Edición 321
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Escrito por Guillermo Fárber
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Lunes, 11 de Agosto de 2014 21:15 |
Diplomacia tradicional
Paraprosdokians
Un diplomático es alguien que te manda al carajo con tal gracia, que ya te urge irte ahí. / La hospitalidad es el arte de hacer sentir a tus visitas en casa, aunque desearas que efectivamente fuera así. / El dinero no puede comprar la felicidad, pero te hace más tolerable a la desdicha. / He descubierto que grito menos si sueño que me come un tiburón gigante, que si se me cae el martillo en el pie. / Si estás tentado a combatir el fuego con fuego, recuerda que los bomberos generalmente usan agua. / Un autobús es un vehículo que va el doble de rápido si lo vas persiguiendo, que si vas adentro de él. / Si se supone que uno aprende de sus errores, ¿cómo es que tanta gente tiene más de un hijo? / Una estación de autobuses es donde los autobuses se detienen; una estación de trenes es donde los trenes se detienen; lo que yo quiero es una estación de trabajo. / ¿Cómo es que un cerillo descuidado inicia un incendio forestal, pero hace falta una caja entera de cerillos para prender una fogata? / Es mentira que con los condones se tenga sexo seguro; ya he comprado tres cajas y aún sigo virgen.
Salmones y astaxantina
Un queridopaisano me hace esta pertinente aclaración: “No se dice salmón salvaje, sino silvestre. La astaxantina es más o menos la vitamina A; es un carotenoide que da color. Creo que la flor del cempazúchitl es rica en este tipo de carotenoides, de hecho se usa en la producción de alimentos para pollos para que las yemas sean más amarillas. No se si se use en los cultivos de salmón, ni te se decir si es lo que le da la energía al salmón para nadar contracorriente en los ríos.”
La única clave está dentro de ti
Ya estoy cansado de tener esta discusión continuamente con mentes bienintencionadas y fervorosas que creen tener la “clave” de la redención del género humano para franquearle la puerta a un mundo mejor, igualitario, pacífico, fraterno, etc. Los utópicos de siempre, pues, que convirtieron el siglo XX en un inacabable infierno ideológico de ismos enemigos: comunismo, capitalismo, socialismo, fascismo, anarquismo y cien etcéteras. Cada una de estas mentes bienintencionadas tenía (y tiene) una clave favorita, solucionada la cual, se acabó todo problema: la Propiedad, la Libertad, el Estado, la Democracia, la Tecnología, la Riqueza, la Demografía, etc. Ahora me topo con uno de esos utópicos reciclados que sostiene que “la clave”es el manejo discrecional de los dineros públicos. ¡Oooootro monismo! Cuando“la clave” –como nos dicen tantos legados ancestrales— no está fuera de nosotros (en los sistemas políticos o económicos, en las relaciones de producción, etc), sino dentro de cada uno de nosotros: como es arriba es abajo, como es afuera es adentro (Kybalión). Visto en términos de la Matrix: “Toda transformación profunda de nuestro mundo solo puede traducirse en algo tangible si se hace a escala individual, borrando esa programación que hay en nuestra psique.
La única Revolución posible empieza en nuestro interior. Podríamos decir que ‘va de adentro hacia fuera’.
Cualquier cambio que solo vaya ‘de afuera hacia adentro’, es decir, que pretenda alterar el funcionamiento del Sistema alterando sus estructuras externas, está destinado al fracaso, porque en realidad, por muchos cambios sociales o económicos que se produzcan a nivel estructural, el Sistema ‘sigue ahí dentro’, intacto, instalado en nuestra psique y tarde o temprano acabará moldeando de nuevo las estructuras externas.
Por esto fracasan todas las revoluciones sociales y al final desembocan en nuevas modalidades de injusticia, abuso y desequilibrio.
Todas ellas son una estafa, un autoengaño y solo acaban sirviendo para que el Sistema mude de piel como una serpiente y se perpetúe aún más.” En fin, los bienintencionados de siempre no quieren entender esta simple verdad que la resume el Filósofo de Güémez: Estamos como estamos porque somos como somos.
OOOOOOMMMMMM
Recuerda meditar cuanto puedas, cuando puedas.
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