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Edición 214
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Escrito por Humberto Hernández Haddad
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Miércoles, 15 de Julio de 2009 17:47 |
1.- EL 5 DE JULIO de 1994, Carlos Salinas de Gortari tomó una decisión que cambió la estrategia de desarrollo económico y la política exterior de México. Ese día se publicó en el Diario Oficial de la Federación, para que surtiera efectos jurídicos, el ingreso de nuestro país a la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), también llamada “Club de los Ricos” o “Club de París”. Han transcurrido quince años desde que México pidió ser miembro de esa organización encargada de realizar estudios económicos, integrada por tan solo 30 socios, y ahora es oportuno hacer una evaluación.
 2.- LA SOLICITUD DE MÉXICO para ingresar a la OCDE fue presentada en enero de 1994, por el entonces secretario de Relaciones Exteriores Manuel Tello Macías aduciendo que en virtud de que habíamos firmado un Tratado de Libre Comercio con los Estados Unidos de América y Canadá, nos separábamos, por tener objetivos diferentes, del bloque de países en vías de desarrollo. Engañosamente se intentaba convencer a los mexicanos de su ingreso al Primer Mundo por decreto de la tecnocracia neoliberal, ocultando la política económica de asalto que le estaban aplicando a México. En diciembre de ese año estalló la crisis financiera más costosa en la historia del país.
3.- ¿CUÁNTO PAGA MÉXICO por ser miembro de la OCDE? Casi ocho millones de euros de cuotas anuales paga nuestro país por ostentar esa membresía. Pero los pagamos por participar de un engaño como son las promesas de progreso por pertenecer al “Club de los Ricos”, cuando en este momento lo que se ha acumulado son auténticos fracasos.
4.- SI SE TOMA COMO referencia el año 2000, México era entonces la novena economía mundial. Ahora hemos pasado a la posición 13. En materia de comercio exterior pasamos del 12 al 16 lugar. Pero si medimos a México en el terreno de la competitividad las cosas resultan más desalentadoras, porque pasamos del 42 al 60 lugar, mostrando una mala calidad regulatoria, falta de transparencia y una corrupción galopante, que nos alejan de los códigos de buen gobierno establecidos por la propia OCDE y el Banco Mundial. Apenas la semana pasada, México salió reprobado en la evaluación de Índices de Gobernabilidad 2009 realizada por el Banco Mundial.
5.- EN EL AÑO 2000, México se ubicaba por su nivel de ingreso per cápita en la posición 25 dentro de los 30 socios del “Club de París”, pero para el año 2008 cayó a la 30, o sea, el último lugar. México es el único país latinoamericano que participa en ese club.
6.- DE ACUERDO CON recientes investigaciones macroeconómicas, el crecimiento económico de México durante los últimos años, si se le compara con el de otros miembros de la OCDE, es asunto que merece una reflexión urgente. De 2000 a 2008, México aumentó su ingreso per cápita en tres mil 816 dólares., lo cual lo convierte en el país que menos creció dentro de la OCDE, quedando lejos de Turquía con seis mil 227; de Polonia con nueve mil 345; Hungría con 10 mil 851; y penosamente muy lejos de Eslovaquia con 13 mil 831 y la República Checa con 15 mil 478 dólares.
7.- EN ESE MISMO PERÍODO, si se compara el crecimiento mexicano con el de nuestros dos principales socios comerciales, vemos como se ha ahondado la brecha: Estados Unidos aumentó su ingreso per cápita en ese lapso en 12 mil 083, mientras que Canadá lo hizo en 21 mil 766 dólares.
8.- PERO SI HICIÉRAMOS una comparación de los logros obtenidos por otros países frente a lo que ha alcanzado México en el terreno del crecimiento económico, se comprueba que los promotores del ingreso de México a la OCDE le deben una indemnización al país. Veamos experiencias europeas exitosas, frente a los tres mil 816 dólares que aumentó México, Irlanda creció 36 mil 248; Noruega 57 mil 605, y Luxemburgo 66 mil 376 dólares.
9.- MÉXICO INGRESÓ a la OCDE hace quince años cargado de ilusiones pero desprovisto de un proyecto realista para impulsar su crecimiento económico sostenible. En los hechos esa membresía pretende ocultar el fracaso de la política económica y de la política exterior de México, que conjugó el doble error subyacente de una precipitada apertura comercial con desregulaciones financieras imprudentes, imposición de desincorporaciones fraudulentas de empresas y bienes de la nación, al mismo tiempo que abandonó sus tesis de diplomacia económica dentro del bloque de países en vías de desarrollo. Ha llegado el momento de exigirle al Congreso de la Unión que tome decisiones ante este fracaso económico maquillado con el ingreso a la OCDE.
10.- LA CRISIS ECONÓMICA originada en Estados Unidos por su desregulación y créditos tóxicos, que contagiaron al sistema financiero internacional desplomando el crecimiento económico global, enviando al desempleo al 10% de su fuerza laboral y probablemente a un porcentaje mayor en países como México, obliga a que México prepare su política económica y su política exterior para enfrentar escenarios muy difíciles en los próximos tres años. Para ello es necesario un replanteamiento del modelo económico y un despliegue de iniciativas diplomáticas dentro del bloque de países en desarrollo. Si la tecnocracia neoliberal quiere permanecer en la OCDE, ese papel ficticio debe dejarse a los frívolos y a los sicarios financieros que viven para y de ese arreglo político. En 1978, siendo estudiante del Centro de Estudios Internacionales de Harvard tuve la grata experiencia de ser huésped de las instituciones económicas europeas coordinadas entonces por el británico Roy Jenkins. En esos tiempos se utilizaba en Europa un código ético internacional a favor del desarrollo, que en la actualidad en el Club de París, con sus mentiras, se les ha olvidado.
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