ISSSTE: martirologio
de pacientes
ROGELIO GÓMEZ MEJÍA
“Come camote y no te de pena, cuida tu casa y deja la ajena”.
Proverbio
EN REALIDAD, PARA UNA gran sector de la población no era necesario que el director del Instituto de Seguridad y Servicios Sociales de los Trabajadores al Servicio del Estado (ISSSTE), Jesús Villalobos López acudiera por fin, después de cancelar tres comparecencias, ante la Comisión de Salud de la Cámara de Diputados para enfrentar incómodos cuestionamientos finalmente soslayados con retóricos argumentos porque, para su infortunio y el desagradable dominio común, es bien conocida su incondicionalidad a su predecesor Miguel Ángel Yunes y su mecenas, la inefable cacique magisterial, Elba Esther Gordillo que, nobleza o conveniencia obligan, deben quedar impunes de acres señalamientos de desviación de recursos, tráfico de influencias, corrupción generalizada, manipuleo de personal y el consecuente pésimo servicio en la atención médica que lo exonera en parte, pero lo fustiga más no demostrar mejora alguna a la responsabilidad consignada.
Jesús Villalobos
Más bien llama a compasión una situación semejante, y no tanto por tener que asumir la obligación que le corresponde, sino por tener que apechugar penas ajenas por el corrompido manejo de una institución que debiera ser baluarte del servicio social y de salud para más de 10 millones de trabajadores del gobierno federal y miembros de la SEDENA, SEMAR y PEMEX entre otras grandes instituciones de las que todavía podemos presumir los mexicanos (a reserva de los grandes avances; dixit Calderón), y que descaradamente se exhibió como la “caja chica” de “totems” polítiqueros, disputándose las cuotas y derechos de los trabajadores, por más de 20 millones de pesos mensuales para el Partido Nueva Alianza de doña Elba Esther, según denuncia del fracasado panista aspirante a gobernar Veracruz, Miguel Ángel Yunes, esquilmándoles de paso los servicios que esa, que debiera ser noble entidad tendría que prestarles.
Y no es así porque el mal ejemplo cunde y cuando la cabeza devanea, los pies pierden el piso y los platos rotos los pagan miles de pacientes que tienen el derecho y aportan cuotas para ser atendidos, desgraciadamente, por algunos médicos o enfermeras y empleados, contagiados por la irresponsabilidad que gangrena al organismo y se refleja en el sufrimiento y el peligro en que ponen la vida de los derecho habientes por una desatención casi generalizada, como en el caso, por decir uno, del insigne director del periódico La Región de Zamora, Michoacán, René Serrano García, afectado de dolorosa afección que lo obligó a buscar alivio en los servicios hospitalarios del Issste en Zitácuaro, de donde fue canalizado al Urólogo de Apatzingá, donde lo pusieron “en observación” con estudios de ultrasonido semestrales, desde el 2005 hasta que insoportables dolores de los riñones hicieron que el doctor Moisés Reyes Souza se viera obligado a remitirlo, ya en 2011, con el especialista doctor Juan Carlos Sánchez Orozco (F32575) al Hospital Vasco de Quiroga con cita, a la que el médico no asistió, comenzado así lacerante vía crucis con el padecimiento encima de suspensión de consultas y reprogramaciones mientras su mal agravaba hasta que después de cinco meses abordó al director del nosocomio quien abrevió la consulta, sólo para que el malhadado doctor Sánchez Orozco lo viera con desparpajo, ordenara un nuevo ultrasonido y saliera sin más por la puerta falsa olvidando su juramento a Hipócrates.
Desalentado por esa actitud, acudió a un médico particular quien diagnóstico la operación de próstata y una tomografía por un quiste de siete centímetros en el riñón izquierdo, por lo que entrevistó al director del Hospital de Zitácuaro, Raymundo Peñaran López quien aceptó la carencia de recursos del Hospital Vasco de Quiroga, por lo que tendría que canalizarlo a Zapopan, Jalisco, o al Distrito Federal, razón por la que está solicitando ser enviado al nuevo Hospital de altas especialidades en Morelia, inaugurado recientemente por el presidente Felipe Calderón a través de una carta al delegado del Issste, Francisco G. Carrillo Díaz, quien podría quizá dar una solución factible a uno de los miles de casos que el organismo no alcanza a resolver con los más de 85 mil millones de pesos de presupuesto, ni con las transferencias del gobierno federal por más de 13 mil millones de pesos, claro, porque había que aclarar también adonde van a parar recursos como los 300 millones que exigió la maestra Gordillo de ser cierto, según la descarada confesión de su antes protegido Miguel Ángel Yunes, o si es aceptable calcular en 495 pesos la consulta a cada paciente, estimada por la institución.
Bala perdida
En este contexto de oscuros pasajes resaltan denuncias de un saqueo a las arcas del Issste con desvíos comprobables para contrataciones a empresas para engalanar festejos del bicentenario con el Turissste y con la “Estela de Luz”, así como la aplicación de 240 millones de pesos para la compra de un inmueble de los Ferrocarriles Nacionales ahora abandonado que, según el diputado Gerardo Noroña del P.T. y Victor B. López Carranza presidente de la FEDSSP, ameritan una denuncia penal por la que tendría que responder Jesús Villalobos… ¡Habría que verlo!
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