Edicion 225 |
La campaña olÃmpica de Canadá
contra la libertad de expresión
AMY GOODMAN
¿Tiene pensado ir a Canadá? PodrÃa ser obligado a detenerse y ser sometido a interrogatorio en la frontera. Me sucedió la semana pasada. Me dirigÃa a Vancouver desde Seattle para dar una conferencia en
Fui manejando hasta la frontera con dos colegas. Mostramos nuestros pasaportes al guardia canadiense y respondimos las preguntas de rutina acerca del motivo de nuestro viaje a Canadá. Los ciudadanos estadounidenses no precisan visa para ingresar. El guardia nos ordenó de inmediato que estacionáramos el coche, que saliéramos del vehÃculo y que ingresáramos al edificio de aduana y migraciones.
Lo que siguió después fue una grosera violación de la libertad de prensa y de expresión. Primero, un guardia me exigió que le entregara las notas para mi conferencia. Quedé atónita. Le expliqué que hablo en forma improvisada. No se daba por vencido. Exigió las notas. Fui hasta el auto y le llevé una copia de mi nuevo libro, una recopilación de mis columnas semanales "Quebrar la barrera del silencioâ€. Le entregué el ejemplar y le dije que comienzo con la última columna del libro.
“Comienzo cada conferencia con la historia de Tommy Douglasâ€, le expliqué, “el difunto primer ministro de Saskatchewan, padre del sistema de asistencia de salud universal en Canadáâ€. Tommy Douglas es considerado el canadiense más destacado de la historia, y casualmente era el abuelo del actor Kiefer Sutherland, pero no llegué a explicar tanto.
“¿Qué más?â€, me preguntó el guardia armado.
“Hablaré sobre el calentamiento global y la cumbre sobre el cambio climático en Copenhagueâ€.
“¿Qué más?â€, querÃa saber.
“Hablaré de las guerras en Irak y Afganistánâ€.
“¿Qué más?†El interrogador tomaba notas a mano, mientras otro guardia escribÃa en una computadora.
“Bueno, eso es todo.â€
Me miró con escepticismo. “¿Va a hablar acerca de los Juegos OlÃmpicos?â€, preguntó.
Quedé perpleja. “¿Quiere decir que si voy a hablar de que el Presidente Obama viajó recientemente a Copenhague para hacer lobby para que los Juegos OlÃmpicos se realicen en Chicago?â€
Volvió a preguntar. “No entendió. Estoy hablando de los Juegos OlÃmpicos de Vancouver
El guardia me miró incrédulo. “¿Me está diciendo que no va a hablar sobre los Juegos OlÃmpicos?†Volvà a afirmar que no.
El guardia y otros funcionarios, en clara señal de descreimiento, registraron nuestro auto en forma exhaustiva.
Cuando salà a ver, estaban revisando minuciosamente la computadora de uno de mis colegas.
Después de eso, me llevaron a un cuarto en el fondo del establecimiento y me tomaron una fotografÃa, luego llamaron a los demás, uno a uno. A continuación nos devolvieron nuestros pasaportes con los “documentos de control†engrapados dentro. Los formularios decÃan que debÃamos irnos de Canadá en dos dÃas y que tenÃamos que registrarnos en su organismo de frontera al partir. Cuando regresamos al auto, descubrimos que habÃan revisado nuestras pertenencias y nuestros documentos y que habÃan registrado al menos dos de las tres computadoras. Corrimos al evento, donde la gente habÃa sido informada de nuestra detención. Llegamos una hora y media tarde, pero la sala aún estaba repleta. La multitud estaba enfurecida con su gobierno.
Fue entonces que comencé a enterarme de lo que sucedÃa. Resulta que la ofensiva es generalizada. David Eby, director ejecutivo de
Según los crÃticos, la policÃa puede allanar un hogar si alguien coloca un cartel en contra de los Juegos OlÃmpicos en la ventana. Hay preocupación de que los sin techo sean obligados a irse de Vancouver, y también inquietud sobre la cantidad de financiamiento público que están recibiendo los Juegos mientras los servicios sociales básicos no reciben lo suficiente. Los activistas que están en contra de los Juegos OlÃmpicos -y sus familiares y amigos- están siendo perseguidos, detenidos e interrogados.
Nuestra detención e interrogatorio no solo constituyeron una violación a la libertad de prensa, sino una violación al derecho del público a saber. Porque si los periodistas sienten que hay cosas sobre las que no pueden informar, que serán detenidos, que serán arrestados o interrogados, eso constituye una amenaza al libre flujo de información. Y es una pérdida para la población, una pérdida olÃmpica para la democracia.
* Denis Moynihan colaboró en la producción periodÃstica de esta columna.
** Texto en inglés traducido por Mercedes Camps y Democracy Now! en español, Esta dirección electrónica esta protegida contra spam bots. Necesita activar JavaScript para visualizarla
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