EL 12 DE MARZO DE 1519, llegó Hernán Cortés a invadir nuestras tierras o “conquistar” como decían ellos. Entró por el río Grijalva y dos días más tarde los indígenas maya-chontal se enfrentaron a los intrusos en Centla dirigidos por Taabscoob. Ahí en lo que hoy es Tabasco (en su honor) comenzó la resistencia en nuestras tierras.
HACE
500 años
inició la invasión
Pablo Moctezuma Barragán
DOS CUESTIONES SON CLAVEpara entender ese periodo de nuestra historia, por un lado, los invasores eran hombres nacidos en el siglo XIV, crueles y sanguinarios, porque al negarse los marineros a navegar lejos, la reina Isabel liberó a presos condenados a muerte y a penas largas si se embarcaban hacia el “nuevo mundo”.
EN LAS ISLAS DEL CARIBE exterminaron en masa a los pueblos originarios y solo les interesaba el oro. En su ignorancia y ambición ciega jamás entendieron, no pudieron, ni quisieron entender la organización económica social, cultural, política de las tierras que invadían. Lugar en el que ni siquiera existía la propiedad privada y la sociedad se basaba en calpullis o clanes familiares. Aquí no había ni reinos, emperadores, princesas, ni señoríos, barrios, etc. Que eran instituciones feudales europeas inexistentes aquí.
POR otra parte, Hernán Cortes había traicionado al virrey Diego de Velasco y llegó aquí huyendo, sin permiso del virrey –quien lo había nombrado para encabezar una expedición y le quitó el nombramiento cuando se dio cuenta que eran otras sus intenciones. Menos aún tenía el permiso del Rey.
El castigo que dictaban las leyes a quienes “conquistaban” las tierras sin permiso del Rey era la pena de muerte, según la ley de las siete partidas de Alfonso El Sabio que eran vigentes desde el siglo XIII. Para evadir la pena de muerte por el delito que había cometido Cortés cuidó y llenó de mentiras todo lo que en realidad sucedió durante la invasión del Anáhuac. Él había estudiado leyes en Salamanca y fue notario en La Española (Hoy Santo Domingo y Haití) por lo tanto sabía cómo tenía que contarle los hechos al rey Carlos V.
¡No podía decirle al rey que invadió, que mató a Moctezuma y a miles, que “conquistó la tierra! Sin su permiso. Entonces inventó que Moctezuma lo confundió con un enviado del Señor que era dueño de la tierra (décadas después inventaron que lo confundió con “dioses”, cuando bien sabían que los hombres blancos comían, defecaban, usaban el sexo, dormían, sudaban como cualquier ser humano) y que Moctezuma cobardemente le “entregó su reino” que él recibió a nombre del rey Carlos. Luego inventó que a Moctezuma lo mataron los mismos mexihcas. De esta forma él quedaba libre de toda culpa a los ojos del rey. Además le envió mucho oro para sobornarlo.
La versión de Cortés es falsa.
AQUÍ NO HABÍA REINOS, ni propiedad privada (no podía entregar la tierra que no tenía dueño), ni feudalismo por lo que no había señores, ni Moctezuma mandaba pues la máxima autoridad era el Tlahtocan o Consejo y él era solamente el Tlahtoani o vocero del consejo. Desgraciadamente la historia que se ha dado a conocer es la versión de Hernán Cortes y sus cómplices, los cronistas militares, como Bernal Díaz del Castillo. Y esa historia está tergiversada de cabo a rabo.
A 500 años de la invasión debemos descolonizarnos mentalmente, entender los hechos reales comprender lo que fue el colonialismo y luchar hoy contra el neocolonialismo que vivimos. Los españoles del siglo XV no iban a decir, ni podían decir la verdad. Nosotros mexicanos del Siglo XXI debemos hacer justicia histórica a los pueblos originarios y sus dirigentes.
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