Narcoguerra fascista
siembra terror
ROGELIO GÓMEZ MEJÍA
“Tanto peca el que mata la vaca, como el que coge la pata…
Se puede concluir, sin temor a equivocarse, que la tristemente célebre “narcoguerra” promovida por el presidente designado Felipe Calderón Hinojosa, pudo haber sido concebida con buenas intenciones pero, todos sabemos, que el camino al infierno está empedrado de buenas intenciones, sobre todo cuando se proyecta sobre las rodillas por tontines con iniciativa o perversas e insaciables ambiciones de poder, dispuestos a lo inconcebible para mantenerse en el trono de la ignominia a cualquier precio, así vaya en ello la desgracia de más de cien millones de mexicanos.
Y no se puede interpretar de otra manera el provocar la inestabilidad de toda la nación al disponer de la antes prestigiada institución del ejército y la marina para perseguir criminales en una despreciable tarea provocada por los millones de viciosos de Estados Unidos, cuyo gobierno tiene la responsabilidad de cuidar sus fronteras y perseguir a los contrabandistas de drogas, a los que en México cuando más, deberían la policía federal y todas las preventivas en su apoyo, por así disponerlo el código penal respectivo, ubicarlos, detenerlos y encarcelarlos cuando el delito lo cometan en territorio nacional, para extraditarlos por los convenios internacionales, cuando los reclame aquel país por el daño que le ocasionen a sus ciudadanos.
Es tanto el daño ocasionado a México por esta sañuda persecución, digna de mejor causa, no descarta la suspicacia de que el verdadero fin pretendido sea la descarnada lucha por el poder total concebida quizá desde el sexenio de Ernesto Zedillo Ponce de León, creador, injustificadamente de la inconstitucional Policía Federal Preventiva -una fuerza paramilitar de cinco mil hombres- entonces, con estatutos y presupuesto propio, en duplicidad de las policías preventivas municipales y estatales como lo manda la Constitución, a las que en último caso deberían haber destinado esos recursos aplicados para eficientarlas., Decíamos, como parte de un proyecto fascistoide iniciado con la entrega del poder ejecutivo al reaccionario Partido de Acción Nacional, bien en obediencia a extraño poder extranacional o para instaurar un cambio de gobierno dominado totalitariamente por el presidencialismo, sobre un poder legislativo extraviado o sumiso, al igual que un poder judicial sobornado o aterrado.
Una muestra de lo anterior, podría ser el caso del “michoacanazo” donde todavía la PGR amedrenta al Poder Judicial por “atreverse” a discutirles sus consignaciones como si no fuera su obligación, e insiste en su actitud con la persecución al diputado Julio César Godoy Toscano, defensor propio de seis juicios previos y atenazado por el último, en pobre intento de revelar el fondo de la trama ya juzgada y sentenciada por prosélitos medios del gobierno que lo condenan como antes lo hicieron con sus 32 paisanos, víctimas de juicios fundados en ominosos arraigos, delaciones ignotas y testimonios de “testigos protegidos”, seguramente para servicios invaluables si los delincuentes no respetaran sus códigos de “honor” (de ahí el fracaso de las propuestas recompensas de 15, 5 y 3 millones de pesos por denunciar delincuentes), ahora usados para evidentes venganzas políticas o muestras de cómo se hilará la política mexicana de aquí en adelante.
Incluso alcanza apreciable validez la, como siempre, inesperada opinión del ex presidente Vicente Fox al respecto: “El tema se administra, el tema es que no puedes romper todos los balances y todos los equilibrios a la vez y aquí los rompieron”. (Calderón) “no ha sabido adecuar (las estrategias) a la realidad. El tema de la violencia nos está desgastando y destruyendo como país, está destruyendo la libertad de expresión, estamos teniendo que controlar teléfonos y controlar placas, estamos teniendo que grabar conversaciones de todo mundo, estamos caminando hacía un estado muy complicado”. ¡Ya dijo!
Bala perdida
Una pobre muestra de la infuncionalidad de los 37 mil policías o más de la Secretaría de Seguridad Pública Federal, PFP, restos de AFIS Y Judiciales Federales junto con su máximo jefe, Genaro García Luna, con sus pretensiones del Mando Único Policial (MUP), la dio la PGR a través del titular Arturo Chávez en “amistoso” recordatorio, al ofrecer recompensas de 15, cinco y tres millones de pesos a quien dé informes útil y veraces que ayude a esa autoridad para detener a 26 presuntos delincuentes (del rezagote pendiente), que cuentan con ordenes de presentación y aprehensión que por lo visto no han podido cumplimentar las presuntuosas policías del tal Genarito. Digo. A menos que sea negocito aparte…
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