El síndrome del 68 gobierna a México
GENERAL ROBERTO BADILLO
MARTÍNEZ*
Quien haya leído mis libros Libro Verde de las Fuerzas
Armadas, El complejo militar industrial de Estados Unidos y La
crisis sigue…los banqueros responsables, sabrá lo que he escrito del
movimiento del 68 (mal llamado estudiantil), en que los estudiantes, fueron
manipulados por comunistas, marxistas, revolucionarios, castristas, leninistas y
todos los “ismos” que a lo largo de los últimos años el llamado comunismo
internacional, ha adoptado para combatir a la Iglesia Católica,
a la familia y a todos los gobiernos que existen en la tierra.
La escuadra y el compás.
También he asentado que la lucha entre capitalismo,
liderado por Estados Unidos y Europa occidental al frente, y la Unión Soviética,
que en aquel tiempo encabezaba el llamado Sistema Socialista Mundial, fue una
farsa para engañar a los pueblos del mundo y que les permitiera a ambos
sistemas políticos exaccionar a los países en sus materiales estratégicos, en
especial gas, petróleo y todo tipo de minerales y alimentos para sus
respectivas industrias.
O sea, que lo que he asentado es la falsa lucha entre
capitalismo y socialismo desde el fin de la Segunda Guerra
Mundial hasta la caída del muro de Berlín, que es el más grande engaño de la
política mundial del siglo XX.
La planearon, la ejecutaron, la mantuvieron y la terminaron
los masones de Nueva York, Moscú, Inglaterra y Francia, sabiendo perfectamente
que nunca se iba a llegar a un enfrentamiento militar entre ellos y mucho menos
a un intercambio agresivo de armas nucleares. Les permitía mantener las crisis
o guerras convencionales entre países y pueblos de la tierra para tener
aterrorizado al mundo, dizque al borde del enfrentamiento nuclear.
Benito Juárez, distinguido masón mexicano.
Con ello alimentaban la industria más productiva que ya se sabe es la industria militar. Los pueblos aportaron su trabajo y los recursos para esa desangrante economía de guerra, que extendió la miseria en Asia, África y América Latina, paralizando económicamente a países que por sus recursos pudieron haber ascendido en su desarrollo, para atender las necesidades sociales de sus pueblos. El mundo estuvo así aterrorizado durante casi cincuenta años. Pero ello, tuvo y tiene aún consecuencias. En el llamado Mundo Socialista, los satélites de la Unión Soviética se rebelaron en varios países con miles de muertos en Hungría, Alemania Oriental, ahora integrada ala República Federal Alemana, y Checoslovaquia -convertida ahora en dos países, República Checa y Eslovaquia. Los gobiernos masónicos de occidente no hicieron nada, excepto condenar mediante la palabra las represiones a esos pueblos. La Unión Soviética, además, que llegó a destinar hasta el treinta por ciento del Producto Interno Bruto del país a las fuerzas armadas, no pudo sostener esa confrontación con Estados Unidos y Europa Occidental, hasta que explosionó con la caída del muro de Berlín y de desintegró.
Luis Echeverría Álvarez.
El engaño de la lucha entre capitalismo masónico y
socialismo masónico, después de la Segunda Guerra Mundial, dejó muy diversas
secuelas en todo el mundo. La principal y más nefasta es que el mundo no reaccionó,
no ha descubierto lo falso de esa lucha porque tendría entonces que pedir
cuentas a los que en diferentes formas, de acuerdo al país o países, en que se
manifestó, actuaron bajo ese paraguas de la lucha entre capitalismo y
socialismo.
En México hubo luchas de comunistas de muy diversa índole
en todo el siglo XX, desde el fin de la Segunda Guerra
Mundial. Comunistas procedentes de las universidades y del sindicalismo,
influenciados por la teoría marxista desde su juventud; comunistas o ideólogos
procedentes de partidos políticos, legales o clandestinos; o comunistas
entrenados en otros países, donde en ese tiempo gobernaban los partidos
comunistas en Europa, Asia y África.
También comunistas procedentes de universidades
occidentales, como la Sorbona
de París, Lomonosov de Moscú, o la de
Lovaina en Bélgica o bien, comunistas adiestrados en países como Alemania
Oriental, Unión Soviética, República Popular China y República Popular y
Democrática de Vietnam. Todos ellos mantuvieron la lucha contra el gobierno en
varios frentes.
José Lopez Portillo.
Incluso participaron comunistas y marxistas que no habían
salido del país y que fueron fanatizados en el sistema de enseñanza mexicano, de
la Universidad,
del Politécnico o de escuelas normales, a quienes desde su llegada a esos
centros les fue inducido el marxismo “redentor” como única forma de arribar al
paraíso en la tierra.
El ejemplo de Fidel Castro, bajando de la Sierra Maestra
triunfante, (promovido por el periodista Herbert Matthews del New
York Times, con la anuencia de Estados Unidos), se creía por todos esos
rojos que se repetiría en toda Latinoamérica; bastaba que se levantaran en
armas los grupos comunistas para derribar a los gobiernos.
Se agregaban también a esa lucha los masones comunistas
procedentes del seno de la
Iglesia Católica, como sacerdotes auténticamente guerrilleros
en todo el continente, en especial de Sudamérica, sobre todo Brasil y Colombia.
Fueron conocidos como los curas de la Teología de la Liberación, que en sus
ansias de derribar a los gobiernos constituidos, equiparaban a la Iglesia Católica
con el marxismo comunismo.
Se trataba de seguir el ejemplo stalinista.
En México el movimiento del 68 tuvo muchas consecuencias.
En primer lugar grandes contingentes de los que participaron en el movimiento
fueron incorporados a los gobiernos del PRI, a partir de 1971, en el gobierno
de Luis Echeverría Álvarez.
Otros, desde la Reforma Política
de José López Portillo llegaron al Congreso de la Unión y saltaron alegremente
de la Cámara
de Diputados a la de Senadores y viceversa. Todos sabemos quiénes son y a qué
grado de aburguesamiento los ha llevado, los millones de pesos que han ganado
en ambas cámaras.
En segundo lugar, los marxistas más radicalizados, que
normalmente son los menos preparados ideológicamente, se lanzaron
principalmente en el estado de Guerrero y Oaxaca a la lucha armada, atrasando
aún más socialmente a esos estados. Esa lucha armada, a punto de resurgir en el
2013, en esos estados de la república e incluso en otros como Michoacán, ha
mantenido latente la discordia con el Estado Nacional, sea gobernado por priistas
o panistas.
Surgieron también partidos políticos como el PRD,
disidente del PRI, que debilitaron grandemente al gobierno mexicano y al
sistema político mexicano que, hasta 1982, desde el punto de vista del
desarrollo, del progreso y de la industrialización del país había sido exitoso
desde 1940. Esas discordias nacionales también promovidas por el gobierno
estadounidense y por sus servicios de información, lograron que en los últimos
treinta años México se haya paralizado. La farsa panista
El primer desgobierno panista de Fox, que prácticamente
se dedicó al chocholeo y a gastar alegremente
más de 400 mil millones de dólares que recibió de las exportaciones petroleras
en su sexenio, no logró, a pesar de sus promesas de cambio terminar con la
desestabilización del país, promovida desde dentro por los marxistas y desde
afuera, por el gobierno estadounidense.
Homenaje a Genaro Vázquez Rojas, el guerrillero del pueblo.
La grave situación de México culminó con el gobierno de
Felipe Calderón, ahora reconocido como un fracaso por sus mismos componentes y
por el mismo Calderón que se entregó completamente a la “ayuda” del gobierno
norteamericano a través de la Iniciativa Mérida.
Esa “ayuda” de Estados Unidos logró como nunca antes en
México en los últimos 70 años, que los problemas se seguridad pública se
exacerbaran hasta el grado de casi desestabilizar al país y desde luego
paralizando económicamente el desarrollo, paralización que ya lleva 30 años.
Los más de 80 mil mexicanos muertos en el sexenio de Calderón
y los más de 25 mil desaparecidos, así
como las desestabilizaciones de grandes áreas en el norte del país y la
introducción de centenares de miles de armas a México, procedentes de Estados
Unidos, como una política de Estado de ese país, serán un baldón que acompañará
toda su vida a Calderón y a su partido.
Masonería actual.
Sin embargo, considero que algo grave también ha sido la
ingobernabilidad de México en los últimos dos sexenios, en que el gobierno
federal ha abdicado de la aplicación de la ley a grupos de alborotadores,
provocadores y agresivos marxistas que han hecho una verdadera burla de las
libertades que la constitución otorga a todos los mexicanos.
La no aplicación de la ley, tiene su más alto grado de
manifestación al conocerse oficialmente que el 98 por ciento de los delitos que
se cometen en México, o no se concluye su investigación, o no se inicia su
investigación. Lo anterior contrasta con las canonjías que el Poder Judicial,
encargado de la aplicación de la ley, tiene entre sus miembros más encumbrados
de la Suprema Corte
de Justicia de la Nación
con sueldos de más de 400 mil pesos al mes y una serie de privilegios que
incluyen un canal de televisión a color para sus sesiones y otras prestaciones
que no concuerdan con la ineficacia del servicio de justicia.
Ello ha llevado a que los marxistas mexicanos, que desde
los años 60 hasta nuestros días, se han opuesto por sistema al gobierno
nacional, le hayan tomado la medida al sistema político mexicano.
Nos gobierna entonces el síndrome del 68. ¿Qué autoridad,
sin tomar en cuenta su carrera política, romperá el nudo gordiano del 68 y aplicará
simple y sencillamente la ley para beneficio de todos los mexicanos?
Lo dejo como
pregunta.
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