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¿Qué tanto son 232 mil muertos?
Como si estuviera contando un puño de pesos para dar propina, el dirigente del Partido Acción Nacional (PAN) Gustavo Madero Muñoz les dijo a los banqueros convencionistas en Acapulco que, en 18 años, el PRI y el PAN -que en ese lapso han compartido la presidencia de la República, desde la que también recibieron consigna para aprobar el Fobaproa- han sumado en sus muescas casi 232 mil homicidios. No aclaró si los cadáveres computados son los encontrados en superficie o si incluyen los miles hallados en narcofosas. De los desaparecidos ni se acordó. Los panistas tienen en su haber, deslindó el chihuahuense, 25 mil muertos menos que los priistas. Y todavía precisó que las cabezas humanas empezaron a aparecer en Morelia desde el sexenio pasado, el foxiano. Qué buen argumento para explicar la macabra espiral de violencia que sobrecoge a los mexicanos. No por otra razón a los del PAN se les conoce como bárbaros del norte.
Edomex: No a la alianza izquierdas-derecha
El Consejo Nacional del PRD atascó la puntilla a la pretendida alianza de ese partido con el PAN en el Estado de México. Bastaba con que el impresentable Fernando Belaunzarán fuera el postor aliancista ante la asamblea para que el proyecto fuera desechado por mayoría calificada. Como la zorra de la fábula, el candidato panista a la gobernación, Luis Felipe Bravo Mena, se resignó a decir, como todo partido democráticamente seguro y confiable, que la alianza que en lo sucesivo se buscará es con la ciudadanía.
Efemérides cardenista enchapopotada
Bastaron menos de 72 horas de que el presidente designado Felipe Calderón -en Ciudad del Carmen, Campeche- rindiera tributo al liderazgo, patriotismo y visión de futuro del general Lázaro Cárdenas, para que el PAN le echara abajo el endeble tinglado, anunciando una nueva reforma constitucional para continuar la privatización del petróleo. La representación legislativa panista enarboló su proyecto privatizador tres días después de que el dirigente sindical petrolero, Carlos Romero Deschamps denunció ante el mandatario que  es inadmisible concebir la inversión privada como panacea salvadora de la industria. La argumentación de los legisladores del PAN respecto de Pemex, recuerda la que su partido apoyó en 1990 para la privatización de la banca. Entonces, el secretario de Hacienda, Pedro Aspe Armella reconoció que el sistema de crédito y banca en manos del Estado era eficiente y rentable, pero consideró que los recursos operados por dicho sistema eran necesarios para atender “las demandas de los que menos tienen”. Es imperativo, dijo, que el Estado cumpla responsablemente con sus funciones básicas entre las que destaca la atención de “las necesidades más apremiantes de la sociedad”. Así nos fue y nos está yendo. En su exposición de motivos, los legisladores panistas plantean simplistamente ahora como falsa disyuntiva destinar los limitados recursos públicos a fortalecer una industria descapitalizada o a reforzar los programas que atiendan los rezagos sociales ancestrales. La cachaza del PAN radica en que mandó a tribuna al ex director de Pemex Refinación, Juan Bueno Torio. ¿Bueno? Buenísimo para hacer negocios a costa de la paraestatal. No es casual que el PAN haya escogido el Senado como cámara de origen para su tentativa: Ahí está el senador priista Francisco Labastida Ochoa, quien a principios de marzo apadrinó el primer paquete de contratos incentivados que ceden a particulares actividades básicas de Pemex.
¿Tenemos a nuestra Mata Hari?
Si no fallamos en nuestros registros, el 21 de marzo pasado, después del medio día, nos tocó ver en cierta cadena de radio -que practica la televisión chiquita- a una brava conductora de noticiario que, precipitada y nerviosamente, casi tartamudeando, despidió a un prominente comentarista cuando la conversación se ponía más sabrosa. El entrevistado era el ex canciller del gabinetazo de Vicente Fox, Jorge Castañeda, quien daba su opinión sobre la renuncia del embajador de los Estados Unidos en México, Carlos Pascual, y describía la dimisión como el triunfo de un berrinche del presidente Felipe Calderón. El asunto es que Castañeda explicó el acontecimiento como consecuencia de que Carlos Pascual sostiene relaciones de algún tipo con la hija de un destacado priista salinista. Casualmente, esa dama -empezaba a informar Castañeda- es ex esposa de un ex jefe de asesores del Presidente, y cuando esto sucedía, no pasó nada. Es el caso, decía el ex canciller, que la ex esposa del ex jefe de asesores y ahora cercana a Pascual, es la misma hija del mismo padre y ahora sí pasó algo. Y lo que pasó es que Castañeda salió súbitamente del aire…
 Aquella dama, a la que algunos no quieren identificar por su nombre y otros lo mencionan con sordina, es la ex esposa del ex jefe de asesores de Felipe Calderón, Antonio Vivanco -en vías de convertirse, dicen los enterados, en director general de la Comisión Federal de Electricidad (CFE) en sustitución de Alfredo Elías Ayub-, la señora Gabriela Rojas Jiménez, hija del coordinador de la bancada priista en la Cámara de Diputados, Francisco Rojas Gutiérrez.
Por cierto, unos días antes, circuló una invitación atribuida a la señora Rojas Jiménez como presidenta del Club Harvard de México, A. C.. La invitación era a los socios de este club para asistir, el 10 de marzo a las 19:30, a una reunión secreta en la biblioteca particular de Carlos Salinas de Gortari (Olmos 1 Peña Pobre, Camino a Santa Teresa), donde los convidados escucharían al ex presidente hablar de su libro Democracia Republicana/ Ni Estado ni mercado: Una alternativa ciudadana. Se precisaba en el mensaje que sólo se admitiría a 60 socios quienes, por razones de seguridad, no debían enviar por la red sus datos personales y se recomendaba que, por tratarse de una sesión privada, no deberían divulgar el contenido de la conversación. De ser cierto tanto misterio, ¡qué emocionante es vivir el retorno de los brujos! Hasta nos recuerda que hace algunos años, la revista de los egresados de la Universidad de Harvard publicó el nombre de Salinas de Gortari como uno de los productos más abominables de esa honorable institución.
A piedra o lodo se cierra la PGR
Desdenantes, todo lo que tiene qué ver con la política “a la mexicana” se relaciona con la sucesión presidencial de 2012. No es casual ni gratuito entonces que ciudadanos de a pie, y otros no tanto, se interesen en encontrar referentes informativos con vistas a la gran cita de julio del año próximo. Verbigracia: ¿En qué paró lo de los Amigos de Fox? ¿Hasta dónde llegaron las indagatorias del avionazo en que murió el 4 de noviembre de 2008 el secretario de Gobernación y potencial presidenciable Juan Camilo Mouriño Terrazo?, etcétera. Dada la naturaleza de esos expedientes, los interesados creen que es la vacante Procuraduría General de la República la fuente idónea para satisfacer su interés. Pues se equivocan: Ni con la llave del Instituto Federal de Acceso a la Información Pública (IFAI) es posible obtener alguna pista sobre esos temas. La PGR es de las dependencias más reacias a la transparencia. Y más si se trata de esos temas. Por algo será.
Nadie para la economía criminal
Como en los tiempos en que se saboteó a la banca nacionalizada, solapando la operación de la banca paralela, ahora nuevamente miles de pensionados y gente que vive en los estados más marginados donde no existen sucursales bancarias están siendo estafados por más de 200 llamadas sociedades de ahorro y crédito que carecen de autorización de la Secretaría de Haciendan y Crédito Público y de la Comisión Nacional Bancaria y de Valores. A decir verdad, no sólo ese sector está expuesto a las trapacerías de los criminales de cuello blanco: Existen en Santa Fe, Distrito Federal, lujosos e impunes despachos en los que se exprime a otros incautos ahorradores que pierden sus capitales en dólares en supuestas inversiones en bolsas extranjeras que, obviamente, nunca les reportan ganancias, “pero… si aplica otros 50 mil dólares, puede recuperar su inversión original con sus consiguientes rendimientos”. Lo peor de la cuestión, es que en el directorio de defraudadores aparecen casas cuyos operadores han pasado alegremente por tribunales judiciales. De todo ello puede dar testimonio la comisión nacional de inexistentes Protección y Defensa de los Usuarios de los Servicios Financieros y Bancarios que se afana en acumular expedientes de denuncias, a sabiendas de que de nada servirán a los estafados. Ahí cobra el célebre ahijado de Ludwig Von Mises, Luis Pazos de la Torre.
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