Viernes, 13 de Mayo de 2011 12:50 | 
Author: EDITORIAL | 
| Edición 258 |
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Los atajos a
la dictadura
Por más que se quisiera ver a la Patria al través de los cristales más luminosos y estimulantes, la terca realidad en materia de derechos y libertades civiles nos informa que la única libertad disponible para los mexicanos es la de lamentarse o morir en el intento.
Es el caso del ejercicio periodístico en nuestro país: A principios de mayo, en ocasión de lo que debiera ser la celebración del Día Internacional de la Libertad de Prensa, la organización Freedom House nos remitió desde Washington la evaluación de 196 países. Entre 63 catalogados sin prensa libre se encuentra México, que comparte ese odioso rango con Honduras, sometido a las secuelas de un reciente golpe de Estado.
En ese oscuro horizonte, México dio un paso atrás, pues en la anterior evaluación aparecía como país con prensa “parcialmente libre”. En el nuevo análisis, aparte de los factores típicos que violan y violentan la Libertad de Expresión, Freedom House incorpora ahora la autocensura y denuncia la acción de agentes no gubernamentales que han manifestado abiertamente su intención de controlar la agenda de medios. Sin citarlo explícitamente, entendemos, sin embargo, que se refiere a la reciente tentativa de uniformar los contenidos de los medios referidos a la violencia criminal, nuestro amargo pan de todos los días.
El reporte difundido aquí, se asocia a la preocupación expresada desde 2010 por la ONU y la Comisión Interamericana de Derechos Humanos por el deplorable estado que en México guardan el Derecho a la Información y la Libertad de Expresión.
Simultáneamente, la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH), al advertir que la prensa libre es componente esencial de toda sociedad democrática, informó que, de 2005 a marzo de 2011, el Programa de Agravios a Periodistas y Defensores Civiles de los Derechos Humanos tiene un registro de 473 expedientes de quejas que incluyen 68 homicidios, 13 desapariciones de periodistas y comunicadores y 31 atentados a medios de comunicación; hechos que han motivado la emisión de 20 recomendaciones a autoridades gubernamentales.
Finalmente, un comunicado conjunto de la organización Artículo 19 y el Centro Nacional de Comunicación Social (Cencos) sobre el Informe 2010: La violencia en México y el Derecho a la Información, reporta que el año pasado sumaron 155 las agresiones: 129 ataques a periodistas, 18 atentados contra instalaciones y ocho asesinatos. Acota que las cifras son menores a las de 2009, pero aclara que las denuncias han disminuido a causa de que no existe voluntad de investigación por parte del Estado mexicano.
“El derecho a la información será garantizado por el Estado”, reza la última línea del artículo sexto de la Constitución mexicana. El libro, que debiera ser sagrado en toda democracia que se respete, contiene otras muchas preciosas promesas que, si se sustanciaran en los hechos, otro gallo cantaría a nuestra sociedad sobrecogida y humillada. No es así, porque el gobierno de la República está resuelto a seguir actuando de facto. Es el método fascina a las dictaduras unipersonales. No se vale.
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