BASTA DE GUERRA Y MUERTE
Busquemos la paz PABLO MOCTEZUMA BARRAGÁN
ESTAMOS EN EL SIGLO XXI, vivimos tiempos y circunstancias nuevas. Todo ha cambiado con respecto al siglo pasado.
SI EN EL SIGLO XX, EUA BUSCO y logró la integración económica de México y su subordinación con el TLCAN, ahora en el siglo XXI no le basta la subordinación económica de México, ahora necesita el control directo, físico, de nuestro territorio, la integración política y militar. La anexión.
El imperio norteamericano está en decadencia, en descomposición. Compensa la perdida de competitividad económica con su predominio militar. Busca luchar por la construcción de un nuevo proyecto imperial, un nuevo reparto del mundo, de las fuentes de materias primas, mercados, mano de obra barata. Quiere que los mexicanos le proporcionemos todo ello. Pero también nos quiere como carne de cañón.
EUA tiene una salida para la crisis, la que busca siempre: la guerra. Ya intervino en Libia, va tras Siria para acceder a Irán y estar en condiciones de enfrentarse a China. Por otra parte agudiza las contradicciones con Rusia…
En sus planes de guerra necesita tener asegurada una plataforma y controlar territorialmente tanto a Canadá como a México. El control directo de Canadá y México están planteados explícitamente en los documentos del CONRAD (Comando Norte), que se constituyó en octubre de 2002. Además de petróleo y mano de obra en condiciones de esclavitud moderna, EUA quiere sangre mexicana para sus guerras.
El siglo XXI comenzó con una gran regresión al llegar al poder el partido más retardatario y extranjerizante que se organizó en 1939 como reacción a todas las medidas progresistas del cardenismo. El PAN ya en el gobierno federal firmó, con el aval del PRI, la ASPAN (Alianza para la Seguridad y Prosperidad de América del Norte) y la Iniciativa Mérida, que implementaron la base para la integración militar y la acción de fuerzas militares y policiacas de EUA dentro del territorio mexicano. Todo ello en su proyecto de integración militar en curso.
Para lograr sus objetivos estratégicos, Washington cuenta con la incondicionalidad del gobierno del PAN y el apoyo del PRI. Por eso apoyaron el fraude electoral en el año 2006. A partir de 2009 con la administración de Barack Obama comienza una ofensiva sin precedente para la integración militar de México: La apertura de la Oficina Binacional de Inteligencia, en Reforma 265, donde actúan el Pentágono, la Armada de EUA, la CIA, la DEA, el FBI, la ATF, en pleno territorio nacional.
La integración de la Armada Mexicana a las maniobras navales Unitas 50-09, en Mayport, Florida, en abril de 2009, la aceptación de drones, aviones no tripulados de EUA en cielos mexicanos, la aprobación del proyecto de aduanas internas de EUA en territorio mexicano, la implementación de una base militar en San Salvador Chachapa, Puebla, disfrazada como Académica de Formación Policial en la que el 10 de mayo de 2011 Keith Mines -militar norteamericano, que es Director General de la Iniciativa Mérida- puso la primera piedra en esa base construida en 22 hectáreas de reserva ecológica.
Además[E1], el 8 de agosto de 2011 el New York Times informó de militares norteamericanos actuando en bases al norte de México. Por otra parte el 15 de diciembre de 2011 ya entró un convoy estadunidense a Matamoros, Tamaulipas, por el puente internacional Matamoros-Brownsville y permanecieron por cuatro horas.
Junto a la integración militar, el gobierno de Calderón acordó con Obama-Clinton la explotación “conjunta” de los yacimientos transfronterizos en el Golfo de México, entregando a las corporaciones gringas la explotación de enormes riquezas petroleras y pisoteando la Constitución. En los últimos meses la intervención yanki en México ha alcanzado niveles sin precedente y las violaciones a la Constitución han sido la norma y no la excepción. La guerra de Calderón, no es sino la guerra de Washington, que implementa sus operadores, que en un futuro pretenden seguir el mismo curso.
Tanto el PAN como el PRI, al través de sus candidatos presidenciales Josefina Vazquez Mota y Enrique Peña Nieto han prometido seguir la guerra. En octubre de 2006 la DEA le recetó la guerra a Calderón por conducto de Karen Tanden. EUA inició la guerra, da armas a los capos a través de Operativos infames (Rápido y furioso, Receptor Abierto, Arma Blanca, son botones de muestra) pero ahora el secretario de Defensa de EUA, León Panneta asegura que 150 mil personas han perdido la vida, en la declaración que hizo luego de la reunión que sostuvo con los ministros de Defensa de Canadá y México, Peter Mackay y Guillermo Galván, respectivamente, así como con el secretario de Marina, Francisco Saynez Mendoza.
Durante ese encuentro, uno de los principales temas fue la lucha contra el narcotráfico. El gobierno de Felipe Calderón sólo ha reconocido 47 mil 500 personas muertas a consecuencia de la violencia del narcotráfico. Por otra parte, el general Chales H Jacoby, Jefe del Comando Norte declara que es “inaceptable” que en 2011 haya habido 13 mil muertos en México. Primero incitan a la guerra, para luego mostrar la ineficiencia del Estado fallido mexicano y así tener el pretexto de intervenir.
¿Y cuál ha sido el resultado de la Guerra contra el narco? El 3 de abril, en la Cumbre Norteamericana EUA, México, Canadá con Harper y Calderón, Obama declaró preocupado. “Vemos que el poderío del narcotráfico en su totalidad está creciendo en países que son cercanos a nosotros […], eso tendrá un impacto sobre la capacidad que nosotros tenemos de realizar negocios en esos países, quizá tenga un efecto contagio que afecte a los estadounidenses, puede afectar a los turistas y puede tener un efecto de deterioro sobre la naturaleza misma de nuestras relaciones […]. Creo que deberíamos preocuparnos por lo que ocurre en México y Centroamérica, porque cuando hay familias, mujeres, niños inocentes que son acribillados en las calles, eso es un problema de todos, no solamente es un problema de ellos.”
O sea, que paso a paso crean condiciones para una intervención más abierta en México. Por eso es importante que en 2012 México cuente con un gobierno como sería del de Andrés Manuel López Obrador que pararía ésta guerra y éste proceso de integración militar con los vecinos del norte, que buscan que México lo apoye en sus guerras y que nuestros hijos y nietos sean carne de cañón de los ejércitos imperiales. Luego de un gobierno de guerra, queremos un gobierno de paz, uno que respete el artículo 89 de nuestra Constitución que defiende la solución pacífica de los conflictos, la autodeterminación de los pueblos y la no intervención.
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