Por ENRIQUE CASTILLO—PESADO
 HE VIAJADO POR la mayor parte de los países que se han conformado en este bello globo terráqueo. Señalo lo anterior porque tuve la oportunidad –gracias a una invitación del empresario Manuel Arango, único mexicano que ha obtenido dos Oscares de la Academia de Hollyood, por su documental Centinelas del Silencio-- de ir a La Paz (Baja California), para después recorrer el espectacular desarrollo CostaBaja, que considero un espacio bellísimo de México, ubicado en una larga playa del Mar de Cortés. Las marinas que construyó Arango no tienen nada que pedirle a otras que he recorrido tanto en los Estados Unidos, Europa, Lejano Oriente, Sudamérica y nuestro país. En CostaBaja –acuérdese muy bien del nombre-- estarán ubicados dos hoteles boutique, un espectacular Spa y, sobre todo, un campo de golf de 18 hoyos que está diseñando Gary Player.
 Y otro punto favorable: La Paz es una población bella, tranquila, bien diseñada urbanamente, además de que ofrece muchos atractivos culturales, museos, catedrales, restaurantes, etcétera. Y lo mejor de este viaje para mí fue la de recorrer en lancha rápida nodriza (conducida por Max Anderson) el Mar de Cortés y llegar –después de hora y media viajando a 90 kilómetros por hora-- a la isla Espíritu Santo que –gracias a los buenos oficios de Arango-- México recuperó.
En Mar de Cortés y CostaBaja se refleja la impresionante belleza de aguas cristalinas que permiten ver el cadencioso nado de los peces, silencio que sólo en viento puede romper sin perder la armonía de los increíbles paisajes visibles al caer la tarde, playas paradisíacas listas para brindar la tranquilidad y la relajación necesarias para transportarlo al más extraordinario e indescriptible descanso, todo eso y más es Baja California Sur. Territorio virgen y ávido de recibir turistas de gustos sofisticados, dispuestos a disfrutar lugares especialmente diseñados, maravillas que en muchas ocasiones son fruto de la conjunción natural y de la mano del hombre. Tal es el caso de CostaBaja, un exclusivo resort que desnuda ante sus propios ojos la perfección del Mar de Cortés.
 CostaBaja está ubicado a tan sólo 15 minutos de La Paz, capital del estado, con una extensión de 550 acres, en donde se podrán realizar infinidad de actividades tanto terrestres como acuáticas, entre las que destacan snorkel, campismo, navegación, pesca, bici de montaña y por su puesto golf, todo previsto para mantener un equilibrio entre mente y cuerpo. Inversionistas extranjeros han decidido apostar su capital en resort turístico. Pero no sólo ellos. También --como lo comenté-- hay participación de personalidades del golf como Gary Player, golfista sudafricano que diseñó el campote golf que representa una inversión de 22 millones de dólares. El campo de golf contará con 18 hoyos y una extensión de 7.000 yardas, con espectaculares vistas al mar para los jugadores.
CostaBaja Resort & Marina presumirá algunas de las más bellas playas de México, un desarrollo turístico con una marina para 220 embarcaciones, un hotel de lujo, increíbles residencias, SPA, boutiques, galerías, restaurantes y club de playa, entre otras atracciones. Allí se han construido plantas desaladoras y una de tratamiento de agua, ésta última con una costo de 3 millones de dólares. Debido a que nuestro planeta sufre un equilibrio ecológico provocado por la mala organización y el desocupo de los seres humanos. La construcción del complejo significará una derrama económica de 800 millones de dólares que se distribuirán durante las etapas de construcción hasta el 2017, fecha en que se estima la terminación del desarrollo. 
Los inolvidables paisajes teñidos de azul del Mar de cortés fueron testigos del primer campo de golf mexicano, en donde el legendario jugador sudafricano Gary Player, junto con Manuel Arango, (presidente del Consejo de Administración en CostaBaja), realizaron una significativa ceremonia para dar por comenzados los trabajos en el nuevo campo de golf. Se presume que la inversión que llegará a los 1,000 millones de dólares es muy significativa para el país. Y hasta la próxima, ¡abur¡
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