A 16 años del genocidio de Ruanda
800 mil muertos todavía claman justicia
Abdoulaye Bah
El pasado 7 de abril, Ruanda conmemoró el décimo sexto aniversario del genocidio que cobró la vida de 800,000 personas y traumatizó a toda una región hasta estos días. El genocidio se conmemora para preservar la memoria de las victimas que están vivas y honrarlas, pero también para ayudar al país a avanzar en el espíritu de unidad y reconciliación.
Los sobrevivientes del genocidio recuerdan esos 100 días cuando la humanidad en su conjunto les falló inmensa y consistentemente. Muchos de ellos están participando en el proceso de reconstrucción, creando redes para una coexistencia sostenida. Tras la visita del presidente francés Sarkozy a Kigali y el reconocimiento hecho en una conferencia de prensa conjunta con el presidente Kagame en donde se afirmó que “se cometieron errores” en 1994 (fr), los bloggers discuten el significado del Día de la Memoria del Genocidio (aunque las conmemoraciones realmente duraron una semana) y la complejidad de las relaciones internacionales de Ruanda.
Norah Bagarinka, sobreviviente tutsi, recuerda que fue detenida por milicianos, pero al final fue salvada por uno de ellos que resultó ser su jardinero:
Nos llevó, a mi madre y a otras tres mujeres, a un lado en el otro arbusto. Cuando llegamos ahí, tomó unas hojas, vendó mi mano, y nos dijo: ”Corran, corran por su seguridad”. Y se disculpó.
El proyecto Voices of Rwanda registra las historias de vida de ruandeses -no solamente historias acerca del genocidio, sino acerca de sus vidas como conjunto. Este testimonio de una sobreviviente explica por qué se siente obligada a recordar y dar su testimonio:
”Si muero sin contar mi historia acá, mi linaje se extinguirá”.
(Para más detalles sobre Voices of Rwanda, leer el artículo en The Hub en Witness.)
El blogger Mamadou Kouyate publica un artículo en los recuerdos de un grupo de soldados australianos del equipo de pacificadores de las Naciones Unidas sobre la masacre de Kibeho:
“Muchos de los veteranos sienten mucha culpa por lo que pasó porque no pudieron hacer su mejor esfuerzo para salvar vidas. No pudieron hacer nada para defender a los que no podían defenderse. [..] Todo lo que parecía quedar era el hedor de genocidio y niños abandonados por la guerra vagando patéticamente por las calles, traumatizados por la muerte y destrucción que habían presenciado”.
La conmemoración en el Estado Amohoro (Paz) fue seguida por 20 mil personas en una atmósfera calmada y edificante. Sara Strawczynski brinda una descripción de la Caminata para Recordar en las calles de Kigali:
Durante mis meses viviendo y trabajando como un becario Kiva en Rwanda, lo pasé mal reconciliando lo que sabía que había pasado con mis experiencias del día a día. Kigali es una ciudad segura, limpia y bella. El campo es exuberante y asombroso. [..] Dicho esto, las señales del genocidio de Ruanda nunca están tan lejos de la superficie [..] pasamos a dos grupos de prisioneros, fácilmente identificables con sus overoles rosados, anaranjados y azules. Las prisiones de Ruanda están llenas con personas acusadas y condenadas de genocidio y crímenes de guerra, y la tasa de encarcelamiento está entre las más altas del mundo.
Jenny Clover asistió a una conmemoración en la iglesia de Nyamata, donde murieron 10 mil personas:
La iglesia en Nyamata está llena con la ropa de las 10,000 personas que murieron ahí -miles y miles de camisas, vestidos, medias y pantalones apilados en los bancos de la iglesia. Empiezan a ponerse borrosos después de un rato -apenas una turbia pila de ropas gastadas, sacadas de una fosa común donde los asesinos trataron de cubrir lo que habían hecho. [..] Hay mucho más que decir acerca de la conmemoración en Nyamata: las filas y filas de cráneos pulcramente alineados en la fría cripta subterránea, algunos con cortes limpios de machete atravesándolos..
Esta es la segunda vez que Jenny Morse está en Ruanda durante el Día de la Conmemoración. Se debate entre “la obligación de asistir y las ansias de quedarse lejos“:
Muchos están acá por algo que conocen por sus recuerdos; otros están recordando la pérdida de familia, aun cuando hubieran estado fuera del país y no enfrentaron el genocidio. Pero este no es mi recuerdo. Sin duda, pasaré la mejor parte de hoy pensando en mis amigos que son sobrevivientes, y pensando en la familia que perdieron, que a través de las historias de mis amigos, siento casi como personas que conocí también. Tal vez pasaré parte del día con esos amigos. Tal vez no. A menudo hay discusiones entre los mzungus de acá sobre si es impertinente que vayamos a estos programas, o de otro lado si es una falta de respeto o no. No creo que haya un regla.
Muchos bloggers locales también han reaccionado a las complejas relaciones entre Ruanda y la comunidad internacional.
Stephane Ballong explica que la relación entre Ruanda y Francia es todavía un poquito tensa (fr):
En agosto de 2008, Kigali que rompió relaciones diplomáticas con París, había amenazado con enjuiciar a 33 personalidades francesas. En un informe de 500 páginas, las autoridades ruandesas denunciaron la participación del gobierno francés en el genocidio. El documento confirmaba las responsabilidades de trece políticos y veinte militares franceses en esas matanzas.
Christophe Ayad entra en más detalles acerca de estas acusaciones que serán publicadas en un documento llamado «Francia en Ruanda» (fr):
En «Allá arriba, en la colina de Bisesero», Jean-François Dupaquier hace un recuento de los primeros días de la operación Turquesa -operación militar-humanitaria controvertida y destinada a «detener las masacres»- a través del testimonio largo y detallado del ayudante en jefe Thierry Prungnaud, miembro de las fuerzas de Grupo de Intervención de la Gendermería Nacional (GIGN). Lo enviaron en una misión de reconocimiento bajo el comando del COS (Comando de Operaciones Especiales). Durante varios días, no comprendía nada de la situación. De hecho, esta es la figura de la situación que le dieron antes de su misión: «Los tutsis exterminan a los hutus. Hemos venido a protegerlos, poner fin a las masacres (…) Su rol es informarse de la situación en el terreno, ver dónde están los rebeldes del Frente Patriótico de Ruanda (FPR)». Es exactamente lo contrario de la realidad: los tutsis son masacrados por los hutus y el Frente Patriótico de Ruanda (FPR) no está implicado para nada en el genocidio que él busca detener.
Francia no es el único país al que se acusa de estar involucrado en la tragedia de Ruanda. En su blog, Mamadou Kouyate publica un artículo de Michel Chossudovsky en Global Research que sostiene que la guerra en Ruanda y las masacres étnicas fueron parte de la política exterior de EEUU.
Todas estas acusaciones y el trauma todavía palpable por la tragedia conforman una escena diplomática y política muy compleja en Ruanda. Los bloggers locales están hartos de que a pocos meses de las elecciones (programadas para agosto de 2010), las tensión política pueda volver a subir. Jean-Marie Vianney Ndagijimana escribe que el partido de oposición, Fuerzas Democráticas Unificadas-Inkingi (FDU-Inkingi) ha estado bajo coacción en varias ocasiones, como que se les ha negado pasaportes, han sido objeto de investigaciones policiales arbitrarias y amenazas físicas.
(Abdoulaye Bah, autor de Global Voices en francés, colaboró con este artículo con enlaces.)
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