BUHEDERA

“EL PODER YA NO ES lo que era. Se ha vuelto más fácil de obtener, más difícil de usar y mucho más fácil de perder.”

“MEJOR VEAMOS lo bueno de llegar a nuestra edad: de 60 pa´rriba. Puede ver el milagro que la vida te tenía reservado. A los sesentas, nos conocemos mejor. Pues pensamos con el cerebro, cosa que a los veinte no hacíamos del todo. Hoy, disfrutamos de que podemos comer, porque cuidamos nuestra salud. Si lo hubiéramos hecho antes, sería distinto, pero éramos chamacos desordenados de 30.

Al llegar a nuestra etapa actual, en efecto nos preocupamos pensando en que algún malestar pueda ser algo peor, por la sencilla razón de que valoramos la existencia en calidad; cosa que en los cuarenta nos importaba un bledo pues nos comíamos el mundo a puños. Los cincuentas nos agarraron en las crisis económicas y cambios de tecnologías, lo que nos propició cierta prisa por acumular rumbo a la siguiente década. Nosotros, en cambio, valoramos las cosas de otra forma. Como pensamos mejor, ya el dinero no es el número uno, aunque se necesite para pagar medicinas. Preferimos cuidarnos, para no necesitar comprarlas. Por último, te recomiendo que cada día que amanezca, aunque te sientas algo traqueteado, veas que siempre tienes la posibilidad de ayudar a alguien. Eso te curará de cualquier ataque de pesimismo. Pues darás gracias de ser quien da la ayuda y no quien la recibe.”

SEGÚN EL FMI, la crisis durará 10 años más. Como decimos los totorames: Just wishful thinking. Muy probablemente serán más que solamente diez. De hecho ya lleva casi seis; Detonó en el verano de 2007 con el estallido de las hipotecas subprime, y a pesar de lo que repiten como pericos los ‘analistas’ bien amaestrados, no ha habido recuperación alguna. Lo que ha habido es algunas breves y débiles treguas artificiales, financiadas por colosales inyecciones de dinero fiat.

SE LAMENTA UN QUERIDOLECTOR: “Esto es algo sobre lo que vale la pena reflexionar. Que le llamemos ‘tráfico’ y no ‘tránsito’ pues ya sabemos que es por la consabida influencia sajona: traficar no es lo mismo que transitar, pero en fin. Lo que sí es de llamar la atención es que, por lo general (para no exagerar) en las llamadas vías rápidas, el llamado carril de alta velocidad, el de la izquierda, es el más ocupado, en tanto que el más desocupado y rápido es el de la derecha. ¿Por qué? Porque no podemos aceptar que haya vehículos más veloces y potentes que mi ‘vochito’. ¿Es esta una especie de auto-afirmación de la personalidad? Entonces, ¿por qué si rebaso un coche por la derecha, me recuerda con su bocina a mi madre (q.e.p.d.)? Alguna vez comentaste: ‘Un iluso es aquel que tocando el ‘claxon’ cree que va a acelerar el tránsito.’ Si ya sabemos que en algunos sitios hay ‘embudos’ que causan un ‘embotellamiento’ ¿Por qué seguimos tocando desesperadamente la bocina? Y aquí hay algo inescrutable: cada vez que se ensancha o construye una vía rápida, siempre termina en un ‘embudo’. Obviamente no se podrían ensanchar todas las calles de la ciudad en la misma medida en que cada año aumenta el número de vehículos circulando. ¡Con qué claridad marca el tránsito nuestro estado de ánimo! Hasta hace poco nos cedíamos el paso, sacábamos la mano para agradecerlo, usábamos y se respetaban las luces direccionales. Hoy nada de eso existe y hay que ver cómo manejan los supuestos profesionales del manejo: taxistas, microbuseros, camioneros. Y en medio de esto hay quien fomenta el uso de la bicicleta. ¿Alguien lleva la estadística de ciclistas atropellados?”

EN UN DEBATE ELECTORAL el candidato Stephen Douglas llamó ‘doble cara’ a su contrincante Abraham Lincoln. Éste replicó: “Le dejo la cuestión al público. Si yo tuviera dos caras, ¿ustedes creen que usaría ésta?” (Lincoln era estrepitosamente feo.)

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