Edición 268 |
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Libia y la gran mentira:
Utilizar a organizaciones de derechos humanos para emprender guerras
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Mahdi Darius Nazemroaya
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La guerra contra Libia está construida sobre un fraude. El Consejo de Seguridad de la ONU aprobó dos resoluciones contra Libia sobre la base de afirmaciones no demostradas, en concreto la de que el coronel Gadhafi estaba matando a su propio pueblo en Bengasi. En su forma exacta, la afirmación era que Gadhafi habÃa ordenado al Ejército libio asesinar a seis mil personas tanto en Bengasi como en otras partes del paÃs. Estas afirmaciones se difundieron ampliamente, pero siempre se explicaron vagamente. Sobre la base de esta afirmación, Libia fue llevada al Consejo de Seguridad de la ONU en su sede en Nueva York y expulsada del Consejo de Derechos Humanos en Ginebra.
En una amplia campaña mediática contra Libia, también se utilizaron falsas afirmaciones acerca de ejércitos de mercenarios africanos en Libia y acerca de ataques aéreos contra civiles. Estas dos afirmaciones se han dejado después de lado y se han ido volviendo cada vez más opacas. Sin embargo, las afirmaciones acerca de las masacres se utilizaron en un marco legal, diplomático y militar para justificar la guerra de la OTAN contra Libia.
Utilizar los derechos humanos como un pretexto para la guerra: La Liga Libia por los Derechos Humanos y sus afirmaciones no demostradas
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Una de las muchas fuentes de la afirmación de que Gadafi estaba matando a su propio pueblo es la Liga Libia por los Derechos Humanos (LLHR, por sus siglas en inglés). En realidad, la LLHR fue fundamental para conseguir que la ONU se implicara gracias a sus afirmaciones especÃficas en Ginebra. El 21 de febrero de 2011 la LLHR consiguió que otras 70 organizaciones no gubernamentales (ONG´s) enviaran cartas al presidente Obama, a la Alta representante de la UE, Catherine Ashton y al secretario general de la ONU, Ban-ki Moon, pidiendo una intervención internacional contra Libia, invocando la doctrina de la “Responsabilidad de protegerâ€. En realidad, sólo 25 miembros de esta coalición afirman ser grupos de derechos humanos.
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La carta es la siguiente:
Los abajo firmantes, organizaciones no gubernamentales de derechos humanos y humanitarias les urgimos a movilizar a la ONU y a la comunidad internacional y a emprender una acción inmediata para detener las atrocidades generalizadas que está perpetrando actualmente el gobierno libio contra su propio pueblo. No puede continuar el inexcusable silencio.
Como saben, se calcula que en los últimos dÃas las fuerzas del coronel Muammar Gadhafi ha asesinado deliberadamente a cientos de manifestantes pacÃficos y a personas inocentes por todo el paÃs. Sólo en la ciudad de Bengasi un doctor informó haber visto al menos 200 cadáveres. Los testigos informan de que una mezcla de comandos especiales, mercenarios extranjeros y personas leales al régimen han atacado a los manifestantes con cuchillos, rifles de asalto y armas de gran calibre.
Los francotiradores disparan contra manifestantes pacÃficos. Se ha utilizado la artillerÃa y helicópteros contra masas de manifestantes. Los responsables de los hospitales informaron de muchas vÃctimas con disparos en la cabeza y el pecho, y de una a la que un misil aéreo habÃa dado en la cabeza. Se ha informado de que los tanques están en las calles y aplastan a personas inocentes. Los testigos informan de que los mercenarios están disparando indiscriminadamente desde helicópteros y desde los tejados. Se ha visto a mujeres y niños saltando del Puente Giuliana en Bengasi para escapar. Muchos de ellos murieron por el impacto del salto al agua mientras que otros se ahogaron. El régimen libio está tratando de esconder todos estos crÃmenes cortando el contacto con el mundo exterior. Las lÃneas de Internet o telefónicas han sido cortadas o interrumpidas.
No hay duda aquà acerca de la intención. Los medios de comunicación del gobierno han publicado amenazas abiertas prometiendo que los manifestantes se encontrarÃan con una “respuesta violenta y atronadoraâ€.
En consecuencia, el gobierno de Libia está cometiendo unas graves y sistemáticas violaciones del derecho a la vida tal como está garantizado por la Declaración Universal de Derechos Humanos y el Acuerdo Internacional sobre Derechos Civiles y PolÃticos. Los ciudadanos que tratan de ejercer sus derechos básicos a la libertad de expresión y de reunión están siendo masacrados por el gobierno.
Además, el gobierno de Libia está cometiendo crÃmenes contra la humanidad, tal y como lo define el Memorando Explicativo al Estatuto de Roma de la Corte Penal Internacional. Los asesinatos masivos de civiles inocentes por parte del gobierno libio equivalen a unos ataques particularmente odiosos que constituyen una grave agresión a la dignidad humana. Como han confirmado muchos testimonios orales y de vÃdeo recogidos por organizaciones de derechos humanos y agencias de noticias, los ataques del gobierno libio contra su población civil no son acontecimientos aislados o esporádicos, sino que estas acciones constituyen una polÃtica y una práctica generalizadas y sistemáticas de atrocidades cometidas intencionalmente, incluyendo el asesinato, la persecución polÃtica u otros actos inhumanos que llegan al umbral de crÃmenes contra la humanidad.
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El Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas.
Responsabilidad de proteger
Según el Documento Final de la Cumbre Mundial de 2005, ustedes tienen una clara e inequÃvoca responsabilidad de proteger al pueblo de Libia. La comunidad internacional, por medio de la ONU, tiene la responsabilidad de utilizar los medios diplomáticos, humanitarios y otros adecuados, de acuerdo con los CapÃtulos VI y VIII de la Carta, para ayudar a proteger a la población Libia. Dado que manifiestamente las autoridades nacionales libias no están protegiendo a su población de crÃmenes contra la humanidad, los medios pacÃficos serÃan inadecuados, los estados miembros están obligados a emprender una acción colectiva de forma oportuna y decisiva, por medio del Consejo de Seguridad, de acuerdo con la Carta de la ONU, incluyendo el CapÃtulo VII.
Además, les urgimos a convocar una sesión especial de urgencia del Consejo de Derechos Humanos de la ONU, cuyos miembros, según la Resolución de la AG de la ONU 60/251, tienen la obligación de tratar situaciones de violaciones graves y sistemáticas de los derechos humanos. La sesión deberÃa:
-Pedir a la Asamblea General que suspenda la condición de miembro del Consejo de Libia, de conformidad con el ArtÃculo 8 de la Resolución 60/251, que se aplica a estados miembros que cometen graves y sistemáticas violaciones de los derechos humanos.
-Condenar firmemente la masacre de sus propios civiles por parte de Libia, y exigir que acabe de inmediato.
-Desplegar inmediatamente una misión de expertos independientes que recopilen hechos relevantes y documenten violaciones de las leyes internacionales en relación a los derechos humanos y crÃmenes contra la humanidad para acabar con la impunidad del gobierno libio. La misión deberÃa incluir una investigación médica independiente sobre las muertes y una investigación sobre las trabas ilegales que ha puesto el gobierno libio al acceso y tratamiento de los heridos.
-Pedir al Alto Comisionado para los Derechos Humanos de la ONU y a los Procedimientos Especiales del Consejo que sigan de cerca la situación y emprendan las acciones necesarias.
-Pedir al Consejo que continúe atento a esta cuestión y aborde la situación libia en su próxima XVI sesión regular en marzo.
Los estados miembros y los altos cargos de la ONU tienen la responsabilidad de proteger al pueblo de Libia de lo que son crÃmenes evitables. Les urgimos a utilizar todas las medidas y niveles disponibles para poner fin a estas atrocidades por todo el paÃs.
Les urgimos a enviar un claro mensaje de que la comunidad internacional, el Consejo de Seguridad y el Consejo de Derechos Humanos en su conjunto no serán observadores pasivos de estas atrocidades generalizadas. La credibilidad de la ONU y muchas vidas inocentes están en juego. [1].
Según Physicians for Human Rights (Médicos por los Derechos Humanos): “[Esta carta], que se preparó siguiendo las orientaciones de Mohamed Eljahmi, el célebre defensor de los derechos humanos libio y hermano del disidente Fathi Eljahmi, afirma que las atrocidades generalizadas cometidas por Libia contra su propio pueblo equivalen a crÃmenes de guerra y que los estados miembros emprendan acciones por medio del Consejo de Seguridad según la doctrina de la Responsabilidad de Proteger†[2].
Entre los firmantes de la carta se incluyen Francis Fukuyama, United Nations Watch (que vela por los intereses de Israel y, según fuentes israelÃes, organizó toda la sesión contra Libyan Arab Jamahiriya), B’nai B’rith Human Rights Commission, Cuban Democratic Directorate y toda una serie de organizaciones enfrentadas a los gobiernos de Nicaragua, Cuba, Sudán, Rusia, Venezuela y Libia. Algunas de estas organizaciones son vistas con hostilidad como organizaciones creadas para emprender campañas contra paÃses que están enfrentados con Estados Unidos, Israel y la Unión Europea.
La LLHR está relacionada con la Federación Internacional de Derechos Humanos (FIDH), que tiene su base en Francia y está relacionada con el National Endowment for Democracy (NED). La FIDH está activa en muchos lugares de Ãfrica y en actividades en las que está implicado el National Endowment for Democracy en el continente africano. Ambas, la FIDH y la LLHR, emitieron también un comunicado conjunto el 21 de febrero de 2011 en el que ambas organizaciones pedÃan a la comunidad internacional que se “movilizara†y apelara a la Corte Penal Internacional, al tiempo que también hacÃan una afirmación contradictoria de que de 400 a 600 personas habÃan muerto desde el 15 de febrero de 2011 [3]. Por supuesto, eran unas cinco mil 500 personas menos que la afirmación de que se habÃa masacrado a seis mil en Bengasi. La carta también promovÃa la falsa idea de que un 80 por ciento del apoyo a Gadhafi provenÃa de mercenarios extranjeros, algo que más de medio año de combates demuestra que no es cierto.
Según el secretario general de la LLHR, el doctor Sliman Bouchuiguir, la LLHR no podÃa validar las afirmaciones acerca de las masacres en Bengasi cuando se le pidió demostrarlo. Cuando se le preguntó cómo un grupo de 70 ONG de Ginebra podÃa mantener las afirmaciones hechas por la LLHR en la capital suiza, Buchuiguir respondió que la base era una red de estrechas relaciones. Esto es una farsa.
Las suposiciones no son ni pruebas ni razón para empezar una guerra con una campaña de bombardeos que ha durado casi medio año y ha costado muchas vidas inocentes, incluyendo niños y ancianos. Lo que es importante señalar aquà es que el Consejo de Seguridad de la ONU decidió sancionar a Libia con base en esta carta y las afirmaciones de la LLHR. Ni el Consejo de Seguridad de la ONU ni los estados miembros que estaban a favor de la guerra se tomaron siquiera la molestia de investigar una sola vez las afirmaciones. En una sesión en Nueva York, el embajador indio ante la ONU hizo referencia a esto cuando su paÃs se abstuvo en la votación. AsÃ, al denominada “guerra humanitaria†se emprendió sin ninguna prueba.
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La relación secreta entre la LLHR y el Consejo de Transición
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Las afirmaciones de la Liga Libia por los Derechos Humanos (LLHR) se coordinaron con la formación del Consejo de Transición. Esto resulta claro cuando se hace evidente la estrecha y reservada relación entre la LLHR y el Consejo de Transición. Lógicamente, la administración Obama y la OTAN también tenÃan que formar parte de ello.
Sea lo que sea el Consejo de Transición y sean cuales sean las intenciones de quienes lo apoyan, está claro que está siendo utilizado como una herramienta por Estados Unidos y otros. Es más, cinco miembros de la LLHR eran miembros o se convertirÃan en miembros del Consejo de Transición inmediatamente después de que se difundieran las afirmaciones contra Libia. Según Bouchuguir, entre las personas relacionadas con la LLHR o miembros de ella están Mahmoud Jibril y Ali Tarhouni.
El doctor Mahmoud Jibril es una figura del régimen libio que fue introducido en los cÃrculos del gobierno libio por Saif Al-Islam Qaddafi. Se le habrÃa dado de forma democráticamente el puesto de primer ministro del Consejo de Transición. Sus implicaciones con la LLHR suscitan algunas cuestiones acerca de la organización.
Por otra parte, el economista Ali Tarhouni se convertirÃa en el ministro del Petróleo y Finanzas del Consejo de Transición. Tarhouni es el hombre de Washington en Libia. Se formó en Estados Unidos y estaba presente en las principales reuniones sobre los planes para cambiar de régimen en Libia. Como ministro del Petróleo y Finanzas lo primero que hizo fue privatizar y casi entregar los recursos energéticos y la economÃa de Libia a corporaciones y gobiernos extranjeros de la coalición dirigida por la OTAN contra Libia.
El secretario general de la LLHR, Sliman Bouchuiguir, incluso ha admitido en privado que muchos miembros influyentes del Consejo de Transición son amigos suyos. Surge una autentica cuestión de intereses. Sin embargo, la relación secreta entre la LLHR y el Consejo de Transición es mucho más que una cuestión de conflicto de intereses. Es una cuestión de justicia y de manipulación.
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Obama y Ghadafi en los dÃas que se daban la mano.
¿Quién es Sliman Bouchuiguir?
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Sliman Bouchuguir es un desconocido para la mayorÃa, aunque fue autor de una tesis doctoral que ha sido ampliamente citada y utilizada en cÃrculos estratégicos en Estados Unidos. Esta tesis se publicó en 1979 en forma de libro, The use of oil as a political weapon: A case study of the 1973 arab oil embargo (El uso del petróleo como arma polÃtica: Un estudio del embargo de petróleo árabe en 1973). La tesis trata del uso del petróleo como arma de guerra por parte de los árabes, pero se puede aplicar fácilmente a los rusos, iranÃes, venezolanos y otros. Examina el desarrollo económico y el bienestar económico, y también se puede aplicar a vastas regiones, incluyendo toda Ãfrica.
La tesis analÃtica de Bouchuguir es reflejo de una importante lÃnea de pensamiento tanto en Washington como en Londres y Tel Aviv. Es la encarnación de una mentalidad preexistente, que incluye los argumentos del asesor de seguridad estadounidense, George F. Kennan, para mantener una postura de disparidad por medio de una guerra constante de múltiples facetas entre Estados Unidos y sus aliados, por una parte, y el resto del mundo por otra. Se puede recurrir a esta tesis para impedir que los árabes, u otros, se conviertan en potencias económicas o en amenazas. En términos estratégicos, las economÃas rivales se definen como amenazas y como “armasâ€. Esto tiene unas graves connotaciones.
Por otra parte, Bouchuiguir hizo su tesis en la universidad George Washington y fue dirigida por Bernard Reich, politólogo y profesor de relaciones internacionales. Ha trabajado y ocupado puestos en organismos como el Colegio de Inteligencia de Defensa de Estados Unidos, la Escuela de Operaciones Especiales de las Fuerzas Aéreas de Estados Unidos, la Facultad de la Guerra del Cuerpo de Marines y el Centro Shiloah en la Universidad de Tel Aviv. Ha sido consultor sobre Oriente Próximo para el Instituto de Relaciones Exteriores del Departamento de Estado estadounidense y recibido ayudas económicas, como la subvención del Programa de Investigación de la Academia de Defensa y la subvención German Marshalt. Reich también pertenece, o perteneció, al equipo de redacción de diarios como Israel Affairs (desde 1994 hasta ahora), Terrorism: An International Journal (1987-1994) y The New Middle East (1971-1973).
Esta claro que Reich está unido a los intereses israelÃes. Incluso ha escrito un libro acerca de la especial relación entre Estados Unidos e Israel. También ha sido un defensor de un Oriente Próximo que sea favorable a Israel. Esto incluye una consideración especial del Norte de Ãfrica. Su trabajo también se ha centrado en la importante interrelación estratégica entre la Unión Soviética y Oriente Próximo, y también en la polÃtica israelà en el continente africano.
Está claro por qué Reich supervisó la tesis de Bouchuiguir. El 23 de octubre de 1973, Reich ofreció un testimonio ante el Congreso estadounidense con el tÃtulo de El impacto de la guerra de octubre de Oriente Próximo, claramente relacionado con el embargo de petróleo de 1973 y el objetivo de Washington de adelantarse a acontecimientos similares en el futuro o de controlarlos. Hay que preguntarse cuánto influyó Reich a Bouchuiguir y si Bouchuiguir propugna las mismas opiniones estratégicas que Reich.
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El “nuevo norte de Ãfrica†y una “nueva Ãfricaâ€
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Más que simplemente un “nuevo Oriente Próximoâ€, se está creando una “nueva Ãfricaâ€, cuyas fronteras estarán aún más trazadas en sangre, como en el pasado. La administración Obama y sus aliados han abierto una puerta para una nueva invasión de Ãfrica. El Comando Ãfrica de Estados Unidos (AFRICOM, por su siglas en inglés) abrió las salvas de la guerra por medio de la operación Odisea del Amanecer antes de que la guerra contra Libia fuera transferida a la operación Protector Unificado de la OTAN.
Estados Unidos ha utilizado a la OTAN para continuar con la ocupación de la Europa de después de la segunda guerra mundial. Ahora utilizará al AFRICOM para ocupar Ãfrica y crear una OTAN africana. Está claro que Estados Unidos quiere una dilatada presencia militar en Libia y Ãfrica bajo el disfraz de misiones de ayuda humanitaria y para combatir el terrorismo, el mismo terrorismo que ahora se está avivando en Libia y Ãfrica.
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Ban Ki Moon
Se está preparando el camino para una intervención en Ãfrica con el pretexto de la lucha contra el terrorismo. El general Carter Ham afirmó: “Si fuéramos a emprender una acción humanitaria, ¿cómo lo hacemos de forma eficaz y controlando el tráfico aéreo, la gestión del aeródromo [y] este tipo de actividades?†[4]. En realidad, la pregunta del general Ham es un argumento de perogrullo para crear asociaciones militares africanas que se integren entre ellas, asà como nuevas bases que podrÃan incluir el uso de más drones militares contra Libia y otros paÃses africanos. The Washington Post y The Wall Street Journal (WSJ) han dejado claro que el Pentágono está tratando de establecer más bases de drones en Ãfrica y en la penÃnsula Arábiga para expandir sus guerras [5]. En este contexto, el Comando del AFRICOM afirma que existen relaciones entre Al-Shabaab en Somalia, al-Qaeda en el Magreb islámico en el norte de Ãfrica y Boko Harem en Nigeria. [6]
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La guerra de Libia es un fraude
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El general Ham ha afirmado: “Tengo la plena confianza en que si la ONU no hubiera tomado esta decisión, Estados Unidos no se hubiera puesto a la cabeza con un gran apoyo, y con toda seguridad muchas personas en Bengasi que hoy están vivas no lo estarÃan†[7]. Esto no es verdad y está muy lejos de la realidad. La guerra ha costado más vidas de las que se podrÃan haber salvado. Ha arruinado a un paÃs y ha abierto la puerta hacia Ãfrica a un proyecto neocolonial.
Las afirmaciones de la Liga Libia por los Derechos Humanos (LLHR) nunca se sostuvieron o se verificaron. Se debe cuestionar la credibilidad de la ONU asà como la credibilidad de muchas organizaciones humanitarias y de derechos humanos que casi presionaron en favor de una guerra. El Consejo de Seguridad de la ONU es, en el mejor de los casos, un organismo irresponsable, que claramente ha actuado al margen del debido proceso legal. Parece que este mismo modelo se está repitiendo contra la República Ãrabe Siria, ya que individuos y organizaciones, apoyados por potencias extranjeras a las que no les importan nada las auténticas reformas democráticas o la libertad, están haciendo las mismas afirmaciones.
NOTAS:
[1] United Nations Watch et al., “Urgent Appeal to Stop Atrocities in Libya: Sent by 70 NGOs to the US, EU, and UNâ€, 21 de febrero de 2011:
<http://www.unwatch.org/site/apps/nlnet/content2.aspx?c=bdKKISNqEmG&b=1330815&ct=9135143>
[2] Physicians for Human Rights, “PHR and Human Rights Groups Call for Immediate Action in Libyaâ€, 22 de febrero de 2011:
<http://physiciansforhumanrights.org/press/press-releases/news-2011-02-22-libya.html>
[3] The International Federation for Human Rights (FIDH) and the Libyan League for Human Rights (LLHR), “Massacres in Libya: The international community must urgentlyâ€, 21 de febrero de 2011:
<http://www.fidh.org/IMG/article_PDF/article_a9183.pdf>
[4] Jim Garamone, “Africa Command Learns from Libya Operations,†American Forces Press Service, 15 de septiembre de 2011:
<http://www.defense.gov/news/newsarticle.aspx?id=65344&reason=1>
[5] Gregory Miller y Craig Whitlock, “U.S. assembling secret drone bases in Africa, Arabian Peninsula, officials sayâ€, The Washington Post, 20 de septiembre de 2011; Julian E. Barnes, “U.S. Expands Drone Flights to Take Aim at East Africaâ€, The Wall Street Journal (WSJ), 21 de septiembre de 2011.
[6] Garamone, “Africa Command Learns,†Op. cit.
[7] Ibid.
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