CUANDO A FINALESDE 1977 vi por primera vez STAR WARS, me enteré de que la fuerza tenía un lado brillante y un lado oscuro, años después me enteré de que además de la materia y la energía que conocemos, existen una materia y una energía… oscuras, lo que por supuesto me trajo el recuerdo del temible Darth Vader Lord de Sith; pero el nombrecito no era por eso, sino porque aparte del hecho de que existen, no se sabía gran cosa de ellas.
CON EL TIEMPO algo más se ha averiguado: de acuerdo con la ciencia moderna, del 100% -- o total—e de materia y energía del universo, todo lo que podemos ver y aquello con lo que interactuamos a diario en la Tierra representa sólo 4 a 5%, la materia oscura (que algunos científicos suponen debe ser una variedad o pariente de los neutrinos) alrededor de 24 a 25%, y el restante 70% es energía oscura (una extraña fuerza “repulsiva” o “anti gravedad” asociada con la observación de que nuestro universo se expande más rápido ahora que en el pasado).
Funcionamiento y origen del universo
Aunque hasta hoy ni materia, ni energía oscura han sido detectadas directamente, y sólo se han registrado extraños efectos en el espacio que se les atribuyen —como algunas lentes gravitatorias—, estas ideas ya se han tomado en cuenta para las teorías que describen el funcionamiento y origen del universo. Es necesario porque como ya se dijo, materia y energía oscuras representan el 95% de todo lo que existe, así por ejemplo, las teorías modernas acerca de nuestra galaxia y las incontables otras que vemos alrededor en el espacio, sugieren que se formaron debido a fluctuaciones en la densidad de la materia oscura, ya que esta interactúa con la gravedad, lo que es un punto importante, porque partiendo de allí se ha podido trabajar.
De acuerdo con una nueva investigación teórica de Gary Prézeau del Laboratorio de Propulsión Jet de la NASA (JPL por sus siglas en inglés) en Pasadena, California, usando simulación por computadora para determinar qué ocurre cuando un flujo de materia oscura atraviesa el planeta, sugiere que muchos filamentos ultra-densos o “cabellos” de materia oscura pueden surgir de la Tierra y otros planetas en nuestro Sistema solar.
Suena “descabellado” pero si alguna vez han visto lo que pasa cuando se mueve un imán dentro de un gel de limadura de hierro, podrán darse una idea, porque al imán le “sale cabello” cuando la limadura en gel “trata” de seguir las líneas de fuerza magnética.
Surge de cálculos teóricos
La idea de flujos de grano fino de materia oscura – todos moviéndose a la misma velocidad y orbitando galaxias como la nuestra –no es nueva, surge de cálculos teóricos realizados en los 1990’s y simulaciones llevadas a cabo en la última década, estos flujos invisibles y que no interactúan con la materia ordinaria pueden ser mucho más largos que el propio sistema solar, y hay muchos de ellos entrecruzando nuestro vecindario galáctico, es razonable asumir que enormes cantidades de materia oscura pasan directo a través de los planetas y salen por el otro lado a cada segundo sin que nos demos cuenta —igual que los neutrinos—. Prézeau llevó la investigación un paso más allá simulando lo que pasaría a estos flujos de materia oscura al pasar a través de nuestro sistema solar y nuestro planeta, así la gravedad de la tierra enfocaría y doblaría el flujo de partículas, tornándolo en unos angostos y densos filamentos que él llamó “cabellos”.
Él dice que deben de haber muchos de ellos emanando de la Tierra, y que Júpiter, el más grande de los planetas en nuestro sistema solar, tendría aún más y con raíces más densas debido a su mayor masa. Prézeau usa la palabra “raíz” para describir lo que sus simulaciones muestran como la parte más densa del cabello de materia oscura, cuyo flujo de partículas al pasar a través del núcleo de Júpiter, forma cabellos con raíces de una densidad un trillón de veces mayor que el promedio (en el espacio libre), en contraste con la raíz del cabello de materia oscura de nuestro mundo el cual tendría sólo mil millones de veces más partículas que el promedio. El autor comenta que “si podemos identificar la localización de una de estas raíces, podríamos mandar una sonda allí para obtener una bonanza de datos acerca de la materia oscura”.
La investigación de Prezeau sugiere que las raíces de los cabellos de materia oscura de nuestro planeta deberían estar a alrededor de 1 millón de kilómetros de la superficie —dos veces y un cuarto la distancia a la luna—. Relativamente cerca de nosotros en el espacio, y sería posible diseñar y mandar una sonda espacial para buscar y explorar estas raíces… si existen.
De acuerdo con Charles Lawrence, científico en jefe del directorado de astronomía, física y tecnología del JPL: “La materia oscura ha eludido todos los intentos de detección por más de 30 años. Las raíces de cabellos de materia oscura serían un lugar atractivo para buscar, dado lo densos que se piensa que son”. Además hay otro fascinante hallazgo en las simulaciones por computadora de Prézeau, los cambios en la densidad dentro de nuestro planeta —desde el núcleo interno, al externo, al manto, a la corteza–, estarían reflejados en los cabellos, éstos tendrían “marcas” que corresponderían a las transiciones entre las diferentes capas de la Tierra. “Teóricamente, si fuera posible obtener esta información, los científicos podrían usar los cabellos de materia oscura fría para hacer mapas de cualquier cuerpo planetario, e incluso inferir la profundidad de los océanos en lunas heladas”.
Todas estas ideas están en la frontera de la investigación de la materia oscura y necesitan ser demostradas, pero si a mí me preguntan, sería una grandiosa forma de hacer realidad los maravillosos “sensores” y “tricorders” de la ciencia ficción. Si esta “cabellera planetaria” resulta ser real, por sus implicaciones seria grandioso, aunque Sansón no podría peinarla, y por cierto que Dalila no podría cortarla.
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