¿No tenemos remedio? 
  
CARLOS RAMÍREZ HERNÁNDEZ 
  Si la protesta poselectoral se dio en un escenario democrático:  La reforma del 2007-2008 la hizo el PRD. Ganó el PRI en un gobierno federal del PAN. Los órganos electorales están ciudadanizados y el gobierno no mete las manos. Las elecciones las vigilaron dos millones de ciudadanos.Las elecciones deben acreditarse al más estridente, no al resultado de las urnas. 
  
Entonces: 
* Los mexicanos no tenemos remedio. 
* Los políticos no juegan para competir sino para ganar-ganar.  * Las masas son enardecidas por los políticos derrotados y se convierten en turbamultas. 
* Quiere ganar el más estridente, no el más democrático.  *Nos merecemos lo que pasa porque carecemos de cultura política democrática. 
Y el problema radica en que: 
*Los mexicanos no son demócratas sino convenencieros.  * La política es de quien la arrebate, no de quien la gane en las urnas.  * Las reformas son procedimentales, no de concientización democrática.  * La política es de hombres providenciales, no de políticos en competencia. 
*La democracia es la victoria, no el reconocimiento de la derrota. 
Por tanto: 
* La derrota es de quien la acepte, y basta no aceptarla para cambiar el signo del recuento de los votos. 
* La política es capricho, no reconocimiento de la realidad.  * No habrá reforma electoral eficaz ante políticos que simple y sencillamente no aceptan la derrota. 
* Más que procesos electorales cada vez más democráticos, lo que vale en México es la estrategia de poder. 
* Los procesos electorales no sirven para fijar las posiciones políticas de líderes, corrientes o partidos, sino para justificar cohesiones poselectorales. 
Los políticos acuden a las elecciones: 
*No para medir su aceptación social sino para incrustarse en los espacios del poder. 
*Como el escalón indispensable para llegar a posiciones políticas.  *Para ganar-ganar, no para ofertar ideas y aceptar el mandato de los electores.  * Sin aceptar que los procesos electorales son el mandato popular a través de los votos. 
* Con la desconfianza de que no existe sistema electoral perfecto y su derrota se podrá disfrazar de estridencia de fraude. 
Por tanto: 
¿No sería mejor desaparecer el sistema de elecciones y establecer periodos cortos de alternancia en el poder presidencial por designación y sin elecciones: dos años el PRI, dos años el PRD y dos años el PAN, y todos felices?  
  
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