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 Y le diré querido lector que si Amancio Ortega tuviera su propia máxima favorita (una expresión favorita), es seguro que sería Festina lente (apresúrate lentamente). Tardó un poco menos de 50 años en convertir un taller de batas escondido en un barrio de la Coruña en la empresa de moda con mayor capitalización bursátil del orbe. Inditex (38 mil 500 millones de euros) acaba de superar a su gran competidor europeo y mundial, el grupo sueco Hennes & Mauritz (38 mil 400 millones), más conocido por los fervientes admiradores de la moda barata como H&M. Inditex (a través de Máximo Tutti, Zara, Stradivarius o Bershka) disputa con H&M una batalla por el diseño apto para todos los bolsillos. No son Chanel, ni Balenciaga; ni lo pretenden. Ortega apreció en su momento (al menos lo tenía claro en los 80) que existía una sustanciosa oportunidad de negocio en la ropa con precios asequibles para una gran mayoría social que no podía pagar ¿trapos? de alto standing. No era fácil percibir que existía una mina de oro en un modelo de diseño de todo a menos de 2 mil pesetas (ahora, casi todo a menos de 20 euros, cuestiones de la inflación).
Ortega lo percibió con provecho.
Cuando se celebran los números de Forbes, porque Ortega es uno de los 10 más ricos del mundo, debe explicarse también que son casi 50 años de recorrido empresarial, desde la tienda de batas hasta Inditex pasando por las Confecciones Goa. Sí, Amancio Ortega es un emprendedor de éxito mundial. Es una especie rara.
Musas de Picasso, 68 millones de dólares
Tres retratos pintados por Picasso de tres de sus musas y amantes, totalizaron 67.9 millones de dólares en una subasta organizada por la Casa Christie’s en Londres, donde la obra mejor valorada, unas Ninfeas de Claude Monet, no fue vendida. El precio más alto lo alcanzó Femme ossise, robe blue, de 1939, en el que Dora Maar, su amante y musa durante la guerra civil española y la segunda guerra mundial, que se vendió por 17.96 millones de libras (unos 28.95 millones de dólares), doblando su estimado inicial de ocho millones. La segunda mayor puja de para Jeune fille endormie, de 1935, que representa a otra de sus amantes, la joven Marie Thérése Walter, que aparece durmiendo recostada sobre sus brazos, obra por la que un comprador mexicano anónimo (¿¿¿???) pagó 13.48 millones de libras (21.73 millones de dólares). Ejecutado en colores vivos y pinceladas expresivas, la pintura fue adquirida después de ser pintada por el hijo del magnate Walter Chrysler, quien fue su único dueño legítimo, pues hasta el año 2010 la obra pasó a dominio de la Universidad de Sydney. Por último, Buste de Francoise (1946), en la que el Picasso pinta a la madre de sus hijos, Francoise Gillot, fue vendida en 10.68 millones de libras (17.28 millones de dólares), justo por encima del precio esperado.
Nualart: “India invertirá millones en México”
Después de meses de conversaciones y análisis con el gobierno mexicano y el sector privado, varias empresas indias de las ramas de turismo y automotriz informaron que sí realizarán inversiones en México. Así lo comentó Jaime Nualart, embajador de México en India. El Grupo Adity Birla desarrollará una planta de negro de humo (producto para producir neumáticos) en México, cuyo monto requerido es de aproximadamente 80 millones de dólares. Por otro lado, Tata, el mayor conglomerado de empresas de la India, iniciará la construcción de hoteles bajo su marca en Campeche y Quintana Roo, mediante una asociación con un grupo mexicano. Este grupo indio, que opera en el país desde 2003 con su subsidiaria TCS, también está interesado en producir algunos de sus modelos de autos en nuestro territorio. Este año el intercambio comercial entre México e India (léase: ¡País con 400 millones de habitantes de clase media-alta¡) llegará a tres mil millones de dólares. “Todo esto habla de que la industria y el mercado de India ofrece un potencial y un mercado ventajoso para las empresas mexicanas”, apuntó Nualart.
En India operan alrededor de 15 compañías mexicanas (una de ellas, Cinépolis). Bye. Y hasta la próxima, ¡abur!
Munich, moderno centro
económico de Alemania
Enrique Castillo-Pesado
Esta ciudad es considerada como la tercera, en orden de importancia, después de Berlín y Hamburgo. Es un sitio que ha recibido un gran apoyo, gracias al fomento y atención que a puesto el gobierno alemán para impulsar el desarrollo de la industria de alta tecnología, sin descuidar los proyectos de investigación en las áreas de la biología, tecnologías de la información, aeroespacio y automotriz.
Digamos que aquí es una de las regiones, posterior a la segunda guerra mundial, donde se ha concentrado la mayor parte de la riqueza a nivel mundial. Otra de las riquezas de Munich es, sin duda, sus edificios o casas, debido a que tienen una arquitectura de los siglos XVI y XVII, y hoy son territorio de empresas como BMW o Siemens.
La ciudad de Munich ha pasado por momentos históricos, uno de esos fue cuando el emperador del Sacro Imperio Romano Germánico intervino después de un enorme incendio que dañó el lugar. Otro acontecimiento se dio después de la victoria de los alemanes en la guerra franco-prusiana, bajo el liderazgo de Otto von Bismark, donde Munich se convirtió en integrante del Imperio Alemán. Durante la segunda guerra mundial, Munich fue una de las ciudades que resultaron seriamente dañadas, posteriormente al conflicto, se hicieron los respectivos trabajos de reconstrucción. En 1972, en la XX edición de los juegos olímpicos, un comando de terroristas palestinos conocido como Septiembre Negro tomó como rehenes a 11 integrantes del equipo olímpico de Israel, una tragedia que conmocionó al mundo y la cual se le denominó como la masacre de Munich.
Así que la capital de Baviera, Munich, tiene interesantes argumentos para conocerla: Su arquitectura, cultura, historia, festivales como la feria anual de la cerveza, nada más y nada menos que el Oktoberfest, que es ya mundialmente famosa y, en otra oportunidad, les hablaré de esta feria. Por cierto, una de las plazas más reconocidas es la de Karlsplatz, que se encuentra en el centro de la ciudad, también es conocida por los habitantes de Munich como Stachus. Otra de las zonas turísticas es el paso peatonal de Marienplatz.
Bien, la plaza Karlsplatz está siempre llena de gente porque hay una diversidad de comercios y como les mencioné líneas arriba, sus edificios son un atractivo para cualquier turista. Niños, jóvenes y adultos caminan durante el verano a lo largo de la plaza y en invierno tienen el placer de patinar sobre hielo que se forma en la plaza que se ha transformado en un centro de reunión obligado. Y es por este rumbo donde tuve la oportunidad de conocer el hotel Königshof, de los más envidiados por su ubicación ya que está cercano a la plaza Karlsplatz, la estación de tren y la zona comercial. Les comento que el hotel es uno de los favoritos para realizar eventos especiales, principalmente en la noche, tienen salones privados que ofrecen sorprendentes vistas panorámicas como la catedral de Frauenkirche, que cuenta con una excelente iluminación. Al platicar con un directivo de este resort, me hizo saber que gran cantidad de personalidades del mundo político internacional, empresarios y del espacio del entretenimiento, han pasado ratos inolvidables en el interior del Königshof.
Como todo tiene un antecedente, el del hotel no es la excepción. Fue gracias a la familia Geisel (ligados fuertemente a la ciudad de Munich), quienes comenzaron con un negocio de cerveza, precisamente, en la feria anual de Oktoberfest en Munich. En 1900, los jóvenes y visionarios, Karl y Anna Geisel, al ver el éxito abrieron el restaurante Pasinger Weinbauer y la apertura de tres tabernas, que les permitió ganar fieles seguidores y, en 1935, inauguraron su primer hotel. Posteriormente, los Geisel, adquirieron el hotel Excélsior, localizado cerca de la estación de tren. Este bello inmueble fue el impulso de la innovación y luego se ganó el reconocimiento como uno de los más modernos establecimientos de la ciudad y, tiempo después, vendría el Königshof, ya que en 1938 hicieron la compra de éste resort para invertirle en renovaciones y transformarlo en el hotel más lujoso de Munich a lo largo de las décadas siguientes.
Es hasta 1970 cuando los propietarios del resort le dieron carta abierta al diseñador Sigward Graf Pilati para que le hiciera las modificaciones necesarias y tenerlo listo como uno de los escenarios de atracción durante los juegos olímpicos de 1972. En la actualidad, el hotel sigue siendo propiedad de la dinastía Geisel, con la filosofía de estar continuamente innovando en la hospitalidad y en la oferta  culinaria, que ya es toda una tradición.
Las habitaciones del Königshof se dividen en tres secciones: Superior, deluxe y suites, además de una sala de estar para relajarse. En la superior, el huésped se encuentra en el nuevo estándar del confort y el lujo con toda la comodidad y servicio que va de lo sencillo a lo sofisticado que les puede sorprender. En la zona deluxe, hay una mezcla de la elegancia con espacios amplios. Todo lo anterior, genera una atmósfera sensacional y, cuenta además, con las condiciones que satisfacen al viajero que le agrada disfrutar del verdadero placer de descansar. La riqueza de la decoración y comodidad también se incluyen en las suites.
Para gozar de la gastronomía, sin salir del hotel, les comento que en el restaurante Königshof no existen los límites por los excelentes platillos que surgen del laboratorio del chef Martin Fauster, quien invita desde las primeras horas del día a disfrutar de sus creaciones culinarias con un menú comprometedor para el paladar. Este feudo se ha ganado el reconocimiento con una estrella Michelin y 18 puntos de Gault Millau. Por cierto, el Sommelier está dispuesto ha sugerir el maridaje de vinos para combinar con el platillo seleccionado por el comensal.
Esto es parte de cómo pueden ser unos días en Munich y sus alrededores. Una de las avenidas famosas de la ciudad es Maximilianstrasse, donde se han establecido las galerías, restaurantes, hoteles, las tiendas de los diseñadores que han influido con sus ideas al mundo de la moda, joyerías y hoteles. Nombres como Dolce & Gabanna, Versace, Louis Vuitton, Dior, Chanel, Escada, Hugo Boss, Gucci, Gianfranco y muchas tiendas reconocidas son parte de la vida de la gente de circula por la ciudad de Munich. Por supuesto, el viaje fue por Lufthansa. Y hasta la próxima, ¡abur!
Vázquez Aldir- Masaharu Morimoto
Enrique Castillo-Pesado
Shuichiro Megata y Olegario Vázquez Aldir, uno de los más sólidos y jóvenes empresarios del momento (léase: Grupo Ángeles, Hoteles Camino Real, EXCÉLSIOR y Cadena Tres, entre otras instituciones), sumaron puntos ahora con el Iron Chef japonés, Masaharu Morimoto, con quien acaban de lanzar uno de los restaurantes japoneses que ya son símbolo en el orbe. Por supuesto, Vázquez Aldir y el célebre y displicente Morimoto atendieron a más de 400 invitados vip, en el espacio donde antes se ubicaba el memorable Le Cirque-Camino Real, que desafortunadamente no cumplió con las expectativas de la gente mexicana. Por ende, con este nuevo centro gastronómico, donde colaborara como PR, Juan José Origel, empezarán a desfilar toda clase de personalidades de la talla de Silvia Pinal, Mauricio Ymay, Maxine Woodside, entre otros. Por supuesto, este columnista ya estuvo en dos ocasiones y, sinceramente, me maravilló su nueva propuesta gastronómica, en la que los sensacionales platillos, y la decoración del lugar a cargo de Thomas Schoos, crean una fusión única, plasmando el diseño y la obra de arte de sus paredes, técnicas utilizadas en las paredes. Morimoto, personaje que parece sacado de una cinta de guerreros japoneses, es un arriesgado de la cocina que gusta de fusionar tanto ingredientes como técnicas, tomando siempre como parámetros la cocina asiática y la occidental. Diana Miller, PR del Camino Real, nos “obligó” a paladear toro tartare, morimoto sashimi, tuna pizza, foie gras con tempura de camarón, cangrejo de Alaska, pollo marinado, chuleta de cerdo a la “kimchee”, y hongos con pork belly, cebollín blanco y panecillos  al vapor. Sé que una sentada en el Morimoto tendrá un promedio de costo-calidad entre 600-800 pesos, además de los sakes y vinos. Morimoto se formó, en el ámbito culinario, “con el objetivo de viajar a Estados Unidos y conocer los sabores de Occidente”. Tiempo después, se convirtió en chef ejecutivo de Club Sony y, posteriormente, en Head Chef del aclamado Nobu de Nueva York. Por ende, lo llamaron a participar en el programa de televisión Iron Chef en Japón. Cuenta con cuatro feudos que llevan su nombre y un quinto en Mumbai (India), llamado Wasabi Morimoto. Sé que también hizo mancuerna con el genio restaurateur Stephen Starr. Luego se alió con Karim Eashid, el aclamado y rebelde diseñador industrial, además del célebre arquitecto japonés, Tadeo Ando, con quien hace perfecta armonía en su Morimoto de Nueva York. Y claro: Morimoto hace sketches de cada uno de los platos que va a servir. Por último, los Tovar de Teresa, los Aboumrad-Harfuch, Mario de la Reguera, Maru Canabal, Marisol Moreno y el enigmático Gustavo Adolfo Infante están por adquirir el libro de Morimoto: The New Arts of Japonese Cuisine. Y hasta la próxima, ¡abur¡
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