El presidente Enrique Peña Nieto se refirió, el pasado martes 19 de noviembre, a “Protestas que a veces no está claro su objetivo. Pareciera que respondieran a un interés de generar desestabilización, de generar desorden social y, sobre todo, de atentar contra el proyecto de nación que hemos venido impulsando”.
En ese tenor, apuntó que las reformas, “sin duda”, han afectado intereses “de los que mucho tienen”, y de los que “se oponen al proyecto de nación”. Y que hay voces que, al amparo de quienes sufren dolor, enarbolan banderas de violencia y de protesta.
Acto seguido, dejó en claro "que el gobierno de la República está firme en la construcción del proyecto de nación que queremos para el bienestar todos los mexicanos”.
El fondo del discurso del presidente Peña Nieto coincide con el de uno de sus antecesores, Carlos Salinas de Gortari, quien gobernó al país entre 1988 y 1994.
Salinas fue entrevistado por El Universal, el lunes 10 de febrero de este 2014. En charla con el reportero Rogelio Cárdenas Estandía, dijo que intentaron “descarrilar su gobierno”.
La entrevista
A continuación reproducimos parte de esa entrevista con el ex presidente Salinas de Gortari:
-Durante los últimos meses de su sexenio hubo dos magnicidios, un movimiento armado, una pre crisis. ¿Qué fue lo que pasó?
-Lo que vivimos en ese inicio de 94 fue un intento de descarrilamiento del gobierno como respuesta al proceso reformador tan intenso que habíamos llevado a cabo: en la parte económica, pero también en la social con la transformación del artículo 27, la reforma educativa, la reforma de relaciones con las iglesias que rompía un tabú, pues el artículo 130 era el único no tocado de la Constitución en 70 años.
-¿Afectó intereses?
-Sí. Ante todo ello había una resistencia de los grupos que antes se beneficiaban de un sistema tan cerrado y anquilosado, que habían querido descarrilar las reformas y no pudieron, entonces decidieron descarrilar al gobierno, y eso es lo que intentaron en 1994. Pero [logramos] ofrecer paz, diálogo y mantener la circunstancia institucional para llegar, dentro de la inmensa dificultad, dolor y tragedia, a una elección presidencial que ha sido de las menos controvertidas, donde los mexicanos, muchos dicen “es que salieron a votar por temor”, ¡no! Salieron a votar masivamente como un acto de responsabilidad y dijeron “si hay reto, si hay problema, a las urnas vamos todos”, y una transmisión pacífica y constitucional del poder al final del año muestran que quienes estaban en contra del proceso reformador no lograron ni revertir las reformas ni tampoco derribar al gobierno.
-Cuando se da ese intento de descarrilamiento, ¿usted sentía que todo iba perfecto?
-¿Usted cree? Cuando se tiene esa responsabilidad nunca se piensa que todo va perfecto, no era mi caso, al contrario…
-Pero íbamos “viento en popa” y todo se cayó de repente.
-Pues no se cayó, porque ahí está el Tratado [de Libre Comercio] 20 años después. ¿Qué tal? ¿Cómo ve el Tratado 20 años después? No se cayó. Fue un anticlímax que generó el levantamiento del EZLN, se volvió un anticlímax mediático, y lo que hoy perdura son precisamente los resultados de esa gran reforma, uno más, ese instrumento que es el TLC, y lo que provocó el anticlímax se quedó también. Marcos hizo una autocrítica, [dijo] que en Chiapas, un estado con tanta pobreza, los municipios más pobres son donde tiene vigencia el EZLN.
Similitudes
Es incuestionable de posturas, entre el presidente Enrique Peña Nieto, y el expresidente Carlos Salinas de Gortari. Los dos han hablado de intentos desestabilizadores, o de intentos de descarrilar al gobierno, debido al descontento provocado por sus procesos reformadores.
Leamos:
EPN: “Protestas que a veces no está claro su objetivo. Pareciera que respondieran a un interés de generar desestabilización, de generar desorden social y, sobre todo, de atentar contra el proyecto de nación que hemos venido impulsando”. Protestas que provienen, según el presidente, de los que han visto afectados sus intereses por las reformas; “de los que mucho tienen”, y de los que “se oponen al proyecto de nación”. También, de los que al amparo de quienes sufren dolor, enarbolan banderas de violencia y de protesta.
CSG: "Lo que vivimos en ese inicio de 94 fue un intento de descarrilamiento del gobierno como respuesta al proceso reformador tan intenso que habíamos llevado a cabo: en la parte económica, pero también en la social con la transformación del artículo 27, la reforma educativa, la reforma de relaciones con las iglesias que rompía un tabú, pues el artículo 130 era el único no tocado de la Constitución en 70 años.” Y para mayor detalle:
“Sí. Ante todo ello había una resistencia de los grupos que antes se beneficiaban de un sistema tan cerrado y anquilosado, que habían querido descarrilar las reformas y no pudieron, entonces decidieron descarrilar al gobierno, y eso es lo que intentaron en 1994.”
EPN: tiene frente así las elecciones del año que viene.
CSG: tenía ante él, la elección presidencial.
No digamos más.
Análisis
a) El presidente Enrique Peña Nieto dirige su dedo a los que mucho tienen, y que se han visto afectados por las reformas. Pero resulta que ellos son muy pocos. No figuran, por ejemplo, los dueños de las televisoras. ¿Aludirá a Carlos Slim, otrora consentido del salinato, y a quien no le gusta verse desplazado?
b) También, a los que se oponen al proyecto de nación. Dentro del espectro político, podría pensarse que aludió a López Obrador, y seguidores. Pero el tabasqueño ya se alineó, con el sistema de partidos.
c) También dirige su acusación contra los que enarbolan banderas de violencia y de protesta: ¿EPR, ERPI, FULUS? ¿A la narco guerrilla?
El Presidente no contempló, sin embargo, a gente del propio gobierno, y del propio PRI. ¿No se acordará de lo que le pasó a Díaz Ordaz, en 1968?
La declaración patrimonial
Nos parece positivo que el jefe del Ejecutivo federal exhiba su declaración patrimonial. Eso lo deberían de hacer todos los servidores públicos, de los tres órdenes de gobierno. Todos.
Y, aunque lo hicieran así, no se terminarían las dudas, por aquello de los prestanombres.
En el caso de la declaración patrimonial del presidente Peña, algo debemos indicar: que –según el periódico La Jornada, del 20 de noviembre pasado—, la que publicó es prácticamente igual a la que presentó cuando era gobernador del Estado de México. Su mandato en esa entidad concluyó el 15 de septiembre de 2012. Queda, pues, la duda.
Principio de solución
Más allá de las declaraciones espectaculares, lo que se requiere es terminar con este modelo neoliberal, por ser el que origina tanta corrupción.
No se trata, aclaremos, de volver al sistema socialista de Echeverría y López Portillo, que también hundió al país.
Lo que se necesita es dar un golpe de timón. Impulsar un modelo económico nacionalista, sustentado en el micro, pequeño y mediano empresario. Y, también, promover un modelo político renovado, que permita a los ciudadanos gobernar para el bien común, sin tener que lidiar con la actual “partidocracia”.
Nos queda claro, al menos, que el actual gobierno no dará marcha atrás en el modelo neoliberal. Por lo tanto, el servicio público seguirá siendo visto como uno de los modos de enriquecimiento, más rápidos, pero —también— más inmorales.
Modelo que, sin duda, es generador de fuertes tensiones sociales.
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