La Nación Fantasma
SOMALILANDIA: UN PAÍS QUE EXISTE Y NADIE QUIERE VER
Felipe SANTAGADEA
(Exclusivo para Voces del Periodista)
Viajando por las región más oriental del otrora llamado Continente Negro, esa zona que semeja el cuerno de África, se encuentra una nación real, pequeña, vital, pero que para el mundo es casi invisible: Somalilandia, una de las vecinas incómodas de la conflictiva y paupérrima Somalia.
En efecto, Somalilandia es un país independiente que tiene su propia constitución política, su moneda nacional (el chelín somalilandés, regulado por su banco nacional) y un gobierno electo por voto democrático con elecciones competidas por ser de carácter multipartidista. Es más, siendo un país típico “en vías de desarrollo”, obtiene buenos ingresos por la vía de la exportación de ganado y cereales a Medio Oriente y su vecina Etiopía. Su ejército lo integran 30 mil efectivos y se hablan dos lenguas nacionales: el somalí y mayoritariamente el árabe. La religión nacional y mayoritaria es la musulmana sunita.
Recientemente se han detectado en su superficie terrestre, grandes yacimientos petrolíferos y de gas natural. Pero a pesar de todas esas características y cualidades naturales, económicas y políticas, Somalilandia no es un país reconocido por lo que no puede tener tasa de cambio que favorezca su comercio, ni permite que se establezcan empresas privadas de inversión extranjera.
SUS ORÍGENES
Esta nación africana fue parte del antiguo protectorado británico de Somalilandia hasta su independencia en junio 26 de 1960, época en la que se unió a la otra Somalilandia, la que se liberó del protectorado italiano, para formar ambas la actual Somalia con capital en Mogadiscio. Durante las tres décadas que estuvieron unidas bajo el nombre somalí, enfrentaron fuertes problemas económicos y políticos que culminaron en 1987 con una revuelta armada entre la ex Somalilandia británica y la llamada Unidad de Somalia. En 1991, Somalilandia logró su independencia definitiva y nombró a la ciudad de Hargeisa como su capital nacional.
Esta secesión somalí provocó también la creación de otros estados autónomos, los que sin independizarse totalmente de Somalia se autoproclaman autogobernados, como son los casos de las actuales Puntlandia, Maakhir, Galmudug y Jubalandia (menos conocidos y más invisibles aún que Somalilandia).
¿POR QUÉ NO LA RECONOCEN?
Se dice que la razón principal del no reconocimiento somalilandés como nación independiente ,se debe a que la Organización para la Unidad Africana (OUA) no la aprueba en base al principio de que “las fronteras coloniales de África no deben ser redibujadas, dado que el reconocimiento de un estado separatista como independiente podría crear una reacción en cadena, un efecto dominó con decenas de regiones y zonas autoproclamándose independientes” (sic).
A la luz de la geopolítica actual, este argumento de la OUA es endeble como falso, pues en la práctica, ese organismo continental ha roto dicho principio dos veces al haber reconocido en 1984 a la llamada República Árabe Saharahuí y en 1993 a Eritrea. Parafraseando al inmenso don Quijote de la Mancha de Cervantes Saavedra: “Cosas veredes, Sancho…”, pues es absurdo encontrar una nación de tres millones y medio de habitantes, muy viva, real y con potencial, que sin embargo legalmente no existe para el conjunto internacional de naciones.
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