Edición 247 |
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Norcorea: ¿la guerra
que buscan Wall Street y la City?*
En la gran partida de ajedrez global que se desarrolla exquisita y regionalmente en el noreste y sudeste de Asia entre Estados Unidos (EU) y China, uno de sus principales cuadrantes lúdicos se concentra en la penÃnsula coreana, donde desde la primavera se intensificó la colisión entre Pyongyang y Seúl debido al extraño hundimiento de una embarcación sudcoreana (con casi medio centenar de muertos), de lo que Occidenteâ€, encabezado por la dupla anglosajona de EU y Gran Bretaña, culpó “cientÃficamente†a Norcorea, lo cual curiosamente no ha sido avalado por China ni por Rusia.
No se necesitan grandes extensiones territoriales para manifestar al gran dÃa las graves tensiones que se han acumulado ominosamente en fechas recientes tanto al este como al norte de Asia -extensivas a Indi- y que estallaron en la diminuta isleta de Yeonpyeong -en el candente Mar Amarillo-, de solamente 7.01 kilómetros cuadrados y de mil 300 habitantes, perteneciente a Sudcorea, donde estacionó mil soldados en la cercanÃa de la disputada área marÃtima entre los dos paÃses otrora hermanos (literal, no poéticamente hablando) que hoy viven la exacerbación fratricida, azuzada, no en menor medida, por fuerzas foráneas.
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A nuestro humilde entender, cuatro intersecciones desembocaron en el intercambio de artillerÃa en la isleta de Yeonpyeong entre las dos Coreas, del Norte y del Sur:
1) La sucesión dinástica de Norcorea; 2) la grave crisis financiera de la globalización neoliberal anglosajona; 3) la tensión creciente entre EU y China en todos los foros y temas: desde el G-20, pasando por la guerra de las divisas, hasta el cambio climático; y 4) el juego con el fuego nuclear de parte de EU y las dos Coreas. Los puntos dos y tres irán creciendo y tendrán su reflejo en varios puntos candentes del planeta (desde Irán hasta Venezuela.)
La prensa “occidental†-en especial la más pérfida, que es la británica- machaca el fastidioso estereotipo proveniente de la guerra frÃa contra la “reclusión sicótica†de Norcorea, que invariablemente es la culpable de todos los males en una penÃnsula donde, desde hace 57 años, EU mantiene cerca de 30 mil soldados, que ya es tiempo de que se vayan retirando para cesar de atizar el fuego entre los dos paÃses hermanos para contribuir con hechos tangibles a su reunificación y desnuclearización.
La narrativa “occidental†sobre la “sucesión†en Norcorea no es la excepción repelente. Baste una muestra literaria multitudinaria de Jamil Anderlini, Mure Dickie y Harvey Morris, reporteros de The Financial Times (23.11.10): “Varios (sic) analistas dicen (sic) que Norcorea exhibe su musculatura para suavizar la sucesión de Kim Jong-eun, el tercer hijo del Kim Jong-il, el dictador enfermo. Dicen (sic) que busca construir su capital polÃtico inundando de sangre (¡súper sic!) a Sudcorea con ataques como el torpedeo de la embarcación de guerra Cheonan en marzo. Otro rumor (¡súper sic!) en Seúl dice (sic) que Norcorea lanzó el ataque porque Kim Jong-il habÃa muerto (¡súper sic!)â€.
Lo más interesante radica en que nadie en “Occidente†comenta que el intercambio de artillerÃa ocurrió en momentos en que Sudcorea y EU realizaban ejercicios militares en el candente Mar Amarillo, limÃtrofe con Norcorea. Todos los multimedia “occidentales†pueden decir lo que se les antoje, con el único agravante: falta que China (distantemente Rusia) les compre sus mendacidades consuetudinarias.
Lo real para el análisis casto y puro es que China bendice la transición suave de la dinastÃa familiar que reina en Pyongyang, mientras EU y GB desean derrocar al régimen norcoreano mediante una guerra sicológica de “alta intensidadâ€, asà como múltiples coartadas, montajes y maniobras militares de “baja intensidadâ€.
¿Por qué está GB interesada en incendiar la penÃnsula coreana, como ya habÃa adelantado “premonitoriamente†11 dÃas antes el británico Patrick Wintour de The Guardian (“GB teme un ataque de Norcorea a la cumbre del G-20 en Seúlâ€; 12.11.10)? ¿GB empuja a una guerra entre EU y China para salvar las finanzas quebradas de la City, como alienta su vocero bursátil Ambrose Evans-Pritchard?
Mas allá de la reciente celebración de la cumbre del G-20 en Sudcorea, catapultada a la relevancia internacional -donde, por cierto, EU no pudo descolgar su muy desequilibrado TLC (aún los aliados militares de Washington no son tan claudicantemente genuflexos como los neoliberales “mexicanosâ€) y exhibió de forma lastimosa su decadencia-, las intersecciones dos y tres no necesitan tanta ciencia demostrativa (pero hay que citarlos), salvo que a alguna de las dos superpotencias (EU o China) le convenga la escalada en la penÃnsula.
En lo personal, intuitivamente no creo que le convenga a China incendiar su patio trasero; además goza de excelentes relaciones bilaterales con las dos Coreas (se puede decir lo mismo de manera relativa de Rusia y todo lo contrario de Japón.)
La intersección cuatro (“el juego con el fuego nuclearâ€) es crucial, ya que, a nuestro juicio, determinó en mayor medida la escalada y es la que urge resolver para enfriar el “peligro colosal†de guerra que aduce creÃblemente el canciller ruso Sergei Lavrov.
Cito, sin adoptar, en beneficio del análisis, la postura del británico David Pilling en The Financial Times (23.11.10) -no olvidar jamás: portavoz del neoliberalismo global-: con el fin de apuntalar “a su hijo de 27 años aún sin probar†en el poder, “el enfermo†Kim Jong-il “reveló al mundo lo que el visitante Siegfried Hecker, un cientÃfico nuclear estadunidense, describió como una asombrosamente moderna planta de enriquecimiento de uranio con mil centrÃfugasâ€.
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Kim Jong-il.
No existe novedad alguna: ya lo sabÃan en EU. Además, Norcorea posee seis bombas nucleares; dos adicionales no cambian la correlación peninsular de fuerzas.
Si los multimedia de EU y Sudcorea comentan hasta el cansancio que Norcorea padece “locura paranoicaâ€, a fortiori no existe razón para acorralarle como, en nuestra opinión, cometió un gravÃsimo error de juicio el ministro de defensa sudcoreano Kim Tae-yong, quien “consideró desplegar armas tácticas nucleares de EU en su territorio (…) en respuesta a la revelación de Norcorea sobre su nueva planta de enriquecimiento de uranio†(Yonhap; 23/11/10). Al dÃa siguiente vino el intercambio de artillerÃa concentrado en la isleta Yeonpyeong, de 7.01 km2.
EU habÃa retirado en 1991 sus armas nucleares tácticas -desplegadas en 16 instalaciones militares sudcoreanas- para facilitar la desnuclearización peninsular. Un alto funcionario presidencial de Sudcorea, Cheong Wa Dae, de forma correcta ha echado marcha atrás al declarar que los lamentables comentarios del ministro de Defensa “fueron tomados fuera de contextoâ€, lo cual –urge- puede y debe enfriar -para luego desactivar parcialmente- la alta tensión edificada desde la primavera y que ha ido in crescendo en toda la región del este y norte de Asia.
Lo peor en esta coyuntura es tomar partido por el sur y en contra del norte, como el rijoso cuan sinófobo gobierno calderonista (extensivo al panismo foxiano) se ha pronunciado sin mÃnima tersura diplomática.
Los seres humanos de buena voluntad y los pacifistas debemos pronunciarnos sin ambages y ante todo contra la escalada y alentar a ambas naciones hermanas a su reconciliación, a la desnuclearización de su penÃnsula y a su unificación (al estilo alemán.)
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