Martes, 14 de Junio de 2011 14:17 | 
Author: ABRAHAM GARCÍA IBARRA | 
| Edición 260 |
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Los perros acorralados
Conste que esa identidad perruna la aceptó, como situación de los secretarios encargados de despacho, el de Trabajo y Previsión Social Javier Lozano Alarcón en su más reciente pleito de callejón con miembros de la Cámara de Diputados federal. Su papel de perdonavidas, sin embargo, no mejoró su posición en la tabla de los precandidatos presidenciales panistas, entre los que se mantiene a la zaga. El otro que no se levanta ni escuchando el Himno Nacional es el de Hacienda y Crédito Público, Ernesto Cordero Arroyo. Para la primera semana de junio apenas logra un cuarto lugar con 7.4 por ciento, 30 puntos porcentuales debajo del senador en segunda vuelta Santiago Creel Miranda. La que mejora su puntaje, aunque todavía lejos del ex secretario de Gobernación, es la coordinadora de la bancada panista en San Lázaro Josefina Vázquez Mota. Todavía no se sabe si a Vázquez Mota la salpicará el escándalo del ex gobernador chiapaneco Pablo Salazar Mendiguchía -quien llegó al poder nominado por una alianza en la que participó el PAN. Salazar Mendiguchía es indiciado, entre otros delitos, por asociación delictuosa y peculado por el cobro de un seguro (bono se le llama ahora) contratado en 2007, que compartió a razón de 500 mil pesos como promedio entre ex funcionarios de su administración, pero más gruesas son denuncias del dominio público conocidas cuando aún no terminaba su sexenio, en el sentido de que hubo mano negra en la gestión de recursos federales que el ex presidente Vicente Fox promovió para la reconstrucción de Chiapas después del devastador paso por el territorio del huracán Stan en octubre de 2005. Como se recuerda, Vázquez Mota, entonces secretaria de Desarrollo Social, fue nombrada coordinadora del programa de reconstrucción, pero abandonó su misión para coordinar la campaña presidencial de Felipe Calderón Hinojosa. De 104 millones de pesos se habla en el expediente contra Salazar Mendiguchía. ¿Cuántos cientos de millones de pesos de fondos federales se esfumaron y es todavía hora, según testimonios emitidos desde Tapachula, que cientos de familias damnificadas de hace más de cinco años no reciben el auxilio prometido?
En torno al Churchill mexicano
Todavía no escampa la marejadilla levantada por el presidente designado que se siente la reencarnación mexicana de Winston Churchill. Dos lectores nos remiten sendos comentarios: 1) cuando el PAN batallaba desde del otro lado de la mesa en su brega de eternidad, solía regodearse citando al estadista inglés en su máxima aquella en la que sostenía que la oposición gobierna oponiéndose. ¿Por qué ahora que el PAN está en Los Pinos cree que puede exterminar a los opositores? 2) Acaso la invocación de Churchill fue con la intención de que los lectores de su obra dieran con otra frase que acuñó el ex premier británico: La mayor lección en la vida, es saber que, a veces, los necios tienen la razón. Hace falta que los mexicanos reconozcan que los necios también tienen derecho a ejercer el poder, no importa a qué costo. Órale.
A propósito de necios, los encuestadores que hasta hace todavía unos meses daban masajes al ego de Calderón Hinojosa, conforme avanza la hora crepuscular del michoacano empiezan a revertir los resultados de sus sondeos. Vale la pena citar los más recientes de la agencia GEA-ISA, habida cuenta que este despacho, hacia finales del sexenio foxiano, hizo servicios al PAN y al entonces candidato presidencial, tan invaluables que algunos de sus socios fueron incorporados al equipo gubernamental del huésped de Los Pinos. Ahora resulta que 54 por ciento de los consultados reprueba la gestión de Calderón Hinojosa y sólo 18 por ciento le ve capacidad para gobernar. Un 58 por ciento considera que su gobierno no respeta los Derechos Humanos. Grave dato éste que se difunde precisamente cuando el jefe del Ejecutivo promulga reformas a la Constitución en esta materia, y el interfecto blasona de la enorme contribución que su administración hace a la protección de las garantías básicas al ciudadano.
¿Un cuatro a Peña Nieto?
Una de las cuestiones que está a debate público y que algunos han llevado a sesiones del Instituto Federal Electoral (IFE) -particularmente sobre el caso de Andrés Manuel López Obrador-, es si algunos aspirantes a la presidencia de México están incurriendo en violaciones al código electoral federal al hacer precampaña o campaña proselitista anticipada. Destapado por poco más de un centenar de simpatizantes que pretenderían presentarlo como candidato oficial del PAN, el secretario de Hacienda Ernesto Cordero Arroyo está usando como trinchera su despacho gubernamental para reconocer sus aspiraciones de suceder a su jefe, emplear la agenda pública a fin de adjudicarse méritos en imaginarios éxitos de la políticas calderonianas y desafiar a duelo parlocrático a partidos y aspirantes de oposición que no se tragan las ruedas de molino que pone a circular el gobierno. Ya llevado al banquillo de los acusados por excesos propagandísticos como gobernador del estado de México e identificado como el prospecto priista mejor posicionado, Enrique Peña Nieto recibió en el rostro el paño mediático lanzado por Cordero Arroyo, retándolo a debatir públicamente sobre las excelencias adquisitivas del salario mínimo.
Si uno analiza la exploración sobre las posibilidades de los aspirantes panistas a la presidencia, el secretario de Hacienda no tiene, hasta hoy, nada que perder: Tendría que pasar antes sobre el cadáver de cada uno de los tres pretendientes primeros en la lista del PAN. Por supuesto, un debate cara a cara entre dos aspirantes presidenciales sobre ese indebatible tema tendría tufos estrictamente electorales. Peña Nieto -aun sacado ya del cascarón- quedaría vulnerable respecto de la observancia del régimen electoral. Lo que Cordero Arroyo y sus asesores concibieron como una jugada maestra queda del tamaño de una jugada de párvulos frente a las chuchas cuereras que aconsejan al mandatario mexiquense.
La FAM ¿al servicio del PAN?
Seguramente como hombre fuerte en el gabinete de Seguridad Nacional, el secretario de Gobernación Francisco Blake Mora está facultado para hacer uso de infraestructura y transporte de las Fuerzas Armadas mexicanas, entre éstas el de la Fuerza Aérea Mexicana (FAM), sobre todo después del fatal accidente aéreo en el que pereció Juan Camilo Mouriño Terrazo. Incluso, es posible que el titular de la SG se sienta autorizado para mover en unidades de la FAM al invitado que desee. Lo que no queda claro es si el funcionario puede emplear esa discrecionalidad para hacerse acompañar, en comisiones oficiales, por los dirigentes de su partido en agenda electoral. Hace poco más de dos semanas, el jefe nacional del PAN, Gustavo Madero Muñoz tuvo necesidad de viajar a Coahuila a apoyar la campaña electoral de su partido. Blake Mora lo trasladó hasta Monterrey, Nuevo León, en un avión militar puesto a su disposición por la Secretaría de la Defensa Nacional. ¿Qué diferencia hace si el dirigente nacional del PRI y ex gobernador de Coahuila, Humberto Moreira, tiene urgencia de volar a su estado, también en misión electoral, y requiere se ponga a su disposición una nave militar? Como dice el clásico: Es pregunta.
Más muertos, menos cocaína incautada
Según reportes oficiales, la Secretaría de la Defensa Nacional incautó, en 2007, 18 y media toneladas de cocaína; en 2010 aseguró sólo dos toneladas 386 kilos de la misma sustancia y hasta mayo de 20l1 apenas ha logrado interceptar una tonelada 819 kilos. Lo que queda para la noche de los tiempos es, contra esa estadística, ¿cuál es el volumen de ese estupefacientes que burló el cerco y se vendió en México (con consumo al alza) o pasó hacia los Estados Unidos? De otro lado, según informes de autoridades estadunidenses, en México se ha reactivado en los últimos años la producción de opio y el tráfico de morfina y heroína.
De ello se deduce que algo no cuadra en el balance de la guerra contra el crimen organizado. Si la cruzada antinarco se funda en el supuesto de que muerto el perro se acabó la rabia, parece que tanto perro muerto, encarcelado o fugitivo no ha servido para inmovilizar la hidra que estrangula a México, por más que se sostenga que todos los días se apresa o muere un racimo de supuestos líderes de los cárteles y se anuncie que con ello las mafias se han debilitado. Estando tan débiles, debe buscarse otra explicación a la creciente disponibilidad de narcóticos.
Brindis por laicidad del Estado
En el marco de la más reciente asamblea de la Conferencia del Episcopado Mexicano (CEM) trascendió que los obispos hicieron un encendido brindis por el papa Benedictino XVI y por el presidente Felipe Calderón. Que la jerarquía mexicana de la Iglesia católica gaste el vino de consagrar en esos meritorios menesteres no tiene porqué sorprender a nadie: Muy su derecho. Lo que si sorprende -ya no tanto, ciertamente- es que el eructo de los prelados sea compartido por el secretario de Educación Pública, Alonso Lujambio; el de Salud -¡salud!- José Ángel Córdova Villalobos y el gobernador de Morelos, Marco Antonio Adame que, según un antiguo libro pasado de moda, son servidores del Estado laico. Todo sea por las candidaturas presidenciales o a algún gobierno estatal que esperan un milagro del beato Juan Pablo II.
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