LA ZONA ECONÓMICA EXCLUSIVA DE MÉXICO Y LA SOBERANÍA NACIONAL
Por: Jorge Nuño Jiménez
Pocos son los temas que en el Estado Mexicano generan apasionamiento como las cuestiones relacionadas con la adquisición o pérdida de soberanía territorial.
Hoy recordaré la conducta ejemplar y patriótica de buenos mexicanos que lucharon aquí, en este país, por preservar nuestra soberanía, en contra de invasores cuando México estaba divido y que pisotearon el territorio nacional.
Este tema que ha sido para mí una verdadera pasión, sobre la grandeza de México, y una exposición gráfica de un mapa que nos muestra un país con un gran futuro, marítimo y oceánico, el cual sugerí respetuosamente, que debería ser incluido en los libros de texto gratuito de la Secretaria de Educación Pública, para que los niños mexicanos conozcan y defienden en el futuro, nuestras riquezas.
México ha manejado los temas territoriales a lo largo de su historia con un esmerado interés y ha sido extremadamente celoso en la defensa de su soberanía.
Cabe recordar las pérdidas sufridas como consecuencia del Tratado Guadalupe Hidalgo, de 1848 del Tratado de la Mesilla, de 1853; del laudo arbitral sobre el caso del Chamizal, del 15 de junio de 1911, y del laudo arbitral del 26 de enero de 1931, del Rey Víctor Manuel III, de Italia, por el cual México perdió, en beneficio de Francia, la soberanía territorial de la isla de La Pasión, ahora conocida como Clipperton.
México fijó por primera vez su mar territorial en el Tratado de Paz, Amistad y Límites conocido como el Tratado Guadalupe Hidalgo, celebrado con Estados Unidos en 1848. En este instrumento, que ratificaron México y los Estados Unidos, se establecía una distancia de tres leguas que equivalen a nueve millas náuticas; en el Artículo V del Tratado se estipuló que: “La línea divisora entre las dos Repúblicas comenzaría en el Golfo de México, a tres leguas fuera de tierra frente a la desembocadura del Río Grande o Río Bravo del Norte”.
Recordamos la adquisición de un espacio soberano de más de 3 millones de kilómetros cuadrados en una extensión llamada “Zona Económica Exclusiva”, la cual tiene una importancia estratégica para México, para su desarrollo económico, porque permite a las generaciones actual y futura, la explotación de las reservas petroleras de más de 40 mil millones de barriles que se encuentran dentro de esa zona y permitiendo, así, su explotación legal.
En la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos de 1917, aunque se hizo referencia al Mar Territorial, no se estableció claramente una distancia determinada.
En el párrafo IV. del Art. 27, se estableció que eran propiedad de la nación “las aguas de los mares territoriales en la extensión y términos que fijara el Derecho
Internacional”. El Art. 42 del mismo ordenamiento, cuando habla del territorio nacional, recogió la misma idea, de que el territorio nacional comprende: V. Las aguas de los mares territoriales en la extensión y que fije el derecho internacional.
Desde el punto de vista histórico, México fue el primer país de América Latina que adoptó un enfoque patrimonialista para la defensa de la soberanía de sus recursos, con aportaciones de distintos países del Continente que tuvieron algunos intentos unilaterales de establecer una jurisdicción de 200 millas de soberanía para la explotación de los recursos naturales y reconociendo el paso inocente de naves de todas las naciones, pero sería México el que impulsara en forma coordinada en los foros internacionales la creación de la “ZONA ECONOMICA EXCLUSIVA”.
Dadas las características físicas y geográficas de nuestro país, es sin duda eminentemente oceánico, por poseer vastos litorales con una extensión de los 10 mil kilómetros a lo largo de los cuales cuenta con un mar territorial de 12 millas náuticas (22.22 kilómetros ejerciendo soberanía plena). La naturaleza lo ha dotado de 2.3 millones de hectáreas de lagunas costeras y más de medio millón de kilómetros cuadrados de plataforma continental submarina.
Con el Decreto, se adicionó el Art. 27 de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, donde se establece una “ZONA ECONOMICA EXCLUSIVA” situada fuera del mar territorial y que fue publicado en el Diario Oficial el 6 de febrero de 1976. México estableció una zona marítima de 200 millas náuticas (370.40 kilómetros) cuya área cubre una superficie aproximada de más de 3 millones de kilómetros cuadrados que es una gran oportunidad y reto para la explotación nacional, para la creación de empleos, para el desarrollo de ciencia y tecnología inagotable que ofrece este espacio para el pueblo mexicano, por lo tanto, los espacios oceánicos reconocidos por el derecho internacional.
La “ZONA ECONOMICA EXCLUSIVA” es la figura jurídica más revolucionaria y es la pieza central del nuevo derecho del mar que jugó un papel decisivo en las negociaciones y los resultados de la III Conferencia sobre Derecho del Mar, conocido como el derecho del Siglo XX, un derecho y una noción jurídica que muestra el vigor, la vocación latinoamericana con sus antecedentes y la convicción de justicia internacional que México siempre ha impulsado.
(*) Director General
Centro de Estudios Económicos y Sociales del Tercer Mundo A.C.
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