Empate técnico en
la sucesión presidencial
…la oposición no se ve
Juan Bautista Rojo
Claudia Sheinbaum y Marcelo Ebrard, con pocos puntos de diferencia entre sí Surgen candidatos alternativos, como Luis Donaldo Colosio y Samuel García.
MÉXICO asiste a la elección presidencial más longeva en la historia moderna, con tres años de anticipación en la antesala de la sucesión, anunciada formalmente por el Presidente de la República el pasado 3 de julio de 2021, un día después de la elección que renovó a la mitad de las gubernaturas, alcaldías y al congreso legislativo.
Esa premura, esas ganas de obtener más espacio en la preselección a beneficio de los precandidatos afiliados al partido en el poder —como se ha demostrado en estos seis meses—, también ha metidos a los morenistas en serios problemas, de liderazgos internos en una batalla de baja intensidad por asomarse, por visibilizarse mejor ante los militantes y después ante el resto de la sociedad.
De la oposición, por su parte, no se vislumbra unicidad en candidatura alguna, y más por los tiempos programáticos por los que deben pasar sus partidos, asambleas y congresos nacionales para consensar las precandidaturas y después, si es que sellan su alianza en forma sólida, a una candidatura única. Ahí, una falla estructural de la organización en alianza, porque sus tiempos, bajo la vorágine actual, están desfasados y sus caballos pueden llegar con retraso de cuerpo y medio.
En todo proceso el contexto es fundamental para entender el avance por etapas. Si al principio se vislumbraban tres candidatos entre los morenistas, ahora son cuatro; dos fuertes con mayores índices de popularidad; otro, con menor intensidad, y un penúltimo que entró por la puerta principal del Palacio de Cobián, anunciado como presidenciable por Mario Delgado, el presidente de Morena.
Indicadores
Reforma y El Universal realizaron las más recientes encuestas sobre la sucesión presidencial durante el mes de diciembre.
Reforma señala al Canciller Marcelo Ebrard con un 31 por ciento contra un 30 por ciento de Claudia Sheinbaum, Jefa de Gobierno de la Ciudad de México en la preferencia electoral. Atrás sigue, con un 12 por ciento el senador Ricardo Monreal.
El Universal, a través de las agencias de publicidad Buendía & Márquez, Sheinbaum obtiene un 35 por ciento y Ebrard 27 por ciento. Monreal con un 17 por ciento.
En ambos casos, Morena como partido, en la intención del voto, oscila de un 37 por ciento a un 45 por ciento, lo que indica una amplia preferencia en este periodo para llegar a la Presidencia de la República.
Podemos comentar, sin llegar a ser despectivos, que como candidatos Doña Claudia y Don Marcelo, son los más longevos en esta contienda, tanto por su exposición en medios y actuar público y político, como en sus trayectorias.
Y en ese contexto, del 3 de julio del pasado año a esta fecha, se posicionaron nuevos actores. De un segundo piso, escalaron al primero, aun lejanos en la pista, pero ya llegaron, entre ellos dos figuras jóvenes: Luis Donaldo Colosio Riojas, alcalde de Monterrey, Samuel García, gobernador de Nuevo León, ambos por Movimiento Ciudadano. Y usted, puede estar de acuerdo o no con sus figuras, pero la percepción social ya los está incluyendo en esa pista del primer mundo de la política mexicana.
Un quinto elemento, que no se veía en el horizonte, es Adán Augusto López, que de estar gobernando el estado de Tabasco, fue requerido en la Secretaría de Gobernación por el Presidente Andrés Manuel, es mi “paisano de hace muchos años y le tengo plena confianza”, remató con un abrazo el día que lo presentó en sociedad política.
Nadie puede cantar victoria, el tiempo es largo (dixi)
De la oposición, no se puede decir algo serio ni sólido todavía. Ya ven el caso de Ricardo Anaya que anda a salto de mata, de precandidato a prófugo de la justicia. Las candidaturas de los partidos de oposición tendrán que pasar por un imbricado proceso de aceptación, validez y apoyo multipartidario, algo que se ve muy lejos todavía.
El complejo contexto
El proceso de la sucesión presidencial en su etapa preliminar, ya viven momento intensidad. La confrontación del ejecutivo federal con el pleno del Consejo del Instituto Nacional Electoral por el tema de la consulta de la Revocación de mandato, está escalando niveles de juicio político y juicios legales ante la Suprema Corte de Justicia, quien ya decretó la realización de este ejercicio.
El tema de fondo no es el dinero, el financiamiento para su realización, es un botón de muestra del pleno ejercicio del poder, de la demanda ciudadana, de la inflexión institucional ante una práctica, que para unos representa un escaparate del poder presidencial y para otros, una opción democrática para sentar las bases de remoción de algún gobernante, en lo futuro.
Pero el nivel del agua de la democracia tendrá que llegar a un buen nivel para poder navegar, por un mejor rumbo, por llegar a buen puerto, sin naufragar, por el bien de todos.
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