BUHEDERA
GUILLERMO FÁRBER
“Daño colateral”
Me parece que esta palabrita infame es la cereza del pastel de violencia en que estamos viendo convertido a México. Ahora resulta que si tú o alguno de tus seres queridos es asesinado, herido, secuestrado o “desaparecido” en esta “guerra” que no es guerra pero sí es guerra, ya ni siquiera serás contabilizado como baja formal, sino tan sólo (si acaso) como un “daño colateral” más en las estadísticas. ¡Qué desprecio, qué humillación, señores!
Independencia
Me pregunta el paisano Víctor Hugo Quintana (ingeniero mecánico naval, trabaja a bordo de una plataforma petrolera en el campo "Bayu Undan" entre Australia y Timor Sea, Indonesia): “Paisano, estuve tratando de encontrar una definición propia de lo que es la independencia del ser humano, claro, comparándola con algo que me permitiera describirla: La independencia del ser humano es como un arco iris. La puedes ver, no la puedes alcanzar y menos aún, la podrás tocar. Al final, todos dependemos del uno, del otro. Aunque acepto, o mejor dicho, trato de aceptar las críticas de los ‘independientes’, les diré que son unos ilusos. Tú, ¿Qué opinas paisano? ¡Saludos desde Australia y échale garra!” Entiendo que eso de la pretendida “independencia” no sólo es un absurdo, sino la principal justificación para agredir a los demás y al resto de la creación (puesto que “no son Yo”). Pero para la sabiduría oriental tradicional, no hay tal “independencia personal”, que un invento angosalón-protestante. Vaya, ni siquiera hay la tal “interdependencia”. Lo que hay no es una mera semejanza sino una identidad completa: en el fondo, “Yo soy tú y tú eres yo”. Yo no soy “como” tú; no, yo SOY tú. Todos somos lo mismo; diferentes olas del mismo mar. ¿Y quiénes somos “todos”? ¿Todos los de mi raza, nacionalidad, lengua, fenotipo y credenciales académicas? ¿Todos los seres humanos, incluyendo hasta a los diputados? ¿Todos los mamíferos? ¿Todos los vertebrados? ¿Todos los seres vivos? ¿Toda la materia, animada e inanimada? ¿Todo lo existente, sea material o de otra índole? Me doy, mi cerebrito de mosca no da para tanto. Lo único que me parece vislumbrar es que si de veras viviéramos al menos una pequeñísima fracción de este profundo sustrato compartido, seríamos menos violentos, egoístas, envidiosos, celosos.
Cirugía y costos
Un tipo sufre un terrible accidente que le provoca, entre otras cosas, la pérdida de su pene. Cuándo visita al urólogo, muy desanimado, es rápidamente reconfortado: “Tranquilo, señor, ahora las técnica quirúrgicas pueden solucionar cualquier problema anatómico.” Y le enseña un muestrario en el que había la fotografía un pene pequeño a $45,000; uno mediano a $93,000 y uno grande a $155,000. El tipo desecha en seguida el pequeño, pero duda entre el mediano y el grande. Mientras pensaba, el facultativo le sugiere que sería conveniente que lo consultara con su esposa. Al tipo le parece una buena idea y en seguida le marca por el celular a su esposa para explicarle las opciones. El médico lo observa mientras su paciente escucha la respuesta de su esposa, y ve que se va poniendo cada vez más contrito. Finalmente el tipo cuelga y le murmura en voz muy baja al médico: “Ella dice que, para lo que lo usamos, prefiere remodelar la cocina.”
Rescates
“Mientras que Grecia necesita recabar en préstamos este año un monto equivalente al 20% de su PIB, EU necesita recabar mucho más, no sólo en términos absolutos (por supuesto), sino como proporción de su PIB: más del 32% (muy por encima de cualquiera de los países europeos ‘tremendamente emproblemados’).”
¡Caramba!
Me sorprende la reacción tan entusiasta a una alusión tangencial en esta columna, hace unos días. Se ve que el personaje conserva una tremenda carga psicológica en el inconsciente colectivo.
PERSONAJE
Un queridolector me envía esta referencia: “Su vasta instrucción llegó a abarcar diversos campos, y no solamente fue un hombre de conducta escandalosa, duelista y jugador; también destacó siendo violinista, matemático, poeta, novelista, historiador, filósofo, teólogo, traductor de Horacio y de Homero, astrónomo, químico, geólogo, médico empírico... Sin embargo, no ha pasado a la posteridad por ninguna de estas actividades, sino por la que de todos es conocida: ser un conquistador.” Se trata de Giacomo Casanova, reputado como el seductor más grande de todos los tiempos. “Cuando uno evoca el nombre de Casanova, le viene a la mente, inevitablemente asociada, la imagen del seductor por antonomasia; y es que la leyenda del personaje: conquistador lujurioso, de insaciable lubricidad, ha llegado a eclipsar al hombre. Giovanni Giacomo Casanova, señor de Seingalt, nació en Venecia en 1725, hijo de la bella actriz Zanetta. De pequeño, Casanova fue un niño enclenque y dotado de una inteligencia extraordinaria, una comprensión, rápida y una memoria portentosa. Su abuela, admirada por los progresos culturales que hacía (aprendió a leer en menos de un mes), lo envió a estudiar a Padua, en cuya universidad recibió el título de doctor en Derecho a los diecisiete años. En los treinta y nueve años que duró su vida amorosa, estuvo con ciento veintidós mujeres: actrices, monjas, cortesanas, damas de la alta sociedad... Mujeres de las que Casanova se enamoraba con cierta ingenuidad, con pasión, de verdad. Mujeres que, en no pocas ocasiones, se aprovechaban de su generosidad y que siempre conservaron de él un recuerdo dulce y nostálgico, pues el terrible y disoluto seductor era un amante magnánimo y tierno. La vida de Casanova es una vida inquieta, dinámica, despreocupada y plagada de excesos. Viajero infatigable, aventurero, masón, espía... Conoció la prisión en los Plomos, las enfermedades sexuales, la riqueza y la ruina. En sus últimos años, recluido en el castillo de Dux, en Bohemia, aquejado de la próstata y gotoso, emprende la ardua labor de redactar su biografía. Con una letra menuda y clara y una excelente memoria, Casanova se dispone a escribir sus recuerdos, tarea a la que dedicó trece horas diarias, dejando unas memorias que, aun no siendo completas, ocupan tres mil setecientos folios. Escrita en francés, lengua que Casanova domina junto con el italiano y el latín, la Histoire de ma vie jusqu’en l’an 1797 recoge confesiones de una enorme sinceridad, una verdad sin tapujos. En ella, el autor se retrata tal y como se ve a sí mismo, no esconde nada porque no se arrepiente de nada y por eso le resulta indiferente el juicio que el lector pueda hacer de él. El estilo literario es directo, vivaz, realista y un tanto desvergonzado, y la magnífica descripción de los personajes y de las costumbres de la época, hace que esta obra no sólo sea el relato de una serie de aventuras amorosas, es, asimismo, una perfecta ilustración histórica del Siglo de las Luces.” (Tomado de http://www.dantealighieri.com.mx/historia/casanova.htm)
CASANOVA
Un queridolector añade: “En la película La noche de Varennes aparece, magistralmente interpretado por Marcelo Mastroianni, el que a mi parecer es el Casanova más entrañable. Ya viejo, emprende un viaje por la Francia donde ha estallado la Revolución -va a cruzarse en Varennes con la familia real la cual huía de París para encontrarse con las tropas realistas, pero fueron interceptados en esa población-, y observa cómo se derrumba un mundo al tiempo que él está ya en la última etapa de su vida. En su carruaje viaja de incógnito una condesa -lleva el traje del Rey para que encabece a sus tropas-, ella cae seducida por su fama y una noche, durante la cena, no sólo se insinúa, lo invita directamente a su lecho. Casanova la mira con ternura -qué buen actor era Mastroianni-, mira luego a su bisteck y le dice: ‘Madame, usted es muy hermosa, pero a mi edad ésta es la única carne que me interesa.’ Al margen de mi vegetarianismo no dejo de reconocer la sabiduría que se necesita para tener esa franqueza.”
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