones por los "graves y sistemáticas fallos al manejar el dinero de presuntos delincuentes o déspotas extranjeros.”
También en Francia
Otro de los bancos multados es el ING, que en 2012 fue condenado a pagar 619 millones de dólares, por el delito de lavar ilegalmente miles de millones de dólares a través del sistema bancario de los Estados Unidos desde la década de 1990 hasta 2007. Al develarse los datos incrustados en los mensajes de pago que dejaron al descubierto la ilegalidad de las transacciones salieron a relucir los nombres de los clientes algunos de ellos de Sudan, Libia e Irán y por supuesto de personas relacionadas con los carteles de la droga.
Las entidades financieras en la tierra de Bonaparte, tampoco escapan a los escándalos por actividades ilícitas. El PNB Paribas, principal banco de Francia llego a un acuerdo en 2014 con la fiscalía estadounidense, para pagar una multa por la módica suma de nueve mil millones de dólares tras reconocer, su participación en el movimiento de miles de millones de dólares a través del sistema financiero norteamericano.
Los principales entidades bancarias occidentales son demasiado grandes para quebrar, demasiado criminales para ir a la cárcel y demasiado criminales para controlar.
La noción de cualquier dicotomía entre la economía criminal global y lo "legal" es una fantasía. Peor aún, es una mentira. Son, sin fisuras, mutuamente interdependientes: uno y el mismo.
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