21 años de reflexiones en el vacío
HÉCTOR TENORIO
El Partido de la Revolución Democrático ( PRD), al cumplir 21 años de fundación es incapaz de remontar una mala percepción, que tiene frente a la sociedad. Como sarampión, continúa con las secuelas de su crisis internas que datan desde del 2007 y cada vez más alejados de sus fundadores. En estos años, la dirigencia perredista ha sometido a la militancia a sus decisiones y acciones, que en la mayoría de los casos sirvieron para que un pequeño grupo intercambiaran los puestos de elección.
La población que creyó en está opción política esta ahora en distintos frentes y si no se ha organizado en torno a nuevo partido político es porque no ha surgido un dirigente capaz de unificar el descontento contra la clase política.
El ex presidente nacional perredista Leonel Cota, refleja el estado de ánimo al interior del Sol Azteca, al declarar que se encuentran en el peor momento de su historia. Grupos antagonista al presidente nacional, Jesús Ortega, piden su salida como si esto fuera suficiente para solucionar su problemas estructurales, entre los que destacan la de contar con una incipiente organización en casi todo el país y un esquema de control de las diferentes corrientes que la componen, por lo que continúan las decisiones unilaterales.
Queda claro que a los amarillos no les alcanza con la intentona de refundación con toda y sus reformas del estatuto partidario, el programa, la declaración de principios y la línea política, porque son los mismos actores que han pervertido a la izquierda. Atraviesan por una crisis de representación, caracterizada por una contracción en su votación, una pérdida significativa de gobiernos locales y una disminución en su presencia legislativa. Los perredistas gobiernan todavía el 25% de la población en la República Mexicana en un número importante de municipios en estados como Zacatecas, Michoacán, Guerrero, Baja California Sur, Chiapas y el Distrito Federal.
Para los amarillos resulta de vital importancia retener Zacatecas, para evitar un efecto domino que perjudique al PRD en Michoacán el próximo año. Guerrero ya no lo contamos porque el gobernador Zeferino Torreblanca Galindo, se encargó de entregar el poder anticipadamente al Partido Revolucionario Institucional (PRI).
En este sentido llama la atención el proceso de Zacatecas, donde se libra una batalla de encuestas, PRI y PRD ambos institutos dicen llevar ventaja. Parametría y Consulta Mitofsky, colocan a Antonio Mejia Haro, abanderado de la coalición Zacatecas nos Une (PRD-Convergencia), en el primer lugar en las preferencias electorales en la entidad. Lo cierto es que el 30 por ciento de los electores aún no deciden. Por lo pronto El triunfalismo de Miguel Alonso, quien va por la alianza Primero Zacatecas (PRI-PVEM) ha desaparecido; el alcalde con licencia del municipio de Zacatecas, Cuauhtémoc Calderón Galván, del PAN; y el edil con licencia de Fresnillo, David Monreal, quien abandera al Partido del Trabajo (PT), son espectadores y sus respectivas militancias pondría inclinarse por alguno de los dos punteros, probamente los petistas lo hagan por el PRI y los panistas por el PRD.
A esto se suma divisiones que acarreo el pacto de coalición, los seguidores de Andrés Manuel López Obrador se radicalizaron y hacen trabajo en el PT. A pesar de esto sus promotores consideran que las alianzas permitirán que los partidos de izquierda se metan en la competencia en el 2012 y no tengan una participación sólo testimonial. Desde su óptica en los cinco estados donde se pactó una alianza PAN-PRD-Convergencia, el PRI perderá parte de sus votos. Oaxaca se presenta como una elección marcada por la sangre y desestabilización de la entidad. Ahora o nunca, es el momento para un partido de izquierda que no se avergüence de sus orígenes.
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