VOCES DEL DIRECTOR
México, entre la
libertad y el miedo
Mouris Salloum George
EN 1952, EL PENSADOR Y PERIODISTA CONTINENTAL, Germán Arciniegas trató de sacudir la conciencia latinoamericana con un genial y dramático ensayo: Entre la libertad y el miedo.
El autor habla de los sueños y las batallas democráticas sofocadas por el despotismo, y otea dos tipos de presencias: 1) La diseñada por la oligarquía con su boato y sus obras faraónicas para encubrir la violencia política. 2) La sociedad invisible —la de las muchedumbres que no pueden ejercer la libertad—, a la cual estima gran reserva histórica y moral para cambiar un determinado estado de las cosas.
El padre de la siquiatría moderna, Erich From tiene entre sus estudios El miedo a la libertad.
Dicho estudio enfoca dos dimensiones: La política, en su expresión fascista, y la sociocultural, marcada por la “estandarización del individuo” en las sociedades avanzadas.
En la segunda, se produce una sensación de impotencia y soledad moral, devenida resignación y sacrificio aun de la vida propia del hombre.
Estado neoliberal y la exaltación del individualismo
Nuestra doctrina constitucional, en su enfoque educativo, privilegia la dignidad de la persona y enaltece los ideales de fraternidad e igualdad de derechos de todos los mexicanos. Sin privilegios ni exclusiones.
Esos valores y principios permanecen en el texto de nuestra Carta fundamental. La realidad es muy otra.
Al implantarse el Estado neoliberal en México, sobre una sociedad fraternal y solidaria, se puso en el centro de la voluntad y la acción gubernamentales, al individuo.
Al abrirse las esclusas a un individualismo egoísta, desde lo alto del poder político se prohijaron conductas que, al sustanciarse en un régimen de excepciones, la primera violencia que se descargó sobre la sociedad civil, fue la violencia institucional (o institucionalizada).
A ello siguió la tolerancia a la corrupción. Si esta peste galopante ha sido potestad de los privilegiados dentro y fuera del gobierno, el resultado de la impunidad ha dado patente a los excluidos, para que imiten las formas delincuenciales de los más poderosos.
Crímenes de lesa economía social
Ilustramos la anterior afirmación con un pavoroso dato que retrata de cuerpo entero al “sistema” y quebranta la economía del Estado y su responsabilidad social: En México operan más de cuatro mil empresas fantasma. Su modus operandi consiste en la emisión de facturas apócrifas para engañar al fisco: El gobierno pierde más de dos billones de pesos por esa desviación.
Única ley “democrática”: La de la selva
La perversa consecuencia de esa degradación moral y ética, es que México se ha convertido en “tierra de nadie”, regida por la Ley de la selva: Un combate de todos contra todos. Componente de esa Ley de la selva, es la ley plata o plomo.
En las páginas de esta edición, presentamos un negro y doloroso balance de la barbarie, que se condensa en una cifra que abarca el periodo de 1997 a 2018, dos décadas de insensible neoliberalismo: 350 mil muertes violentas, perpetradas en su más alto porcentaje con armas de fuego.
El crimen no hace discriminaciones de clase social, raza, edades o religión, pero nos parece indicado apartar un segmento: Sólo en julio pasado, se consumaron 2.8 feminicidios al día: 469 en los siete primeros meses de 2018.
Como en otras asignaturas criminales, el Estado de México está en la punta. Citamos la ubicación, porque es la entidad nativa del presidente.
Roto el sistema de pesos y contrapesos
El imperativo democrático impone que todo poder político debe sustentarse en la institución de pesos y contrapesos. Desde hace cuatro siglos, en sociedades precursoras, uno de esos contrapesos, es el de la opinión pública, titular de la Libertad de Expresión y el Derecho a la Información.
Hablamos del Estado democrático. Si el de México lo es, según lo proclama el establishment, ¿Cómo explicar entonces que entre las víctimas del crimen organizado se encuentre tanto periodista muerto, desaparecido, censurado o en el exilio obligado?
Una doble conclusión: From atribuye el miedo a la libertad, a la acción de un régimen fascista. Arciniegas deposita la esperanza en la reserva histórica y moral de las muchedumbres invisibles. Es llegada la hora de hacerlas visibles y tomarlas como presupuesto de la Cuarta Transformación de la República.