En el mare magnum, la sociedad ni enterada
Presidencia de México:
oscuro objeto del deseo
ABRAHAM GARCÍA IBARRA
(Exclusivo para Voces del Periodista)
En plenas pachangas centenarias, la Fonoteca
Nacional descubrió que el Himno Nacional
aparece en sexto sitio entre los sonidos que
prefieren los mexicanos.
En medio del fétido mare magnum que asfixia a México -en el que lo más identificable es la irracionalidad política-, la sociedad civil observa como un suceso remoto -siendo tan cercano- la sucesión presidencial de 2012. La comunidad nacional no beligerante ve lejano ese proceso por que, en estricto rigor, en una atmósfera enervada anticipadamente, se siente como un simple invitado de piedra: Sin voz, pero con carretadas de votos potenciales de los que no se sabe a qué operación digital serán de nuevo sometidos: El algoritmo es el nuevo rey de la dictadura cibernética. Atrás quedaron los carruseles, los ratones locos, las operaciones tamal y otras pujantes industrias del fraude electoral.
En ese turbulento océano, naufraga la capacidad del sistema político mexicano para salvar por la vía legal, pacífica y eficaz, ya no su viabilidad, sino su propia subsistencia. Ni siquiera se puede hablar de regeneración, porque los degenerados parecen no estar concientes de este imperativo. En la ingobernabilidad, que tiene como centro de gravedad la campaña armada contra el crimen organizado, ya se perdió el referente fundamental de la legitimidad: ¿Cuáles son los poderes reales en nuestro país? ¿Los constitucionales o los codificados como fácticos? Éstos se sienten ya autorizados a dictar la ley donde ejercen dominio territorial y aquellos se enfangan en los atajos de la simulación jurídica para preservar y ampliar el régimen de privilegios, a fin de granjearse a la plutocracia que les dio mando pero no puede otorgarles autoridad.
La cohesión social,
buque torpedeado
La Santa Madre ONU poco o nada puede hacer respecto de la situación de la democracia en el hemisferio, en el que México aparece como la estrella vacía. El Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), ora coordinado con la Comisión Europea ora con la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal), ensaya fórmulas para secar el caldo de cultivo de las dictaduras y lanza iniciativas para la Construcción de Ciudadanía y Desarrollo Democrático. En vano: Ahí donde los índices de pobreza atrapan en promedio al 43 por ciento de la población y el de miseria al 19 por ciento, los proyectos para la cohesión social y la participación política son las buenas intenciones que pavimentan el camino al infierno: La magra energía de los latinoamericanos apenas alcanza para intentar la fuga hacia el sueño americano, devenido pesadilla. El modelo económico neoliberal, es la principal rémora del desarrollo socioeconómico. Contra este contumaz coloso nada puede la samaritana organización.
La Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales (Flacso), con sede en Costa Rica, circuló no hace mucho tiempo un reporte -Gobernabilidad y convivencia democrática- en el que, con base en un muestreo en 18 países de la región, concluye en uno de sus apartados que los ciudadanos mexicanos y argentinos son los menos participativos política y socialmente. En general, la confianza en los políticos apenas da para un 14 por ciento de aceptación. La confianza en los partidos oscila en un máximo-mínimo entre nueve y uno por ciento.
Doctor Diego Valadés
De esa encuesta, el dato más ominoso es que las Fuerzas Armadas son bien vistas por la población, pero su aceptación es sólo de 43 por ciento. Esto es, se colige, 57 por ciento prefiere verlas en los cuarteles. Nuevos golpes de Estado resultan indeseables. Otras fuentes locales informan que, en México, la aprobación de diputados y senadores no va más allá del ocho por ciento. Contrario sensu, más del 90 por ciento de la población los repudia.
Abstencionismo, la
apuesta del sistema
A propósito de golpes de Estado, el técnico asestado en el ámbito electoral en 1988 en México, ha tenido funestas consecuencias: De 1994 a 2006, el ausentismo en las urnas -el abstencionismo, pues- en la elección presidencial, se ha disparado en casi 19 puntos porcentuales (de 22.84 en el primer año documentado, a 41.78 por ciento en 2006), según estadística del Instituto Federal Electoral (IFE). Para decirlo pronto, en las recientes elecciones en Brasil se computó una participación de alrededor de 80 por ciento. Al menos en los resultados de la primera vuelta, no aparecen signos de crisis.
Una explicación empírica de ese regresivo y deprimente fenómeno tiene como base la confianza a la baja en el IFE, cuya burocracia se ha cebado en el insaciable apetito económico y se escuda en la recurrente coartada de sus consejeros, en el sentido de que el marco legal del régimen electoral padece de caries dental y no presta filo para castigar a los infractores por carecer de penalizaciones en muchos casos de desviación. Verbigracia: El presidente de la República puede incurrir y porfiar deliberadamente en infracciones a la norma electoral y no hay manera de sancionarlo. Ergo: la impunidad lo faculta para seguir delinquiendo. El percudido manto de la lex simulata, pues.
Y lo que hace la mano, hace la tras: Hace unos días, en la 37 reunión de consejeros presidentes de los organismos electorales del país, realizada en San Luis Potosí, el doctor Diego Valadés, miembro del Instituto de Investigaciones Jurídicas de la UNAM, al comentar la iniciativa para crear un Instituto Nacional Electoral (INE) que centralice todos los procesos comiciales de la República, denunció el neocaciquismo ejercido por los gobernadores de los estados que, incluso, han invadido el ámbito jurisdiccional de esas instituciones. Más que un INE, recomendó el investigador, se requieren eficaces controles políticos en toda la escala electoral para amarrarle las manos a los caciques.
Pero hay otro aspecto, de mayor calibre, en el que el doctor Valadés ha venido insistiendo en sus participaciones en foros para… otra reforma política: El de la responsabilidad política de los gobernantes, un déficit que coloca a México entre los países más rezagados del mundo democrático. Como síntesis de las observaciones del constitucionalista, se puede destacar su afirmación de que el actual sistema político mexicano ha recalentado y reactivado las peores prácticas del presidencialismo.
Ni entre paisanos hay tregua.
Sucesión 2012, entre
cruces y ortigas
En ese agreste escenario, cultivan emponzoñadas ortigas y cruces los actores “políticos” con vistas a la sucesión presidencial de 2012, desde el primer mandatario hasta los síndicos de Tajimaroa; desde los consejeros del IFE hasta el más oscuro burócrata de los comités distritales. No se puede hablar de regeneración, repetimos, porque los degenerados no ven más allá de sus narices y de sus ya de por si repletos bolsillos. Desde ya, tienen como prioridad los presupuestos de egresos para 2011 y el año de elecciones generales, pues muchos no ganarán votos, pero, en vías de mientras, tendrán seguras las ganancias en los desorbitados subsidios públicos a los partidos y los órganos electorales a costa de los contribuyentes.
Los simuladores tienen en agenda la siempre aplazada reforma integral -radical- del Estado, y aún la reforma electoral; aun ésta, un verdadero gruyere en el que sacian su rapacidad redistributiva de prebendas para sí mismos. En las plenarias de agosto de las bancadas partidistas, obviamente, esas asignaturas fueron incluidas en la temática para concretarlas en el actual periodo legislativo. Pero, puesto éste en marcha, cada bancada expurga las iniciativas que a su interés conviene, sin compadecerse de las inquietudes que sobrecogen a la sociedad electora. Se prefigura un nuevo cataclismo electoral en 2012, no obstante lo cual los legisladores se enzarzan en la rebatiña de los dineros públicos para uso clientelar y, cuando los opositores en la Cámara de Diputados amenazan con imponer su “mayoría mecánica” en las asignaciones presupuestales, la coordinadora del PAN, Josefina Vázquez Mota amaga a su vez, invocando el veto presidencial a lo que eventualmente decida en ese campo el Congreso de la Unión o, para el caso, específicamente la Cámara baja. Literalmente, baja.
Si no existieran otras palmarias evidencias -las denuncias de legisladores ante la Procuraduría General de la República contra al menos un secretario encargado de despacho del gabinete del presidente designado; la tentación de juicio político contra otros funcionarios federales o la finta de acciones de inconstitucionalidad o controversias constitucionales en otros casos, por ejemplo-, bastaría el petate del muerto esgrimido por la coordinadora panista, para afirmar que es ilusorio el entendimiento entre los poderes Ejecutivo y Legislativo federales de aquí a 2012. Entendimiento que, por lo demás, no interesa ni a uno ni a otro, porque el juego es para probar de qué cuero salen más correas.
Jugar a las vencidas
contra gobernadores
Pugna entre esos poderes de la Unión -como si la guerra narca no fuera suficiente-, al hijo desobediente no parece bastarle. La extiende a otros poderes federados: El de su tierra, por ejemplo, donde sembró la flor del mal del michoacanazo. Encarrerado en el bicentenario, quiso aprovechar la efemérides en homenaje a Morelos, el 30 de septiembre, para reafirmar su monopolio mediático. Su secretario particular, Luis Felipe Bravo Mena, demandó al Ayuntamiento priista de Morelia el palco escénico. Se le negó, porque el sitial oratorio fue reservado al gobernador perredista Leonel Godoy Rangel. Éste, lo utilizó para recordarle a su paisano que, apegándonos al Estado de Derecho y a los valores de nuestros héroes patrios, no hay lugar para culpas o remordimientos. Actuemos siempre en el marco de la ley y leguemos a nuestros pueblos la justicia social que tanto anhelan.
Latente el fantasma del michoacanazo, el gobernador se lanzó a las claras y a fondo: Al iniciar su obra el Congreso del Chilpancingo, dijo, el Generalísimo Morelos, en diálogo con el congresista Andrés Quintana Roo, expresó a éste que todo el que se queje con justicia, tenga un tribunal que lo escuche, lo ampare y lo defienda contra el fuerte y el arbitrario (…) que las leyes generales comprendan a todos, sin excepción de cuerpos privilegiados, que éstos sólo lo sean en cuanto al uso de su ministerio. Es aquí, afiló el dardo Godoy Rangel, donde encontramos de forma concreta el significado de país de leyes, el significado de una plena vigencia del Estado de Derecho.
Reacciona como
presa herida
La flecha dio directamente en el blanco. El presidente designado acusó el impacto: Apenas bajado del balcón del Palacio de Gobierno, pretendió el desquite, acudiendo en forma inmediata y desusada a los medios para dictar su furibunda réplica, que consistió en defender su acción del 25 de mayo de 2009. Pero el hijo desobediente no para en mientes: Instruyó a su procurador Arturo Chávez Chávez y a la subprocuradora de Investigación Especializada en Delincuencia Organizada, Marisela Morales Ibáñez, para cobrarse la afrenta en la persona del juez federal Efraín Cázares López, liberador de los indiciados en el michoacanazo, contra quien la PGR interpuso queja ante el Consejo de la Judicatura Federal; al tiempo que ordenaba promover juicio de procedencia para desaforar al esquivo diputado federal perrredista Julio César Godoy Toscano, a quien la propia PGR implicó en aquel proceso y señala como prófugo de la justicia.
No es ese, sin embargo, un hecho aislado; pone al día el otro frente enervado por Calderón Hinojosa contra el Poder Judicial de la Federación, a cuyos jueces culpa frecuentemente de venalidad en procesos en que presuntos delincuentes han sido puestos en libertad, imputación enfrentada por propio el ministro presidente de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, Guillermo Ortiz Mayagotia, quien delante del propio mandatario ha sostenido que no es responsabilidad de jueces y magistrados que el Ministerio Público Federal haga consignaciones con más boquetes legales que los que pueden reparar los miembros del Poder Judicial. Esos boquetes ministeriales no son por impericia: Son dolosos, como eso de sostener acusaciones con base en testimonios de “testigos protegidos”, que luego se le pierden al procurador.
Mandobles hasta contra
“emisarios del pasado”
Pero el tortuoso galope mediático del presidente designado no quiere dejar títere con cabeza. Hasta con los emisarios del pasado toca a zafarrancho: Flotando como jinete en la tormenta, durante una gira por Chiapas para atestiguar la catástrofe ecosocial provocada por las inundaciones -y para exonerar de paso a su director de la Comisión Nacional del Agua, José Luis Luege Tamargo- declaró que de la tragedia es culpable el reparto agrario, que lo único que hizo, afirmó, fue amarrar a los dotados de parcelas a sitios donde están más expuestos a los derrumbes. Nova tesis por la que habla el subconsciente rencoroso, que recuerda que fue el michoacano Lázaro Cárdenas del Río el que más tierra repartió en un sexenio; leitmotiv que, entre otros, movió a la fundación del PAN.
Pero hay emisarios del pasado reciente, de los que Calderón no se ocupa: Precisamente en Chiapas, hace cinco años, el huracán Stan arrasó amplias regiones del estado: 50 mil viviendas destruidas y al menos 50 muertos provocados, entre otras causas, por el desbordamiento del río Coatán. Más pronto que inmediatamente, el panista Vicente Fox proclamó voz en cuello: ¡Chiapas está de pie! Todavía hace unos meses, núcleos de damnificados andaban en busca de los auxilios que Fox ofreció para la reconstrucción de las zonas devastadas. Para coordinar la tal reconstrucción fue comisionada la secretaria de Desarrollo Social, Josefina Vázquez Mota. Ésta abandonó a la población damnificada para atender otra trascendental misión que le interesaba más: Coordinar la campaña electoral de Calderón, que la recompensó con la Secretaría de Educación. Chiapas, que estaba de pie, según Fox, otra vez anda cojeando en busca de cadáveres de nuevas y numerosas víctimas.
Todo lo hasta aquí expuesto pasa, pero para los partidócratas no pasa nada. Viene veloz el 2012, la sangre sigue corriendo a borbotones, los granadazos, los secuestros masivos y los ataques a balazos contra remisos medios de comunicación están a la orden del día, pero los electoreros beligerantes velan armas -entre más innobles, mejor- para alzarse con el santo y la limosna. Días de Centenario los que se aproximan, lo primero que viene a memoria es la paz de los sepulcros, sobre cuyas lápidas Porfirio Díaz montaba el tianguis Orden y progreso para conseguir reconocimiento internacional y más crédito e inversiones.
“Paz” en todo, menos
en las conciencias
Un renombrado científico porfiriano -cuyos libros fueron de cabecera de los padres fundadores del PAN-, Francisco Bulnes, escribió hace poco más de un siglo: La paz está en las calles, en los caminos públicos, en los cuarteles, en las escuelas, en la diplomacia, pero no existe ya en las conciencias”. Una juiciosa acotación que aun un apasionado publicista de la dictadura creyó pertinente hacer. Y la hizo, sin temor al déspota.
Si los calderonistas tuvieran conciencia, sabrían que es llegada la hora de que pongan sus barbas a remojar. Pero como no la tienen, se obstinan -Homo mendax- en la inagotable expectoración de un discurso falaz en el que, seguramente en su fuero interno, ni ellos mismos creen. Goebbels de pacotilla, sin embargo, se atrincheran en sus medios (que son de la nación) o pretenden granjearse a los privados, otorgándoles nuevos e ilegítimos privilegios (el panista presidente de la Comisión de Gobernación de la Cámara de Diputados, Javier Corral acusó a su correligionario titular de la SCT, Juan Molinar Horcasitas, de haber tenido una participación abierta y evidente en la inmoral y trágica entrega del espectro radioeléctrico a Televisa-Nextel…); nuevos e ilegítimos privilegios, repetimos, para asegurarse la complicidad de sus privilegiados en su pretensión de continuismo del PAN en la Presidencia de México, objetivo para el cual ya las y los magistrados electorales empiezan a mostrar de que están hechos. Sacar los cubrenarices.
Caballos y mulas
en el arrancadero
Escarceos apenas para 2012, sin embargo las caballerías son furiosamente espoleadas ya en territorio del Estado de México por sedicentes Hércules que se asignan la misión de limpiar los establos de Toluca. Nuevos templarios que no conocen la templanza, toman Edomex como estado piloto para ensayar el asalto final de Los Pinos, porque unos quieren, y otros no, verlo poblado de gaviotas, que ya con la princesa caramelo se dio el hartazgo.
Lo primero que debe consignarse, para situar el conflicto en su estricta dimensión, es que Toluca no es, precisamente, una caja chica, dicho literalmente en términos dinerarios. Capital de la entidad donde con mayor densidad han surgido políticos-empresarios y empresarios-políticos (los narcos pasan a ser políticos y los políticos a ser narcos, dijo bien un colaborador de Voces del Periodista recientemente; vale el símil), el fenómeno induce a sospechar que lo que está en disputa es el botín económico. En términos sociopolíticos, los mexiquenses y sus adversarios parecen pujar por la circulación de las élites en Los Pinos. En reales términos financieros, como diría el ranchero, tu ya bailaste todas las tandas… da chance.
En ese empingorotado espejo, se mira bien lo que, como citamos arriba, denuncia el doctor Diego Valadés: El neocaciquismo, la peor amenaza en nuestros días para la aspiración democrática: Tiempo ha que la corrupción contamina al Instituto Estatal Electoral. Como los consejeros de ese organismo sirvan a los vencedores -haiga sido como haiga sido-, toda denuncia ha pasado por la eficiente mano del gato.
Por lo pronto, las chicanas legislativas mexiquenses en materia electoral para eliminar a la mala a los contrarios, brillan a todo su esplendor, y el debate sobre las mismas convoca nacionalmente a todos los que se sienten autorizados a tirar la primera piedra y, de una buena vez, todo el arsenal pétreo. Las manos limpias e inocentes son el producto estético puesto a la moda más ofertado en el mercado electorero. Que Carlos Salinas de Gortari sea el modelo más nombrado, habla por si solo del castillo de la pureza choricero.
Van por el diezmo;
pueden perder la bolsa
El tiempo sentenciará, quiénes fueron a Edomex por lana y salieron trasquilados. Lo hacen, desde ahora, desprecavidos o temerarios, cuando las tijeras de esquila se afilan en sus propios establos. A los tres grandes se les empatan los procesos internos de “renovación” de sus dirigencias nacionales y el instinto caníbal -la marca de la casa- ya está presente, porque no hay tentación más disolvente que la disputa por el patrimonio pecuniario que abunda en esas formaciones, por lo menos en libros. Que los talonarios de las chequeras no son objeto de reivindicación, ni siquiera por la justicia inmanente. Los protege el secreto bancario. Dicho lo cual, es preciso despedirse con la clásica de Calderón: ¿Nos echamos la otra? Y esa otra puede ser un Presidente combinado o el cuento soleniano de que Andrés Manuel López Obrador era en peligro para México. A estas alturas, de ese tamaño es el encono. Y dice otro michoacano, senador José González Morfín, que no es necesario que el presidente designado suscriba un acuerdo de neutralidad electoral -como lo demandó el PRI ante el secretario de Gobernación, José Francisco Blake Mora-, porque Calderón no interviene en los comicios. Je je je.
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