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Edición 234 | ||||
Escrito por Mouris Salloum George | ||||
Sábado, 15 de Mayo de 2010 14:24 | ||||
Calderón en Washington: O cabestreas o te ahorcas
Hace cuatro años, metido hasta las rodillas en la sucesión presidencial, Vicente Fox se desplazaba por territorio de los Estados Unidos, promoviendo el voto de los compatriotas transterrados a favor del Partido Acción Nacional. En pleno vuelo, fue enterado de que en el Senado norteamericano se había aprobado un dictamen relacionado con la ansiada reforma migratoria. Sin más información ni reflexión, y creyendo que estaba servida ya la “enchilada completa” que convirtió en leitmotiv de las relaciones bilaterales, primero en cielo y después en tierra, Fox expectoró a gritos que aquél era un día histórico, esplendoroso, que marcaba un cambio radical definitivo de situación de millones de mexicanos en los Estados Unidos.
Cuatro años después, la primavera de nuestros emigrados no puede ser más ardiente y ominosa: La llamada Ley Arizona -cuyo sentido se retoma en otros diez estados de
Para tener una idea de la dimensión de la tragedia mexicana en los Estados Unidos, conviene rescatar dos datos sobre el tema: 1) entre la tolvanera levantada por
Los políticos y las organizaciones civiles más beligerantes en los estados con mayor inmigración mexicana, vinculan el fenómeno a 1) el escaso interés y eficiencia de nuestro gobierno para reorientar la política económica, que ofrezca más y mejores oportunidades a obreros, campesinos y profesionales en sus lugares de origen; 2) la eficacia de los sindicatos del crimen para emplear -de ida-, a las caravanas de migrantes en el tráfico hormiga de drogas, y ubicarlos luego en el mercado de distribución en los centros de mayor demanda; y -de regreso-, en el contrabando de armas y de los excedentes en dólares que la actividad genera al otro lado, y 3) ahora, la galopante huida de familias completas de la violencia que azota México, muchas de las cuales se amparan, o pretenden hacerlo, en las figuras de asilado político o refugiado económico.
Sobre todo por la segunda y tercera causas, no es de sorprender que, en el pasado encuentro entre Obama y Calderón, aunque formalmente se hayan tocado los temas migratorio y Ley Arizona, la prioridad de la agenda haya sido acentuada por Washington en la instrumentación y ejecución de los acuerdos, -públicos o secretos, lo mismo da-, adoptados por el Grupo Consultivo de Alto Nivel USA-México en su pasada reunión en nuestro país, referidos a la inseguridad y la violencia en territorio mexicano; y subrayados por los departamentos de Estado, Seguridad interna y Justicia con la emisión de nuevas alertas a sus ciudadanos, a 72 horas de la reunión de los presidentes.
Una prioridad -la subrayada por More articles by this author
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