Validez humanista e histórica de las consideraciones contemporáneas en la carta de petición de disculpas por los abusos de la conquista que el presidente mexicano, Andrés Manuel López Obrador, ha hecho llegar al rey de España, Felipe VI.
Carta a España
Rodolfo Ondarza Rovira
PARA CONSEGUIR PAZ VERDADERA DEBEMOS RECONCILIARNOS CON LA HISTORIA.
RECONOCER A NUESTROS ANTEPASADOS, su grandeza, su lucha y gestas heroicas por conservar su cultura y libertad es de extraordinaria importancia, simultáneamente nos valoramos como nación y nos hermanamos con los pueblos originarios y nuestros ancestros.
ESTE EJERCICIO hace que como pueblo tomemos consciencia de nuestros orígenes, de quienes somos y porqué lo somos, y hacia donde nos dirigimos.
Por otra parte, nuestra consciencia y sentimientos de pertenencia como crisol cultural se ponderan e incrementan.
Invasiones repetidas
Se hace con ello consciencia que México y los pueblos hermanos de América hemos sido invadidos constantemente, no sólo por España, sino por otras potencias que han saqueado nuestros recursos salvajemente, principalmente a favor de unas cuantas familias de esos imperios.
Ese saqueo ha sido realizado en gran medida con el despojo histórico de los pueblos originarios, con el asesinato y muerte de sus líderes. Como a la fecha ha ocurrido con diferentes activistas.
Ese asesinato, ese genocidio por la obtención de metales y piedras preciosas, por tierras, y actualmente de otras cosas como nuestro petróleo, ha sido llevado a cabo desde la conquista con la sangre de niños, de mujeres, de ancianos, no solo de guerreros.
Si bien la conquista de un territorio que se pensaba era Japón, China, las Indias, se efectuó con fines meramente comerciales, siguió este dominio, para beneficio de los conquistadores, con el exterminio de pueblos y de sus culturas, con la ayuda de la imposición de una religión, cambiando con ello, y de manera profunda filosofías de vida.
Esta invasión, con otras variantes, a la fecha ha continuado con el despojo de nuestro subsuelo, de nuestra riqueza, con el asesinato y desaparición forzada de activistas, con un tremendo ecocidio, donde legisladores y gobernantes corruptos han actuado con impunidad en beneficio propio y de grandes corporativos extranjeros.
Esto ha conducido a la pobreza y a la pobreza extrema a nuestro pueblo, principalmente a poblaciones originarias.
Tenemos nuestros propios crímenes
¿CUÁNTOS CIENTOS de invasiones en el mundo podemos contarle no solo a España, sino a EUA, Francia, Inglaterra, Portugal, Holanda, etc.? ¿Cuántas vidas humanas costaron en el pasado, y cuestan en la actualidad?
Claro que en México tenemos lo nuestro. Y que a partir de la IV Transformación estamos conociendo a fondo y con ello iremos resolviendo.
Tenemos nuestros propios crímenes de Estado, por los que el Estado mexicano debe responder: La masacre de Acteal, de Aguas Blancas, del Charco, de Tlatelolco, la guerra sucia, la guerra contra el narco, la desaparición de los muchachos de Ayotzinapa, etc.
Son masacres tan importantes como la de Centla, la de Cholula, la del Templo Mayor, o la de la heroica defensa de Tenochtitlan.
El oro y el poder siempre han estado presentes como razones genocidas y magnicidas, en los crímenes de Estado, o de un narcoestado, tanto ayer como hoy.
El 12 de octubre de 1492 al menos 90 millones de indígenas fueron exterminados, lo que representa el genocidio más grande de la Historia.
DE ACUERDO AL ESCRITOR Eduardo Galeano, en su Diario del Descubrimiento, Cristóbal Colón escribió 139 veces la palabra oro y 51 veces la palabra Dios o Nuestro Señor. Habremos de considerar que la primera actividad comercial de Cristóbal Colón en el Nuevo Mundo consistió en mandar a Europa cuatro carabelas con 550 esclavos indígenas para subastarlos en mercados del Mediterráneo.
Andrés Reséndez, profesor mexicano de la Universidad de California, concluye que desde la llegada de Colon hasta fin de siglo XIX hubo entre 2.5 y 5 millones de esclavos y que fue uno de los principales motivos de muerte entre los indígenas del Caribe, que llegó a reducir su población hasta un 90 %.
De España no solo recibimos la marihuana y el cáñamo, también la viruela, además de la corrupción y la impunidad, flagelos padecidos en la actualidad.
Todo esto ha ocurrido a lo largo de la Historia de México por la posesión de unas haciendas, o por fábricas, por minas, o por complejos hoteleros. Mucho de ello subsecuente a intereses extranjeros. Tal y como ha pasado con nuestra triste historia petrolera. que vivió su época de gloria con Lázaro Cárdenas, y que ahora debemos recuperar después de las traicioneras reformas estructurales.
Razones geopolíticas, donde los pueblos, español, mexicano, o cualquier otro, no son tomados en cuenta. Las decisiones de invasión o de conquista no son tomadas por los pueblos, ni siquiera por los ejércitos, sino por los políticos, que responden a intereses de unos cuantos.
La creación del presente
LA HISTORIA entrelaza sentimientos y pensamientos colectivos que dan como resultante nuestro presente, y para poder definir nuestro porvenir debemos tener conciencia y saldar cuentas con el pasado.
Alguien en el poder, de manera imbécil, dijo que teníamos que "superar" el pasado. No, la grandeza deviene de la humildad de aceptar el pasado y sus razones, la imbecilidad está en no hacerlo, puesto que se está en riesgo de cometer los mismos errores, o quizás porque se quiere continuar en ellos.
El pasado se encuentra vivo, el latido previo de nuestro corazón es pasado, pero nos ha mantenido vivos. El punto es la calidad de vida, personal y social.
¿Qué calidad de vida puede tener la madre de quien ha desaparecido?
¿No merece una explicación? ¿No merece acaso una respuesta? ¿No merece justicia?
Como nación, hablamos alrededor de 68 lenguas, muchas en peligro de extinción. ¿Cuántas culturas ya se han extinguido? Como nación también merecemos respuestas.
Para nuestro desarrollo personal y nacional es necesario restablecer nuestra dignidad y soberanía, respetarnos y hacernos respetar. Atraer el pasado, los orígenes ancestrales de nuestros males, conocerlos y resolverlos.
El buscar respuestas es una acción humanista, no solo para México, sino con implicaciones universales en un mundo globalizado.
No podemos, como médicos, sanar a un paciente sin conocer sus antecedentes. Es necesario identificar patologías incluso desde el momento de su concepción y nacimiento. Necesitamos saber que problemas de salud tuvieron sus padres y antepasados.
No porque llegue un paciente con nosotros, como médicos, por una fractura debemos descuidar alguna enfermedad hereditaria, o alguna situación anómala mental o metabólica.
Lo mismo pasa con una nación. Para su desarrollo social sano es necesario curar males ancestrales para corregir anomalías presentes, y poder entonces contar con un futuro prometedor.
Rodolfo Ondarza Rovira. Neurocirujano.
Ex presidente de la Comisión de Salud de la ALDF
@DrOndarza
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