UN NUEVO PARADIGMA,CONVIVIR CON EL COVID-19
Juan Bautista
Regresar a otra realidad, cuando en realidad nunca salimos de ella.
Después de un shock, de una aguda crisis, de estar al límite de la vida, lo más probable, si es que se quiere salir de esta profunda conmoción, es que el problema, aun cuando ya se reconoció y aceptó su existencia, se analice su posible solución con otro métodos, otra mirada, otra forma de pensar y actuar.
AL SURGIMIENTO del covid-19, hace casi un año, todas las teorías y pronósticos, sobre su origen, desarrollo y grado de efectos a nivel mundial, fallaron. En escrito alguno, nadie imaginó el alto grado de letalidad alcanzado en vidas humanas, como tampoco, el efecto emocional con secuelas graves por esta enfermedad en individuos, aún recuperados. Y mucho menos, se desglosó el largo peregrinar en la crisis económica que alcanzó al más insignificante de los rincones del mundo. Incluso, el parte política, los primeros análisis sólo vieron algunas protestas sociales por medidas del confinamiento, pero no diagnosticaron caídas de presidentes y funcionarios de gobiernos, de todas las ideologías, por el mal manejo de la crisis sanitaria.
“Este catarrito”
Aquí en Voces del Periodista, ofrecimos en su momento, un recuento de las figuras públicas que fueron afectadas por el covid-19 y el seguimiento a las efusivas protestas sociales ante medidas adoptadas por gobiernos con estrictas medidas de confinamiento, así como las clásicas medidas económicas para enfrentar “este catarrito”, frase utilizada por varios mandatarios en los primeros meses de la pandemia. Tampoco estudio alguno desarrollo, desde las primeras semanas, el alto impacto que tendrá en la vida cotidiana entre los ciudadanos del mundo, alterando, en forma estructural sus vidas y formas de convivió y más, de sobrevivir a una inédita situación en grado extremo, hacia un confinamiento por meses que están por cumplir un año.
El shock
En el clásico libre de El Principito, de Antoine De Saint-Exupéry, en su primer capítulo, refiere que las personas adultas, sólo toman en cuenta las cosas, si a ellas se les imprime un número, porque entonces las cosas, adquieren para ellos, un valor. “Las personas mayores aman las cifras. Cuando uno les habla de un nuevo amigo, nunca preguntas las cosas esenciales. Nunca dicen:” Cuál es el tono de su voz, qué juegos prefieren, coleccionan mariposas? En cambio preguntan: Qué edad tiene, cuántos hermanos tiene, cuánto gana su padre. Solo entonces creen conocerlo todo.
Ese pasaje de la literatura fantástica francesa encuentra una ligera comparación con nuestra desdichada actualidad. Ahora que la cifra de muertes llegó al millones 300 mil muertes y México aportó su diez por ciento, con 100 mil muertes, el tema del análisis toma otros caminos y parece que las viejas políticas de enfrentar a las pandemias, empiezan a ser distintas. Aun cuando hay resistencias profundas en las estructuras financieras que no dejan de medrar con la salud y el endeudamiento a las naciones, con una clásica receta que lleva al endeudamiento permanente, un sinfín.
En primer lugar, es necesario mirar el problema a través de otro lente, ver el tema de la pandemia, como una crisis de salud, y como tal debe ser atendido en su sentido más profundo, sólido y estructural. Esto, es priorizar la vida, instrumentar por todas la vías, que primero está el individuo por encima de todo problema. Su atención médica, el acompañamiento, la aplicación de la vacuna, en forma gratuita y propiciar políticas públicas que defiendan el entorno de la población enferma, en recuperación y acompañamiento en sus distintas fases.
Enfrentar esta crisis humanitaria, esta crisis de salud, con una visión de poner en el centro del problema al ser humano, donde el Estado vuelca toda su atención como la forma primigenia de la razón de ser de una nación, y a la misma familia, como la célula que da forma al Estado mismo, es la vía más certera de ocuparse de un tema que continuará afectando a una gran parte de la humanidad y que se extingue a una velocidad sostenible, solo con algunas ligeras contracciones, en tanto no se encuentra la solución final.
Los informes más recientes en términos económicos, refieren como la gran crisis peor enfrentada en los últimos 100 años.
Los reportes de la Comisión Económica de la Cepal y de la Organización internacional del Trabajo OIT, refieren que esta crisis tardará entre tres y cinco años, apenas para alcanzar los niveles de producción, empleo, y de generación del Producto Interno Bruto, que se tenían a inicios de la pandemia en el 2019. Un escenario, poco alentador para las economías emergentes como las que se encuentran en América Latina, donde se ubica a nuestro país México.
Las cifras para la recuperación económica, para el mundo y en especial para América Latina, no son alentadoras. Un reciente informe de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe, en colaboración con la Organización Internacional del Trabajo, indican que el costo de la pandemia arrojará una caída del 9.1 por ciento, en relación al Producto Interno Bruto…
El número de personas en pobreza crecerá en 231 millones (lo que representa un retroceso de 15 años).
La pobreza extrema aumentará en 96 millones de seres humanos (Esto se traduce en un retroceso de 30 años).
Las exportaciones, se desplomarán en un 14 por ciento.
Las pérdidas de empleo sumarán 47 millones.
La informalidad avanzará 54 por ciento y cerrarán 2.7 millones de empresas…
Esta crisis, señala el documento, es la peor en los últimos 100 años.
Los grupos más golpeados son aquellos que no pueden realizar tareas de teletrabajo. Las mujeres, por ejemplo, además de caer su empleo, tuvieron que retirarse a cuidar hogares; los trabajadores informales, cerradas sus posibilidades ante el encierro y nula circulación fueron muy perjudicados; también cayeron los sectores del comercio, manufactura, construcción y servicios (turismo y entretenimiento); los jóvenes, un sector altamente golpeado por la falta de generación de nuevos empleos, así como las pequeñas y medianas empresas, también sufrieron pérdidas y otras cerraron. Sólo para este segundo trimestre del año en curso, se estima la pérdida de 47 millones de empleos en conjunto con la región, con respecto al año anterior.
Llegó para quedarse y sus consecuencias
Los análisis económicos más conservadores, indican, que esta crisis de salud, permanecerá de tres a seis años para alcanzar una recuperación óptima y lograr regresar a los niveles que se tenían en el 2019, con la letal carga de miles de muertos por el virus, en tanto no se apliquen las vacunas y se esperan mejores resultados…
En México, se han mantenido políticas de aislamiento y protección, se ha invertido en infraestructura hospitalaria, se han adquirido respiradores, se mantiene una política de convenios internacionales con farmacéuticas nacionales y extranjeras, para adquirir las vacunas y éstas estén en plena disposición y además se ha insistido en que la vacuna sea gratuita y universal, como lo acaba de expresar el presidente Andrés Manuel López Obrador en la reunión del G.20, el pasado 21 de noviembre.
Pero hoy pareciera que todo esfuerzo es insuficiente, en México, se critica la acción gubernamental pero al mismo se olvida, se deja de lado, el gran hoyo negro que recibió y la cenizas de un sistema de salud en ruinas, con falta de personal médico y casi nula especialización en epidemiología, además de considerar todo el entramado de relaciones obscuras y tráfico de influencias en los contratos con farmacéuticas, donde en algunos casos, los directivos de los hospitales, llegaron a establecer convenios con empresas de suministración de productos a costos elevados, fuera de norma.
Las consecuencias de la pandemia se han extendido a casi todos los órdenes de la vida social y económica, hoy todas las ramas de la producción están tocadas, y algunas, incluso ya encallaron.
Pero no excluye que el análisis del rescate, sea en primer lugar visto con una política humanitaria y en segundo lugar, el análisis de las cifras. La puesta de salir de este fango es el método, su concepción primigenia para salvaguardar en primer lugar a la especie antes que al sistema.
La misma ONU, ya está recomendando a los gobiernos, realizar serias inversiones en el rango de la salud en forma estructural. Dar un giro a la vieja industria en el consumo de combustibles y emigrar a energías renovables y ecológicas. Generar empleos a distancia aprovechando el uso de las tecnologías. Y sin dejar, de lado la defensa de su financiera, recomienda aplicar políticas fiscales expansivas, la promoción de subsidios a las pequeñas y medianas empresas.
El tema, al final del túnel, es el ojo, la mirada, el método con que se quiere afrentar la salida de un tema, que pareciera no encontrar una mediana solución. El cambio de paradigma, su aplicación y método, donde ante todo, esté el individuo como centro del universo, hoy es una vía para una solución permanente.
More articles by this author
|