CUANDO PENSAMOS EN ALGÚN ANIMAL PELIGROSO, por lo general se viene a la mente un león, un tigre, un oso o un tiburón, claro como es bien sabido, según estadísticas ningún animal grande es tan peligroso como el hipopótamo –pese a las creencias populares-, sin embargo, hay un animal pequeño muchísimo más peligroso y que tiene una apariencia monstruosa… bajo el microscopio, porque su tamaño hace difícil de apreciar sus horrendos detalles a simple vista.
A pesar de eso es el que más seres humanos ha matado en este planeta, hablamos por supuesto del mosquito anófeles, también conocido como aedes aegipti y aedes albopictus.
Claro que estas bestezuelas no desgarran o devoran a sus víctimas, su mecanismo letal es más insidioso, parasitario; las hembras de estas especies se alimentan de sangre, la cual utilizan para fabricar sus huevecillos, y necesitan picar varias veces para lograr su cometido, lo cual las hace muy aptas para portar microorganismos de un ser vivo a otro.
Así, tenemos que en México se padece de varias enfermedades transmitidas por mosquitos – denominados por los epidemiólogos con el elegante nombre de “vectores” - entre las que encontramos tres principales a saber: El paludismo, el dengue, y más recientemente el Chikunguña.
El paludismo - un viejo conocido, “erradicado” desde los 80’s del siglo pasado por decreto presidencial, lo mismo que la tuberculosis -, continúa dando problemas hasta hoy a pesar de tener un tratamiento bien establecido. El dengue - también un viejo conocido – es bastante problemático, y por si fuera poco, ahora tenemos al chikunguña que al menos en México, es nuevo… Y qué bueno que no nos llegó el ébola.
El vocablo chikunguña es de origen makonde un idioma bantú del sur de Tanzania y del norte de Mozambique, significa “enfermedad del hombre retorcido”, debido al fuerte dolor articular que provoca; conocida también como artritis epidémica chikunguña o fiebre de chikunguña, es producida por un virus denominado alfavirus chikunguña, el cuadro tiene una fase febril aguda que dura de 2 a 5 días, seguida de ronchas en la piel, pueden presentarse síntomas digestivos, incluyendo dolor abdominal, nauseas, vómito o diarrea en la mitad de los casos y un período de dolor en las articulaciones de las extremidades en 9 de cada diez casos, que puede persistir semanas, meses, años, o de por vida en 1 de cada diez casos. Aunque la enfermedad no es mortal en adultos sanos, en los que casi siempre se autolimita, tiene una mortalidad del 0.4% en menores de un año y alrededor de 1% en ancianos complicados con otros padecimientos. Para prevenirlo se debe controlar el mosquito y evitar sus picaduras. El chikunguña da sólo una vez, después el enfermo desarrolla anticuerpos que lo protegerán de por vida. Hasta la fecha no hay un tratamiento específico, todo se reduce a medicamentos para controlar los síntomas, además de reposo e ingesta de líquidos.
“Fiebre de pollo”
Este virus NO es nuevo, se detectó por primera vez en Tanzania en 1952, descrito por W. H. R. Lumsden, la confusión radica en los nombres y las traducciones: El término chikunguña deriva de la raíz verbal kunguniala del idioma makonde, significa “secarse”, “encorvarse” o “retorcerse”. Autores posteriores, pasaron por alto las referencias al makonde, y afirmaron que la palabra procedía del idioma suajili usado en la región (y oficial en Tanzania) lo que se fue repitiendo a lo largo de sucesivas reimpresiones documentales. Un error ortográfico “chickengunya” relacionó a la enfermedad con las gallinas - a partir del inglés chicken, "pollo", junto con la suposición errada de que Gunya es una región geográfica en Asia o África -, generando la traducción “pollo de Gunya” y “pollo de Gunaya”. Esto, con el error añadido de que “Gunya” era el nombre informal con el que los guineanos llamaban a su país, dio como resultado el nombre: “fiebre del pollo de Guinea”. Todo un galimatías lingüístico con sabor avícola.
Como se ve, tenemos a una enfermedad bastante llevada, traída y hasta difamada… lo importante es saber que llegó para quedarse, así que lo mismo que con el dengue, hay que quitar cacharros de las azoteas, poner mosquiteros en las ventanas, utilizar repelente para mosquitos, y si hay síntomas, favor de no acudir a ningún médico brujo - de Tanzania o de la Bondojo-, sino a un médico de verdad.
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