A V A N Z A N D O
GLADYS ROMERO
L e o n a v i c a r i o
Pasajes de infancia, niña de mirada sabia; evocando figuras en la inmensidad nocturna.
Corazón noble, ímpetu en su alma, desbordando justicia a raudales.
Presencia de mujer valiente, arriesgada, decidida en el bicentenario del inicio del movimiento de Independencia Nacional.
En todos los tiempos han existido hombres y mujeres que se han destacado por ser diferentes en su forma de pensar, en el actuar, la visión clara, precisa para enfrentar problemas, circunstancias, haciéndolas más llevaderas y de sabia solución.
Teniendo en mente el recordar a los personajes que en su momento asumieron un rol preponderante, intrépido, donde los pilares fuertemente afianzados, construidos han permitido la llegada del padre Cronos al presente para la redacción de nuestra viril historia. Esta permisible tendrá efecto y arraigo en la medida que los personajes involucrados en esta etapa de la inconfundible leyenda hagan de su participación una búsqueda de soluciones encaminadas a duplicar lo heredado, permitiendo así la llegada de un futuro innovador.
Nuestro pensamiento se traslada en la interesante lectura de la vida de una mujer cuya
Bonhomía, inteligencia y rebeldía indomable ayudaría a liberar a su pueblo, sin demostrar miedo y firme en su sentir.
María de la Soledad Leona Camila Vicario Fernández de San Salvador y Montiel nació
El 10 de abril de 1789 en la ciudad de México en el seno de una familia criolla acomodada. Desde pequeña resaltaría especial presencia, su educación se salió del cauce natural de la época.
Camila su madre buscó los mejores maestros para su enseñanza. Leona tenía gran facilidad por los idiomas y leía con voracidad los libros de Historia y Política.
Gaspar el padre de nacionalidad española no se conducía como tal, para privilegio de su hija quien veía el trato justo, generoso para con los criollos, indios, ayudaba a sus trabajadores y amaba a sus familias.
Entre cuentos, a veces sobre habitantes de otros planetas, aromas de los campos, los años transcurrían, María Leona cazaba mariposas para verlas de cerca y dejarlas libres después. Condenaba toda esclavitud, todo encarcelamiento. Tal vez algún día… su mirada clavada en la nieve del Popocatepetl.
Perdió a sus padres a la edad de 18 años, motivo por el cual su tío Agustín Fernández de San Salvador se hizo cargo de ella, quedando también como albacea.
Al poco tiempo en el despacho de su tío conoció a quien sería su pareja y compañero de lucha, en ese entonces pasante de derecho; Andrés Quintana Roo, nacido en Mérida Yucatán. Se enamoraron, cuando éste le solicitó la mano al padrino le fue negada, dándole por respuesta la diferencia de posición económica. Ante esta situación Leona
Decidió huir de su casa, participando con Quintana Roo en la insurgencia. (Fuente Wikipedia): Vicario se trasladó al pueblo de Tacuba donde formó un grupo de mujeres que apoyaban la causa independiente. Ella financiaba con su fortuna la insurgencia. Sirvió como correo de los insurgentes participando como espía en la ciudad de México, junto con otras personas de una organización secreta llamada “Los Guadalupes” -posteriormente cayó presa el 13 de enero de 1813 al ser descubierta su participación.
Fue condenada a recluirse en el Convento de Belén de las Mochas, (DF). Tres insurgentes disfrazados de oficiales del ejército virreinal la ayudaron a escapar rumbo a Tlalpujahua, Michoacán donde contrajo matrimonio con Andrés Quintana Roo.
Leona Vicario, su esposo y su recién nacida hija Genoveva fueron capturados por las tropas realistas en 1818, luego fueron puestos en libertad, al concedérseles el indulto y destierro a España.
Esta extraordinaria mujer, falleció en la ciudad del sol azteca, el 21 de agosto de 1842.
Declarada Benemérita y Dulcísima Madre de la Patria el día 25 del mismo mes y año, ha sido la única mujer en nuestro país a la que se le han ofrecido Funerales de Estado.
Sus restos descansaron, primero en el panteón de Santa Paula, después el 28 de mayo de 1900 fueron transportados junto con su esposo Andrés Quintana Roo, a la Rotonda de los Hombres Ilustres del Panteón Civil de Dolores, hasta su traslado a la Columna de la Independencia en 1925. El 30 de mayo de 2010 fueron enviados al Museo Nacional de Historia (Castillo de Chapultepec) para su conservación, análisis y autentificación.
En el Muro de Honor del Palacio Legislativo de San Lázaro, Sede del Congreso de la Unión su nombre está inscrito con letras de Oro. Leona Vicario, como la conocemos en los textos, es un ejemplo estremecedor de mujer, en la lucha por construir esta hermosa patria en libertad bicentenaria que no tenemos derecho ni permitir; que se nos escape entre los dedos.
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