EL AGUA ES LA VIDA REZA EL CLICHÉ y es válido, nuestro cuerpo está compuesto de un 65% de ella, es muy peligroso deshidratarse por lo que si se va a lugares cálidos o muy secos, es mejor llevar una buena provisión líquida o atenerse a las consecuencias.
NO MUCHOS ayeres atrás, la ciencia consideraba que en el universo el agua era un recurso escaso, se pensaba por tanto que nuestro planeta era algo así como un oasis.
Esta creencia promovió más de una novela de ciencia ficción con ese supuesto y más de tres películas que puedo recordar, basan su argumento en la codicia de los extraterrestres por el preciado líquido ya fuera dulce o salado.
Un panorama muy distinto
Poco a poco, la astronomía y las sondas espaciales nos han demostrado un panorama muy distinto. Los extraterrestres no tendrían ni a qué asomarse por estos rumbos para conseguir agua. Para empezar, se sabe que la mayoría de los cometas -si no todos- están compuestos casi por completo de hielo, y se considera ahora que los océanos de la tierra se llenaron gracias al impacto de cientos de miles de estos, lo interesante es que aun cuando a nosotros así nos parezca, en comparación no es tanta…
La luna de Júpiter: Europa, que ha protagonizado papeles importantes en libros y películas (Arthur C. Clarke 2010: Odisea dos y su continuación 2061: Odisea tres, la novela de Greg Bear “La fragua de Dios” –1987- y la película “Europa Report” –2013- ), ha resultado así de fascinante por haber aportado los primeros indicios claros de agua extraterrestre.
La composición general de Europa es parecida a la de los planetas interiores, rocas silíceas. Su gruesa capa exterior de 100 km se creía de hielo sólido, pero datos obtenidos por la sonda Galileo indicaron que Europa experimenta ciertos cambios en su débil campo magnético al interactuar con el gigantesco campo magnético de Júpiter, así el 2 de marzo de 1998 la NASA anunció el descubrimiento de que hay un material conductor bajo la superficie de Europa, quizás un océano salado, acompañado por un pequeño núcleo de hierro metálico.
Calor por “amasado”
La superficie de Europa es muy lisa, con pocos accidentes geográficos de más de unos cientos de metros de altura y pocos cráteres, su brillo es uno de los mayores de todas las lunas, lo que indica una superficie joven y activa que no puede tener más de 30 millones de años, y se piensa que el océano líquido bajo la helada superficie se mantendría “caliente” con la energía generada por el efecto de “amasado” sobre la pequeña luna, generado por las mareas gravitacionales de Júpiter. Se estima el espesor aproximado de la corteza de hielo sólido entre 10 y 30 km, lo que puede significar que el océano líquido tiene una profundidad de hasta 90 km.
La característica externa más llamativa de la luna Europa es una serie de vetas oscuras que se entrecruzan por toda su superficie manchada de un color rojizo, otra característica son las “pecas” o superficies lenticulares, circulares o elípticas que pueden haberse formado por agua líquida que ha escapado del interior cuando se fractura la superficie de hielo, estas vetas, motas, su poco relieve y otras marcas visibles, asemejan a las de un océano helado en la Tierra. Se asegura que es agua por observaciones del telescopio espacial Hubble, que demuestran una atmósfera muy tenue compuesta de oxígeno, casi con toda seguridad de origen no biológico (generado por la luz del Sol y partículas cargadas chocando con la superficie helada, lo que produce vapor de agua que a su vez es dividido en hidrógeno que escapa al espacio por ser más ligero y oxígeno que se queda). En diciembre de 2013 el telescopio Hubble detectó fumarolas de vapor de agua disparadas desde la superficie, lo que confirmó las teorías de la existencia de agua bajo la corteza superficial del satélite. Europa hoy se considera no sólo poseedora de un océano, sino que su cantidad de agua se calcula como varias veces superior a la de nuestro planeta y dadas las probables condiciones volcánicas de su superficie rocosa interior, podría albergar vida dependiente de este tipo de energía, como en las fosas hidrotermales de los abismos marinos terrestres, donde tampoco llega la luz del sol.
Más común de lo que parece
Sí, hay mucha agua en Europa, pero no solo allí, tras más de 20 años de investigación, se sabe que es abundante en el universo visible, que existen enormes nebulosas con grandes cantidades de ella en forma gaseosa (cientos o miles de veces la cantidad en nuestros océanos), mezcladas con diferentes sustancias entre ellas alcohol etílico (¡Salud!), amoniaco y cianuro (¡guácala!). También se ha encontrado vapor de agua en la atmósfera de Venus, Marte, Júpiter, Saturno, Urano y Neptuno.
Hallazgos relativamente recientes convierten en rival de Europa a la luna de Saturno Encelado, de cuyo polo sur se desprenden fantasmales geiseres helados que se elevan decenas de kilómetros sobre su superficie, también podría albergar un océano liquido debajo de su corteza de hielo, y la sonda Cassini, como uno de sus actos finales, pronto “rozará” la superficie de esta luna a pocos kilómetros y nos dirá más acerca de la composición de estos chorros helados. Para sorpresa de muchos, otra luna de Saturno, Titán, parece no tener bajo su densa atmósfera un “manto rocoso” o “corteza” como se pensaba, si esto resulta cierto, los grandes lagos de gélido metano líquido no reposan sobre roca, sino sobre una inmensa y gruesa capa de hielo, con un océano de agua salada por debajo y una segunda superficie, esta si de roca, en el fondo. En octubre del 2015 se encontraron pruebas de agua líquida en la superficie de Marte, lo que corroboraría la teoría de que alguna vez albergó grandes océanos y tal vez hasta vida.
El agua dulce NO sobra en la tierra, así que hay que cerrarle a la llave, pero como tal no es rara en el espacio, que pareciera entonces ser navegable en más de un sentido, sólo falta ahora que logren detectar agua en los miles de exoplanetas (si, miles) que se han encontrado en otros tantos sistemas solares, yo apostaría a que pronto se encontrarán otros océanos allá afuera, y tal vez después, uno que otro Kraken…
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