Alejandro Moreno Cárdenas pone a caballo su plan de gobierno
“LLEVAR A CAMPECHE A LO MÁS ALTO”, podría quedarse ensueño, si la aspiración colectiva no se acomete, como recomendaba José Martí, poniendo las ideas a caballo.
Para tal faena, a la que la implacable Historia sólo concede una oportunidad, no basta la energía juvenil, si este atributo no es acompañado de la racionalidad madura.
El compromiso del gobernador campechano, Rafael Alejandro Moreno Cárdenas combina esas dos potencias: Juventud y sabiduría, con un soporte imprescindible: Voluntad política y el doble imperativo de ser y hacer.
El ser se lo ha otorgado a Moreno Cárdenas, con el mandato irrebatible de las urnas, el pueblo campechano. El hacer, la carta de navegación hacia el futuro, ha quedado condensado en el Plan Estatal de Desarrollo 2015-2021 (PED), presentado por el jefe del Ejecutivo ante el Congreso del estado.
La visión del nuevo mandatario campechano se asienta en la fascinación geográfica, histórica y cultural del solar nativo, y se proyecta a la rosa de los vientos en el entendimiento y la aprehensión de la desafiante realidad global.
Revertir la amenaza de la crisis humanitaria
El navegante, sin embargo, no puede embarcar ignorando el cuadrante de despegue: En casi tres mil localidades ubicadas en once municipios, la población se aproxima al millón de habitantes.
El espectro socioeconómico, es el más filoso acicate: 43.6 por ciento de los habitantes vive en pobreza; 11.1 por ciento en pobreza extrema. Ante ese drama inocultable -más de la mitad de la población en esas condiciones- deja de ser mero recurso retórico el comprometerse a un gobierno de resultados.
Si de construir el futuro se trata, estamos frente al bono demográfico: 28 por ciento de los campechanos es menor de 15 años; la media estatal es de 25 años de edad. La formación de capital humano para el desarrollo será un reto prevaleciente hasta 2021.
El diagnóstico en que se basa el PED, no es sólo obra de técnicos especializados. Es el cúmulo de experiencias políticas acumuladas por Moreno Cárdenas en el permanente contacto con la comunidad y sustanciado en su más reciente campaña electoral.
Dar el salto del sí se puede, al si se pudo
De ese militante diálogo con sus paisanos viene la convicción del gobernador de que es hora de dar el salto del si se puede, al si se pudo.
“Tenemos”, dice al subrayar los presupuestos programáticos, “potencialidades económicas; valiosos recursos naturales, patrimonio histórico, riqueza cultural y laboriosidad de su gente”. En la contraparte, existen alternativas de producción que no han sido aprovechadas plenamente para generar más empleos y mejores ingresos.
Para detonar las potencialidades en pos del desarrollo integral, se tienen que aprovechar ventajas no sólo comparativas, sino competitivas; superar carencias de infraestructura, adaptarse a la economía globalizada e impulsar la inversión productiva; hacerlo, como condición sine qua non, en unidad, armonía y mayor esfuerzo, según fórmula propuesta por Moreno Cárdenas en la presentación del PED.
En energéticos, hacer valer la razón histórica
El emplazamiento del PED parte de dos perspectivas: Conciliar las divergencias ideológicas y, con vocación federalista, orientar hacia Campeche los rendimientos de las once reformas estructurales impulsadas por el gobierno de Enrique Peña Nieto, con especial énfasis -dada la naturaleza geográfica y estratégica del estado- la reforma energética.
La extracción de hidrocarburos contribuye significativamente al desarrollo estatal, no siempre compensada a la hora de las participaciones federales, de ahí que se invoque, para hacerla valer, la razón histórica al plantearse un nuevo tipo de relaciones con la Empresas Productiva del Estado Petróleos Mexicanos (Pemex).
El punto de partida con vistas a los objetivos y metas de desarrollo se sustenta en tres fundamentos: Revisión de la estructura y organización de la administración pública, el imperio de la legalidad y el Sistema Estatal de Planeación Democrática que deriva en 40 obras y acciones estratégicas descritas en el PED.
Como línea doctrinaria, el PED define la misión gubernamental en términos de transparencia, honestidad, eficiencia y rendición de cuentas, sustentada en la participación corresponsable de los ciudadanos y comprometida con el Estado de Derecho, privilegiando el respeto a los Derechos Humanos, y cooperación entre poderes. Federalista y solidaria con la nación, al tiempo que procura la equidad social.
Objetivo prioritario: Erradicar pobreza extrema y hambre
El PED incorpora en su concepción en vías de instrumentación los Objetivos de Desarrollo del Milenio, de la ONU: Erradicar la pobreza extrema y el hambre, lograr la enseñanza primaria universal, promover la igualdad de entre sexos y el empoderamiento de la mujer; reducir la mortalidad de los niños, mejorar la salud materna, combatir el VIH/sida, la malaria y otras enfermedades y garantizar la sostenibilidad del medio ambiente.
Entre los principios rectores del PED se impone el imperativo de gobernar con Ética e impulsar la revaloración del servicio público, con visión de integralidad y complementariedad entre los tres órdenes de gobierno y poderes públicos y, en el gran angular, gobernar con enfoque regional, nacional y global para generar sinergias que permitan el desarrollo que requiere y merece el estado.
En resumen: Fortaleza económica, gobierno eficiente y moderno y sociedad fuerte y protegida.
Se dice pronto. En un escenario en el que la crisis petrolera mundial enerva las expectativas decrecientes de la economía nacional, aspirar a un Campeche en paz y con seguridad pública se antoja un desafío de titanes. Lo es, a condición de que la vitalidad del oficio político, la capacidad para conciliar la lucha de los contrarios y la energía social bien encauzada encuentre correspondencia en un federalismo hacendario que descentralice el reparto de la riqueza generada por todos los mexicanos. He aquí la cuestión.
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