"La información es un arma política frente al poder
que busca la apatía" RAMÓN SOLA*
En la
Facultad de Comunicación de la UPV-EHU se ha hablado
estos días de periodismo de calidad, y el debate ha desembocado
irremisiblemente en la cuestión de los costes de producción, que atenaza esa
aspiración en un contexto canibalizado por el todo gratis de internet.
El joven responsable de Le Monde Diplomatique, lo
tiene claro: La información debe liberarse para que el periodismo cumpla su
función de contrapoder, y eso requiere financiación propia y, por tanto,
implicación social (“la información se defiende dentro de las publicaciones,
pero también fuera”.)
Renaud
Lambert ha sido uno de los principales intervinientes en las jornadas sobre
periodismo de calidad celebradas en la UPV. Un periodista joven, que en la práctica
ejerce como subdirector de Le Monde Diplomatique, una de las
publicaciones de referencia mundial en este ámbito. No solo por sus 72
ediciones en 26 lenguas y 2,5 millones de lectores. También por la comunidad
estructurada de lectores y trabajadores (``Les Amics de LMD'') que posee el 49
por ciento de su capital y ejerce como minoría de bloqueo para preservar las
características de este medio, centrado en el análisis político, el reportaje y
el periodismo de investigación, con periodicidad mensual.
Lambert
se presentó en Leioa feliz por poder hablar sobre la cuestión de los medios de
producción, porque sabe que es ahí donde estriba la clave del periodismo de
calidad, algo en lo que han coincidido prácticamente todas las voces que se han
cruzado en estas dos jornadas.
La
financiación propia es el único camino para la imprescindible independencia, no
sólo respecto a los poderes políticos sino también a la publicidad. Recordó al
respecto que en medios como los gratuitos su peso ya es tan grande que en realidad
la lógica se ha invertido: “Se ha llegado al paroxismo de que son las
publicaciones las que venden lectores a los anunciantes”.
Pero
conviene empezar por el principio. ¿Se necesita el periodismo? Lambert se respondió,
tajante: “La información es un arma política. Esto no nos convierte en
justicieros vengadores, pero sí en personas que ponemos nuestro granito de
arena para la puesta en marcha política de la sociedad. Y ocurre en un momento
en que el poder tiene como objetivo la apatía; lograr seres conectados pero
anulados, ofrecer satisfacción momentánea en lugar de un proyecto de sociedad a
largo plazo...”.
“Los
medios son las armas -insistió-, pero los fondos para adquirirlos no están en
los bolsillos de los revolucionarios”, admitió acto seguido. Y sin embargo, no
hay otro camino: “La información gratuita no existe, cuesta dinero”. El ejemplo
de Le
Monde Diplomatique resulta contundente como pocos. El redactor jefe
admite que uno de sus trabajos viene a costar más que todo el presupuesto anual
para reportajes de Rue 89, medio
digital francés líder.
A
preguntas de los asistentes, terminó de confesarse: “La idea de que el internet
gratuito seduciría a la gente y que luego pagaría por los contenidos tiene
algunos problemas”, dejó caer irónicamente.
Le Monde Diplomatique.
Indicó
que Le
Monde Diplomatique sólo publica gratis en la web los artículos aparecidos en papel seis meses después, “y mi
opinión concreta es que habría que pagar por todo. Si no, al final la gente que
paga el periódico está pagando la producción de una información que otros
tienen de manera gratuita. Y si no son ellos, lo pagará otro -alertó-: El Corte Inglés, por ejemplo”.
Dicho
de otro modo, “la información se defiende dentro de las publicaciones, pero
también fuera”, añadió el periodista. Menos claro tiene si hay otras opciones:
“También podría haber una apuesta política importante por un servicio público
gratis de información”, insinuó, aunque admitiendo que es una hipótesis poco
probable por las contingencias políticas.
¿Cuál
es el modelo LMD? Su redactor jefe dio algunos detalles en tono objetivo, sin
autoalabanzas. Dijo que aspiran a “liberar la información”, y para ello dan
tiempo y medios a sus redactores y colaboradores, “y también todo el espacio
que necesitan, cuando el tamaño de los artículos lo exija”.
Junto
a ello, “aspiramos a ofrecer una visión de la sociedad al completo”, dijo tras
criticar a ciertos medios autoconvertidos en un cajón de sastre. Como anécdota
(o dato significativo, la interpretación es libre), citó que solo dos de cada
diez trabajadores de LMD son periodistas de carrera: el resto lo forman
historiadores, economistas...
Pero
sobre todo subrayó que la clave está en la estructura, en ese 49 por ciento y
en el blindaje que dan al proyecto sus estatutos: “Nos protegen. Establecen que
solo los asalariados pueden elegir una dirección, y si eso se cambia creo que
se cambiaría toda la lógica de LMD”.
Internet,
herramienta y utopía
Sobre
la irrupción de internet y su efecto sobre los medios tradicionales obviamente
también se ha hablado mucho estos días. Renaud Lambert percibe que su llegada
se festejó de modo lógico, porque “era lo nuevo contra lo antiguo, lo moderno
contra lo arcaico. Pero los nuevos medios no están efectivamente tan lejos de los
viejos a los que prometieron derrocar”, constata.
Al
hablar de la red y sus posibilidades para la transformación social, diferencia
“la herramienta internet de la utopía internet. Efectivamente es algo que debe
potenciar la horizontalidad y otras opciones, pero ya hemos visto que lo que
está potenciando es el consumismo, el individualismo...”. Y no ve que haya
favorecido el periodismo de calidad, sólo la suma de contenidos en tiempo
récord.
*Gara Periodismo de calidad, a debate en la UPV, con Renaud Lambert, Redactor jefe de "Le Monde Diplomatique"
|