LOS KURDOS:
UN PUEBLO OLVIDADO Y SIN PATRIA
FELIPE SANTAGADEA
Este pueblo de 22 millones de seres, tan antiguo (2,500 años A.C.), vive hoy en condiciones difíciles por diversos factores internos y externos, cuya suma les mantiene en constante conflicto con los nuevos estados de la región del cercano Oriente, la que en otra época se denominó el Gran Kurdistán.
Los kurdos, un pueblo de la gran familia Indoeuropea, son la minoría étnica más numerosa y sin patria del mundo, misma que por muchísimos años ha sobrevivido en permanente lucha de resistencia contra la discriminación y el exterminio. Sin embargo, otra característica que les define actualmente, es el enorme desconocimiento que hay, a nivel mundial, de este pueblo, su presencia, su problemática y su cultura.
Fundadores del antiguo Kurdistán, una enorme región ubicada al suroeste de Asia y que actualmente es el territorio de naciones como Irak, Irán, Armenia, Siria y Turquía, puede definirse de manera geográfica en el espacio comprendido por los montes Taurus al sur de Turquía, Zagros y Elburz, al suroeste y noroeste de Irán. Hoy en ese espacio habitan unos 20 millones de kurdos, siendo el 75% de ellos, los que viven en Turquía, nación que es una de las que más les discrimina y maltrata.
Su organización social desde siempre ha estado basada en clanes, lo cual les ha mantenido aislados de otras sociedades y no ha permitido una verdadera revolución o evolución de tipo nacionalista que les diera una identidad como estado, como país. Lo anterior dio como resultado que, mientras surgían Estados-Nación en la zona, los que con el tiempo han conformado el conflictivo Oriente Medio, la estructura social kurda, si bien era autosuficiente, siempre se mantuvo aislada y hermética.
UN RICO BOTÍN
La región del Kurdistán es una zona rica en recursos acuíferos y petroleros (con grandes reservas), además posee grandes extensiones arboladas (madereras), zonas de pastoreo y es una de las mayores productoras de cereales del Medio Oriente; es una zona estratégica por la confluencia de tres continentes y sus rutas comerciales. Del territorio kurdo-turco se extrae la totalidad del petróleo de ese país; en la parte iraquí, las reservas representan el 40% del total de la nación y en Irán el 10 %, en esta misma zona se ha localizado uno de los principales yacimientos de gas natural del país; en cuanto a la zona kurda-siria, allí se extrae la totalidad del petróleo de esa nación. En resumen, son sus vastas riquezas la causa central que da origen a los conflictos y choque de intereses regionales y mundiales. Los kurdos ocupan una zona codiciada históricamente por distintas potencias, cuando menos desde el siglo XX y lo que llevamos del XXI.
Históricamente, los orígenes de las políticas represivas en contra del pueblo kurdo, surgen desde 19l5 a 1925, con las pugnas por el reparto del Kurdistán. En 1925 se crea la Irak Petroleum Company con la participación de E.U., Gran Bretaña y Francia dentro del negocio petrolero, una de las principales causas de atracción estratégica y económica sobre esa rica región. Distintas naciones fueron interactuando con el pueblo kurdo, según los intereses de cada país, negociando, reprimiendo a sus gentes o apoderándose de sus territorios y sus riquezas, sin tomarle parecer a los kurdos. Por consecuencia, estas políticas represivas motivaron gran cantidad de exiliados, de refugiados así como una fuerte emigración hacia Europa (Alemania, Italia, Francia y Suecia), así como a E.U. y Australia.
ANTE A LA AGRESIÓN, UNA PELIGROSA RESPUESTA
La muestra más ilustrativa de la represión contra el pueblo kurdo es la política del estado Turco, la cual, antes de la lucha armada, ha consistido en despoblar las zonas del Kurdistán. Esta estrategia que utiliza la guerra y la tierra como instrumentos de guerra, fomenta la inmigración kurda hacia las urbes turcas y europeas; después de años de destrucción sistemática de unas 3 mil aldeas, de la eliminación de unas 30,000 personas desde 1984 a la fecha y de millones de habitantes que emigraron, podemos afirmar que se trata de un etnocidio vigente que ha conducido a una peligrosa situación de respuesta armada con la intromisión de otro factor altamente explosivo: el fanatismo islámico, el cual aprovecha esta coyuntura como caldo de cultivo para introducirse por todas partes del globo.
Ante la represión turca, los kurdos se han organizado en partidos y organizaciones que luchan, política y militarmente, por sus derechos, lo que por desgracia les ha llevado a un extremo violento y peligroso al dar carta de naturalización a la extrema izquierda revolucionaria y las guerrillas. Su partido político más fuerte es el PKK (Partido de los Trabajadores del Kurdistán) fundado en Turquía en 1978 y que en 1984 impulsó la organización de guerrillas y las posiciones de ultraizquierda, la que asegura demagógicamente que “respeta escrupulosamente las tradiciones culturales y religiosas del pueblo kurdo”. Propugna un estado federal compuesto por turcos y kurdos, y desde 1995 organiza un parlamento kurdo en el exilio.
El PKE es la única representación internacional del pueblo kurdo y representa a la diáspora kurda. La integran miembros del FLNK (Frente de Liberación Nacional del Kurdistán y brazo político del PKK), del HADE (el movimiento islámico no fundamentalista), intelectuales, mujeres y personalidades independientes. Su inmensa mayoría procede del Kurdistán turco y se afirma solidario con el PKK. El PKE tiene como objetivo conseguir, con el apoyo internacional, el cese del fuego en Turquía y negociar una solución política del conflicto.
EN IRÁN Y SIRIA
En Irak, la situación de los kurdos es similar con algunos matices propios de la historia de lucha kurda en este país, su relación con ese estado es diferente. El régimen iraquí si reconoce la existencia del pueblo kurdo e incluso admite un sistema autonómico siempre y cuando quede supeditado al gobierno nacional. Las principales fuerzas kurdas en Irak son: el PDK. (Partido Democrático del Kurdistán) de centro izquierda, y el UPK (Unión Patriótica del Kurdistán). La postura política Siria, en cambio, ha sido siempre más abierta al diálogo y al entendimiento con los kurdos. Incluso en 1998 el presidente Assad llegó a ceder a algunas demandas. Ante esta postura abierta, Turquía firmó con los sirios un acuerdo económico, con la condición de que el Estado Sirio debería dejar de apoyar al PKK.
EL FACTOR MUSULMÁN
Sin embargo, en los últimos años los gobiernos de Siria, Turquía, Irak e Irán, están cada vez más unidos y actuando en conjunto con una política de persecución y represión contra los kurdos. Este tipo de posiciones son alentadas por los aliados occidentales con miras a evitar un peligroso proceso de “Balcanización” de los países del Oriente Próximo. Como quiera que sea, se han venido estableciendo los clásicos grupos internacionales en pugna de intereses, lo que a mediano y corto plazos conducirán a otros conflictos armados, políticos y económicos, en donde el factor más peligroso: el islamismo radical, fundamentalista y violento, jugará un papel clave en su expansión, hasta ahora inevitable y que a la larga puede traer las consecuencias más funestas para el mundo entero por la violencia y la intolerancia que practican los militantes armados musulmanes. Los kurdos son, tal vez sin proponérselo, otro bastión que como caldo de cultivo incuba la intromisión islámica, abriendo otro frente en esta gran guerra entre el occidente y el expansionismo musulmán. Al tiempo.
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