“El negocio del español”
INDIRA DURÁN
Hace más de una década, España comenzó a potenciar el idioma español como producto vertebral de un mercado que ha resultado cuando menos rentable para el país. En este año de balance, la proyección del “negocio del español” para España pasa por atraer la demanda que recibe Hispanoamérica erigiéndose centro de la cultura hispanoahablante, una espacie de panhispanismo dirigido al mercado del “turismo idiomático”.
Tradicionalmente se considera a la lengua un vehículo cultural, espacio de reflexión de la identidad de un grupo social. Sin dejar de ser cierto, el debate en torno a las lenguas por lo general se asienta en la diferencia, destacando las particularidades de un determinado lenguaje cultural. El fenómeno de la globalización y la didáctica lingüística, sin embargo, obliga a plantearse la relación dialéctica entre diferencia y homogeneidad. Dialéctica que explota el turismo idiomático.
La maduración del mercado de la enseñanza lingüística permite entenderlo mercado viable para las economías nacionales, debido a que atañe indirectamente al sector turístico. La elección de tratar la enseñanza de las lenguas como “turismo idiomático” ha llevado a los países cuya lengua resulta un atractivo académico, por su papel de “lengua franca” o su importancia cultural, a desarrollar estrategias comerciales y estudios de impacto turístico para crecer el sector.
En este sentido, la experiencia de países como Francia y Gran Bretaña ha enseñado que el primer paso para consolidar un mercado del “turismo idiomático” pasa por la necesaria cohesión de los diferentes actores involucrados directamente en el sector.
Las cifras que reportan el Instituto Cervantes y el ICEX, el idioma español cobra importancia en la demanda idiomática europea. A nivel mundial en 2005 se calculó el número de estudiantes de español en sus países de origen en 17 millones 851 mil, de ellos 130 mil estudiantes optaban por viajar a España para cursar estudios del idioma español. Tan sólo 20 mil viajaban a Hispanoamérica con la misma finalidad.
Es presumible que el V Congreso Internacional de la Lengua Española vuelva a poner sobre la mesa el tema del potencial negocio del español que comienza a consolidarse como ocupación y preocupación de los centros de enseñanza, privados y públicos. Por lo pronto, antes de su clausura debido al seísmo ocurrido en Chile, estaba prevista la presentación del Sistema Internacional de Certificación de Español como Lengua Extranjera. Fuera de estas tribunas internacionales la reflexión sobre el comportamiento del mercado lingüístico es prácticamente nula en Hispanoamérica, lo mismo que en México.
El tema no es extraño para quienes han permanecido atentos a las diferentes citas del Congreso Internacional de la Lengua Española.la Lengua Española y la definición de los diferentes focos potenciales del mercado a través del panel “La industria del español como lengua extranjera”. En 2001, en Valladolid, se prestó especial atención al papel económico de la enseñanza de
2001 fue el año decisivo para la proyección de la enseñanza del español como mercado económico viable en España. Ese año la Conserjería de Turismo de España lanzó el plan de turismo cultural e idiomático (TURESPAÑA) donde se incluye la enseñanza del español como recurso turístico. Por su parte, el Ministerio de Economía lanzó su Plan de Marketing de Turismo Idiomático.
Este esfuerzo coordinado dio resultados positivos. Desde mediados de la década pasada España logró acercar los diferentes actores del sector: Instituto Cervantes, Universidades, centros particulares, Federación Española de Escuelas de Español como Lengua Extranjera (FEDELE), Federación Internacional de Asociaciones de Profesores de Español e Instituto Español de Comercio Exterior (ICEX). Resultado positivo para el proyecto fue la persuasión de la iniciativa regional.
Las regiones y provincias españolas se han preocupado por tener un mayor protagonismo entendiendo que el “negocio del español” es un proyecto económico rentable. El Ayuntamiento de Castilla y León, que acapara casi un cuarto de la demanda internacional de español en el país, ha promovido desde 2004 el Plan del Español para los Extranjeros, un programa que pretende explotar los nada desdeñables beneficios que reportan a la región las estadías de extranjeros para aprender la lengua española. El plan se ha ampliado hasta 2011. En ese marco, en 2008 se llevó a cabo en la ciudad de Salamanca, España el Congreso Internacional del valor del Idioma Español. El español como valor y recurso turístico, cultual y económico.
Las cifras son elocuentes. El valor total del mercado de la enseñanza del español como lengua extranjera calculaba beneficios para el 2005 que alcanzaron los 58.8 millones de euros para la comunidad de Castilla y León. En 2009 el sector reportó a la prensa un beneficio de 46,8 millones de euros para la provincia castilloleonesa de Salamanca de un total de 60 millones de euros con que se benefició la comunidad de Castilla y León. Otros cálculos apuntan que los beneficios del sector representan el 0,12 del PIB de Castilla y León. Esto demuestra que si bien el mercado del turismo idiomático no ha crecido a la velocidad que preveía el Plan sigue siendo un rubro importante para los planes económicos de la región.
Estos beneficios son vitales para una comunidad autónoma considerada por el Instituto Nacional de Estadística como una de las comunidades españolas con menor crecimiento demográfico, un alto índice de migración de sus nacionales y una tasa de paro importante. El mayor sector productivo de la provincia son los Servicios, un rubro que en Salamanca depende en demasía del turismo, la mayoría estudiantes atraídos por su Universidad de Salamanca, población “fluctuante” que sostiene la economía estatal y marca sus periodos estacionales.
El plan regional de Castilla y León deja de lado, como era de esperar, la discusión sobre las implicaciones que tendría para el sector provincial limitar el enfoque a una vocación turística. Esta responsabilidad sí ha sido retomada por las instituciones del idioma español.
Una de las conclusiones más rotundas de aquel foro de reflexión que fue el congreso de 2001 advertía que la definición del mercado de la enseñanza de lenguas debía insistir en basarse sobre el prestigio académico. Esta distinción de la enseñanza de los idiomas como valor cultural por sobre el valor económico permitirá al sector mantener la vitalidad y mejor comprensión del fenómeno lingüístico. La sola distinción significaría un recordatorio necesario del verdadero “valor” de la lengua, sin que eso implique un impedimento para el estudio del mercado económico que representa el sector y su crecimiento.
Los principales actores académicos han insistido en que la estrategia más adecuada para asentar el mercado a nivel internacional pasa por establecer una Red de Cooperación entre instituciones, interesados y asociaciones que aun no está claro cómo podría funcionar, evitando la estrategia de anteponer la diferencia: el prestigio histórico del castellano, distinción frente a Hispanoamérica, limitación al territorio nacional de las estrategias de publicidad y proyectos aplicables.
El principal mercado que preocupa a España es el estadounidense y el brasileño, donde Hispanoamérica podría tener una clara ventaja por el simple factor geográfico. Precisamente los ciudadanos estadounidenses representan el mayor porcentaje de extranjeros que acuden a España para estudiar español, mientras Brasil se ha convertido en sector clave tras la aprobación en 1999 de la ley que obliga el estudio del español en las instituciones de educación básica.
En diferentes momentos los actores del debate han expresado que si se establece una situación de desventaja frente a Hispanoamérica ante este sector de la demanda, la estrategia más adecuada será la cooperación institucional que permita un mayor reconocimiento de España en Brasil y Estados Unidos.
Las políticas de cohesión de la identidad lingüística española se hizo patente en los diferentes discursos de presentación de la Nueva Gramática del Español que la Real Academia de la Lengua Española, el Instituto Cervantes e instituciones asociadas lideraron. La Nueva Gramática sirvió de marco para exponer la política de cooperación con Hispanoamérica que España pretende seguir para prestigio del la lengua Española a nivel internacional, haciendo hincapié en una identidad “panhispánica” difícil de definir en profundidad.
El sector del “negocio del Español” tienen claro que, frente a Hispanoamérica, España debe defender un liderazgo no agresivo asentado en la ventaja en investigación lingüística, adelantos tecnológico, consolidación de redes comerciales internas, prestigio de la “marca España” en el gusto turístico internacional y consolidando sus principales instituciones lingüísticas como referente.
Si bien la enseñanza de idiomas es un factor económico reconocido en México, aunque mínimo, no se han definido asociaciones importantes que cohesione a las instituciones de enseñanza del español y su presencia es casi nula en la principal herramienta de contacto reconocida por el sector: internet.
En general no existe un estudio de mercado pertinente sobre la enseñanza del idioma español en México. Tampoco se ha propiciado un debate dentro del propio país que sirva de referente para una posterior definición a nivel gubernamental de la dirección más adecuada, según la realidad del país. En México, como en España, la totalidad de los centros de enseñanza del español privada y pública son pequeñas y medianas empresas que se beneficiarían directamente de la importancia que el español está adquiriendo a nivel internacional.
México debería aprovechar el debate abierto y partir de la experiencia ya otorgada por Reino Unido, Francia y España sobre el “mercado lingüístico”, sin olvidar que la definición de la enseñanza de los idiomas como “turismo idiomático” significará una limitación si no se complementa con un debate a nivel de las instituciones de enseñanza sobre el complejo lingüístico y cultural que representa.
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