Lealtad mata justicia
RAMI SCHWARTZ
Lealtad, con lealtad se paga, complicidad con complicidad y en ese sentido, el gobierno de Felipe Calderón es tan derecho, que prefiere ser leal y cómplice aun a costa de manchar aún más su nombre en la historia. El gobierno de Calderón prefirió declarar el 5 de junio día de luto nacional, donde la bandera mexicana, donde sea que se encuentre, deberá hondear a media asta antes de juzgar a Juan Molinar Horcasitas, hombre muy cercano al Presidente, de todas sus confianzas, cómplice en su campaña a la presidencia y todo lo que en ella sucedió, pero a la vez el responsable más visible de la negligencia que costó la vida a 49 niños y dejó marcados de por vida a 75 más en la guardería ABC de Hermosillo.
No cabe la menor duda, lo que sucedió en Hermosillo fue un acto de negligencia nunca antes visto. Una bodega semi acondicionada para guardería, sin salidas de emergencia ni ventanas, sin extintores ni sistemas contra incendios, sin medidas de seguridad, sin ensayos de evacuación para casos de siniestro, sin personal suficiente ni capacitado, sin cumplir con los estándares mínimos de inversión ni seguridad y por si fuera poco, con una serie de factores de riesgo adicionales como una bodega llena de materiales inflamables puerta con puerta de ella.
Una concesión que fue renovada a pesar de todo ello, sin exigir a los dueños cumplir con las obligaciones que estipulaba su contrato de subrogación, a la que no se le había practicado una revisión ni inspección en meses, todas estas responsabilidades del IMSS, cuyos índices de corrupción históricos le impiden cumplir sus obligaciones y por ende, tiene que recurrir a esquemas como este de la subrugación para solventarse, completarse y brindar así un servicio a la sociedad.
Al IMSS, en ese entonces dirigido por Molinar Horcasitas, le correspondía revisar, impedir que una bodega de productos inflamables se colocara junto a su guardería, hacer las inspecciones necesarias, que esta cumpliese con los estándares de calidad que ella misma le impuso. Al IMSS de Molinar Horcasitas le correspondía cumplir todas y cada una de las cláusulas del contrato que seguramente firmaron los padres que confiaron a sus hijos a esa institución entre las cuales, seguramente estaba, en primerísimo lugar, la seguridad de los pequeños.
También era responsabilidad del IMSS enrolar a protección civil de Hermosillo para asegurarse ambos que la guardería cumplía con los estándares de seguridad, entre ellos salidas de emergencia, extintores, ausencia de materiales inflamables o tóxicos al interior del inmueble y demás. Pero no fue así, el IMSS, aquella cuyo símbolo lleno de amor nos muestra una madre amamantando a su hijo, no hizo su tarea y el responsable de ello fue sin duda, uno de los hombres más cercanos al Presidente, quién lo ha acompañado desde su campaña para lograr la nominación del PAN, hasta la fecha, quién le ha servido con lealtad y ha sido su cómplice en muchas ocasiones.
Y como lealtad con lealtad se paga, complicidad con complicidad se paga y en eso Calderón sí cumple, prefiere manchar por doble partida su nombre y el de su gobierno en la historia antes de dar a éste negligente, que despacha como secretario de Estado, el castigo que merece. Calderón aceptó que el 5 de junio de cada año sea de luto nacional, un luto nacional generado durante su administración, un luto nacional que permanecerá en las fechas del calendario mexicano para siempre, antes de enjuiciar y llevar al banquillo a Horcasitas para deslindar su responsabilidad en estos lamentables acontecimientos y que pague la condena que seguramente merece por haber destrozado la vida de al menos cien familias que confiaron en él y la institución, supuestamente benemérita, que él encabezaba hasta unos días antes de la tragedia.
Los padres de los niños, a quién los golpeadores a sueldo del gobierno hoy acusan en la prensa y los medios de querer sacar raja de la muerte y desfiguración de sus hijos, hubiesen preferido toda la vida que se hiciera justicia y ver a los responsables de su tragedia tras las rejas. Pero no contaron con que los principios de amistad, lealtad y complicidad del presidente Calderón fuesen tan robustos, al grado de preferir que el nombre de su gobierno quede para siempre manchado en la historia que meter a uno de los suyos en la cárcel y lo mismo aplica para el antecesor de Horcasitas, Santiago Levy quién subrogó por primera vez dicha guardería así como al actual director del IMSS que al jurar el cargo aceptó todas las responsabilidades que este conlleva.
Al resto de los mexicanos nos queda el mal sabor de boca de saber que tenemos un presidente leal a sus amigos, cómplices e incondicionales como pocos en la historia que encabeza un gobierno bien mala onda, un gobierno gacho, que representa un liderazgo de chocolate que antepone los intereses de unos cuantos a los de la nación y que es totalmente insensible a los reclamos de padres que perdieron a sus hijos o que los ven hoy quemados, desfigurados y con su vida destrozada. La bandera a media asta a partir de este 5 de junio y hasta el final de los tiempos nos debe recordar no sólo a estos pobres pequeños y sus familias sino al gobierno gacho del panista Calderón.
Y como corolario, cuando se protege la negligencia como se hizo con Molinar, tarde o temprano surgen nuevos botones de la misma porque el humano es el único que tropieza varias veces con la misma piedra y resulta que en las casetas de cobro de la autopista México-Querétaro, a cargo del mismo Horcasitas, las cámaras de vigilancia llevan meses sin funcionar y por ello cuando los agentes de la PGR solicitaron a SCT los videos de las cámaras de vigilancia de la carretera que va a Querétaro para obtener información importante que esclarezca el secuestro de Diego Fernández de Cevallos con la pena pero no se los pudieron otorgar. Pero Horcasitas ya lo ha repetido hasta el cansancio, el duerme tranquilo, su conciencia está en paz pues sabe que lealtad con lealtad se paga, complicidad con complicidad se paga y tiene la garantía de un presidente, su amigo, que en ese sentido es un roble.
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