PECATA MINUTA
LA VERDAD NOS HARÁ LIBRES
Rogelio Gómez Mejía
“Quién teme al Ejército…?
De todo el huracán de pasiones que desataron los terroríficos hechos frente al Tecnológico de Monterrey, donde quedaron los cuerpos acribillados de los ingenieros Jorge Antonio Mercado Alonso de 23 años y Javier Francisco Arredondo Verdugo de 24 años, sobresalió la tardíamente preocupada expresión del Rector de esa institución, Rafael Rangel Sostman; “falta trasparencia de las autoridades. Es importante saber quienes los mataron”.
Porque sobran testimonios que contradicen los fallidos informes del Ejército y de la Procuraduría General de la República (PGR), desorientadores y reiteradamente justificantes primero, de que se trataba de “sicarios”, para recomponer después con que fueron víctimas del fuego cruzado de militares perseguidores de delincuentes del narcotráfico que les hicieron frente, cuando las jóvenes promesas de la ciencia se encontraban de su lado, con tan mala suerte que los proyectiles que los liquidaron, incluso una granada, no les tocó a ninguno de los numerosos artillados soldados que tampoco hicieron blanco en sus fantasmales enemigos que nada más desaparecieron ilesos del lugar, sin que sus perseguidores fueran tras ellos.
Como ya se está haciendo costumbre en esos violentos enfrentamientos, ninguna autoridad judicial estatal pudo cumplir con su deber de iniciar la averiguación previa con el Ministerio Público disponiendo la inmovilidad de los cuerpos y elementos necesarios para la investigación correspondiente, porque simplemente el ejército se los impidió durante tres horas, hasta que dejaron el escenario acorde con la hipótesis del “enfrentamiento” con sicarios, y sólo la débil y sumisa voz del procurador estatal, Alejandro Garza Garza alcanzó a tratar de exculpar a su jefe, el gobernador Rodrigo Medina de la Cruz, para musitar que la versión oficial incluso de la PGR de que las víctimas eran “sicarios”, ocasionó la confusa información confirmada por su señor gobernador, sin mencionar siquiera la violación a la soberanía estatal dentro del pacto federal.
Pero además nada dijeron los principales responsables de ese sometido gobierno de Nuevo León, de la obligada investigación que se “brincan” las autoridades federales que efectúan “operativos” a sus anchas, ni cuando iniciarían la autopsia de rigor dispensada por obvias, pero inexplicadas razones, supuestas evidencias de las trayectorias de las balas disparadas, sus calibres y la requisa de armas para cotejarlas, así como la reconstrucción de hechos, y ratificar las versiones públicas de decenas de testigos sobre el “tiro de gracia” presentado por Jorge Antonio Mercado e incluso la acción militar de arrastrar los cuerpos de los jóvenes de “su lado” y precisar como venía la persecución del convoy miliciano, para darle lógica al pretendido enfrentamiento con los narcosospechosos.
No se trata aquí de cuestionar a nadie, simplemente es una exigencia obligada de que todos los participantes en estos “operativos” cumplan con su deber apegados a derecho, como lo demanda públicamente su máximo jefe, Felipe Calderón Hinojosa y lo asegundo su secretario de Gobernación, Fernado Gómez Mont, con aquella lapidaria frase dirigida a las madres de los 19 estudiantes acribillados en Ciudad Juárez por otra “fuerza fantasmal”; “Para estar dentro de la ley, se debe respetar el estado de derecho”….derecho?
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