LA BASURA ELECTRÓNICA
EN MÉXICO
Ginés FERRATER
La enorme cantidad de desechos generados por la industria electrónica y el creciente consumo de televisores, computadoras, celulares, etc., tiene dos aspectos opuestos: el problema del confinamiento y reciclaje inteligente de esta basura, y el gran negocio que significa el desperdicio comercializable.
Mientras que el mundo desecha anualmente entre 20 y 50 millones de toneladas métricas de desperdicios electrónicos, en México, según datos procedentes de los Estados Unidos y de la BBC de Londres, anualmente se generan unas 300 mil toneladas de desechos electrónicos, de las cuales unas 170 mil toneladas son de televisores; esta cantidad apenas es superada en América Latina por Brasil, la actual primera potencia de nuestra zona, reflejo fiel de que México es uno de los principales mercados de la electrónica en los que se incluyen las ventas y operaciones de celulares, PC, impresoras, periféricos de computación, televisores, radios, lámparas fluorescentes, dvd’s, estereofónicos y refrigeradores. Desde luego que estas cifras están avaladas y certificadas por organismos como el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA) y Business Monitor Internacional (BMI), empresa esta última que calcula que este país incrementará el consumo de electrónicos, para el 2013 en un 20%, lo que se explica en función de que los mexicanos han entrado de lleno en la electrónica de consumo bajo los ejes de abaratamiento de productos y la notoria reducción de la vida útil de estos, pues es evidente que es más barato comprar un aparato electrónico nuevo, para reemplazar uno en uso, que reparar o dar mantenimiento a este.
UN PROBLEMA CON ARISTAS
Y es en materia de desechos, en donde tantas toneladas de basura electrónica se convierten en los dos aspectos que anotamos líneas arriba: problema y negocio. Problema porque la basura electrónica contiene productos altamente contaminantes, tanto para el medioambiente como para la salud humana; negocio porque hay cientos de gentes y organizaciones dedicadas, de manera legal o clandestina, al reciclaje de gran cantidad de materiales y piezas electrónicas obtenidas de los desperdicios.
Al no existir en México una cultura y una legislación apropiadas en la disposición y reciclaje de desechos electrónicos, a los que aquí se les considera basura “no peligrosa, sino de manejo especial”, se ha generado una situación ambigua mediante la cual, por un lado hay intentos fallidos o muy tibios por legislar al respecto, y hasta se han autorizado las operaciones de empresas especializadas en la basura electrónica (desarmado, reciclaje y destrucción de contaminantes) como AMTECH, ENVIROTECH, MARCONI E-WASTE, TBS o REMSA, por citar las más visibles, las legalmente establecidas y autorizadas, las que generan fuentes de trabajo, etc., pero por otro lado está operando una especie de mercado negro de piezas y reciclables electrónicos fuera del control de las autoridades como las del medioambiente y las municipales, estatales y federales, las que en su mayoría no cuentan con infraestructura para atender este renglón ni recursos económicos para invertir. En este submundo en donde, antes de llegar a los tiraderos de basura municipales o locales, los operarios de los camiones recolectores de basura desmantelan y recuperan piezas de metales con valor efectivo que extraen de los aparatos electrónicos ¡por los que incluso les han pagado por llevárselos!
En efecto, los recolectores de basura han encontrado otro filón de oro al ya de por si multimillonario de la basura. Hábilmente y bien aleccionados, estos hombres extraen de la basura electrónica metales como el oro, cobre, estaño, cromo hexavalente, cristal líquido, brominado retardante de fuego y paladio, mismos que van reuniendo en buenas cantidades para su venta a compradores que ya tienen conectados. Estas operaciones de “extracción” ocasionan que a los basureros lleguen aparatos electrónicos con un 30% menos de su valor de recuperación. Hay otra forma de obtener basura electrónica casi regalada para después ganarle unos pesos de más: recolectores ambulantes o callejeros, provistos de vehículos automotores o carretones de dos ruedas, recorren las ciudades y barrios comprando todo tipo de desechos industriales y domésticos a precios de risa, los que luego expurgan y revenden con buenas ganancias.
LOS RIESGOS AL AMBIENTE Y LA SALUD
En infinidad de ocasiones y a nivel internacional, se ha informado sobre pruebas e investigaciones que demuestran y advierten sobre los riesgos al medioambiente y a la salud humana que pueden ocasionar los desechos electrónicos por sus altos contenidos de materiales tóxicos y contaminantes como son el plomo, cadmio, níquel, mercurio y retardantes de fuego, ya que expuestos en los basureros se combinan con la lluvia, las temperaturas y otras sustancias hasta convertirse en peligrosos tóxicos del aire, el agua, el suelo y la salud de los seres humanos expuestos a ellos; el riesgo es mayor cuando se incendia un basurero y con la ignición arden los materiales residuales de toda esa basura electrónica.
Para quienes requieran de mayor información y cifras sobre este tema, pueden buscar en Internet el estudio titulado: “Diagnóstico sobre Generación de Basura Electrónica en México”, publicado por el Instituto Nacional de Ecología y elaborado por el Centro Interdisciplinario para la Investigación y Estudios en Medio Ambiente y Desarrollo”.
¿Se ahoga México en basura electrónica?
Sin embargo, según un informe recopilado por el Programa de Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA), la mayoría de los 2.443 municipios de México carecen de infraestructura y de recursos económicos para resolver el problema de los desechos sólidos.
Otro aspecto que preocupa al especialista es el tratamiento que deben recibir las baterías recargables de celulares y computadoras cuando son desechadas. “Poseen níquel y cadmio, metales altamente tóxicos”.
¿Qué se está haciendo?
La planta de reciclaje TBS hace ferias ecológicas en colegios de Ciudad de México.
Para algunos analistas, uno de los retos de México es conseguir que se promulgue una ley específica sobre la gestión de residuos electrónicos, sin perder de vista el debate internacional sobre su clasificación como desechos peligrosos y sobre la responsabilidad que tienen que asumir los productores en su manejo.
Gavilán asegura que el gobierno está trabajando para que se concluyan las especificaciones del marco legal que regirá a los estados y municipios en la gestión de la basura electrónica.
Por su parte, grupos medioambientales y empresariales consideran que el desafío es ver el reciclaje de los aparatos electrónicos desde una perspectiva de aprovechamiento de los recursos y de generación de empleo.
El Ejecutivo dice promover, con ayuda de la empresa privada, la revalorización de los materiales que componen los aparatos que llegaron al final de su vida útil.
El proceso de desensamblaje de aparatos electrónicos también es un generador de empleo, según expertos.
En México, existen cerca de 100 empresas que desensamblan aparatos electrónicos para recuperar metales preciosos como oro, cobre, estaño y paladio.
En REMSA, una planta de reciclaje de aparatos electrónicos en Querétaro, en el norte del país, el objetivo es obtener además plástico, vidrio y tarjetas electrónicas para que se vuelvan a integrar como materias primas a una cadena productiva.
Entre 2009 y lo que va de 2010 esta compañía ha reciclado más de 300 toneladas de artefactos electrónicos. “En un día podemos desensamblar 400 celulares y 60 laptops”, le dijo a BBC Mundo, María del Rosario Moreno, líder de operaciones de Remsa.
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