Edición 216 |
EL CÁRTEL DE LOS PINOS
ABRAHAM GARCÍA IBARRA
(Exclusivo para Voces del Periodista)
Perro que da en comer huevos, aunque le quemen el hocico
A raíz del gustoso encuentro que, a principios de 2009, sostuvieron en las frescas montañas de Suiza el ex presidente Ernesto Zedillo Ponce de León y el presidente designado Felipe Calderón, aquí trascendió que ambos andaban acalambrados por las especulaciones circulantes en Nuevo León, en el sentido de que el cínico y audaz Carlos Salinas de Gortari merodeaba en aquella entidad en exploración para ver si podía lanzarse como candidato a la gobernación neoleonesa, no obstante no ser nativo del estado, aunque durante su mandato la giraba de hijo putativo de Agualeguas. En los regios se cumplió la conseja de que, el que con leche se quema, hasta el jocoque le asusta.
Ahora, el asunto se pone más espeluznante: Como el innombrable vino a México a votar el 5 de julio, aprovechó la visita para emprender un periplo por la hermosa provincia mexicana, no precisamente como inocente turista. Los que conocen su instinto sospechan que, con el disfraz de facilitador social, Salinas de Gortari sondea a algunos gobernadores del PRI para saber si está en su ánimo convencer a los representantes de los estados en el Congreso
El motín por el botín
Dado que está científicamente comprobado que los del Partido Acción Nacional (PAN) disputan el poder político, no para gobernar -pues no saben hacerlo-, su fin ha sido alzarse con el botín. Para los panistas, la máxima operativa es que el fin justifica los medios. El dato central es este: De
Si se nos permite la licencia, empecemos por el principio: En el periodo citado, el Producto Interno Bruto (PIB) anual de México ha fluctuado entre los 600 mil y casi los 900 mil millones de dólares (menor que el PIB anual sólo del condado de Los Ángeles, California). El ingreso per capita (lo que, idealmente, le correspondería a cada mexicano), para efectos de estas notas, podría establecerse, en el mismo lapso, en una media de cinco mil 530 dólares. El reparto por cabeza de los socios comerciales (Tratado de Libre Comercio de América del Norte -TLCAN) es de 34 mil 280 dólares en los Estados Unidos y de 21 mil 930 dólares en Canadá. Con independencia del PIB y de la densidad poblacional en cada uno de los tres países, ese sólo indicador revela las asimetrías socioeconómicas y cómo andamos en materia de justicia distributiva en México. Si vale la precisión, esa es la tendencia histórica observada en la primera década del siglo XXI, obviamente interrumpida por el cataclismo económico mundial desencadenado desde los Estados Unidos, y en el que a México, como al perro más flaco, se le cargan las pulgas.
Si esas estadísticas dan cuenta de que el principio de justicia distributiva en México es una quimera, peor anda nuestro gobierno fallido en el campo de la justicia fiscal. En los Estados Unidos existe un padrón de 130 millones de contribuyentes activos; en Canadá, con una población notablemente inferior a la de nuestro país, causan impuestos 3.9 millones de ciudadanos, y en México, con una población de 107 millones de habitantes, el registro de causantes activos -la gran mayoría cautivos-, es de unos siete millones. Una mínima proporción de plutócratas es favorecida no sólo con la licencia para evadir, sino con regímenes especiales y la devolución de lo que hicieron como que pagaron. La criminal resultante es que, en México, un contribuyente paga por 12.1 que no lo hace. En los Estados Unidos es de uno por cada 1.2 y en Canadá uno por cada 3.9. Aún así, los de la casta privilegiada andan buscando paraísos fiscales en el extranjero.
De esa distorsión recaudatoria deriva que la hacienda pública mexicana tiene una captación de sólo 18.5 por ciento como proporción del PIB, en tanto que la de los Estados Unidos es de 29.6 por ciento y la de Canadá de 35.8 por ciento. Si se hace la comparación, por ejemplo, con Chile, allá se recauda 19.3, y en España 35.2 por ciento. En este aspecto, vale recordar que México es socio de
Visto desde otras categorías: Canadá recauda por concepto de Impuesto sobre
El pastel y sus comensales
Del ingreso fiscal, el gobierno federal engulle 96.6 por ciento de la captación global. Para ilustrar el dato con números absolutos, el Presupuesto de Ingresos del gobierno calderonista para 2009 aprobado por
Veamos la monstruosidad desde otro ángulo: De su hipotético producto per capita (cinco mil 530 dólares) cada mexicano aporta 420 dólares (7.6 por ciento) para engordar a su burocracia; mientras que cada estadunidense (34 mil 280 dólares per capita) entrega 127 (0.4 por ciento) y cada canadiense (21 mil 930 dólares), 443 (dos por ciento). Desde otro enfoque, los mexicanos contribuyentes gastan por funcionario público mil 616 dólares (29.3 por ciento); los estadunidenses, dos mil 212 (6.5 por ciento) y los canadienses, tres mil 428 (15.6 por ciento). Peor aún: Para pagar deuda pública, cada contribuyente mexicano tiene una carga de dos mil 244 dólares; cada estadunidense mil 354 y cada canadiense cuatro mil 760. El despojo se clarifica si lo ponemos en números relativos en relación con el ingreso per capita: Por contribuyente mexicano, 40.5 por ciento, por estadunidense 3.9 y por canadiense 21.7 por ciento.
Porqué estamos como estamos
En otra línea del análisis, el de la política social, tenemos que Canadá gasta en Educación 6.6 por ciento de su PIB; los Estados Unidos, 4.7 y México sólo 3.5. En el renglón de Seguridad Social, los Estados Unidos captan 6.9 por ciento y gastan 4.7; Canadá, 5.1 por ciento y gasta 3.8 y México ingresa sólo tres por ciento y gasta 2.3 por ciento.
Antes de continuar, urge una acotación, no tan accesoria: Si, por ejemplo, en los Estados Unidos, el Congreso pasa por cerrados filtros cada dólar de presupuesto autorizado a
Alí Fox y sus 40 ladrones
Ese perverso y persistente fenómeno está documentado en la revisión de cada una de las Cuentas Públicas de Vicente Fox y en las primeras de Felipe Calderón. De nada vale la existencia de
Pruebas al canto: Durante el sexenio de Fox, se fueron al hoyo negro más casi 600 mil millones de dólares de ingresos petroleros, sólo para nombrar el caso de dilapidación más escandaloso e impune. En la revisión de la primera Cuenta Pública de Calderón, correspondiente a 2007, realizada por
Para el macabro
El de “las manos limpias”
De dudosa extracción electoral legal, el presidente designado simuló de entrada -en diciembre de 2006- un rapto espectacular dirigido a las pantallas televisivas, anunciando un decreto de superausteridad que, a la larga, ha resultado un parto de los montes. Simulación, repetimos, con la que se pretendía como contraprestación popular un gramo de legitimidad.
Ya para 2008, Calderón había incrementado el gasto de operación del aparato burocrático en 14 por ciento respecto de 2007. Si la inversión productiva, según lo delatan hasta las cúpulas empresariales, se da a cuenta gotas, si se da, el ejercicio del gasto corriente se ejerce a tambor batiente. A estas alturas conviene subrayar que este concepto abarca adquisiciones, (“servicios personales”:) pago de salarios, retabulaciones, compensaciones y bonos, y un infinito etcétera de coartadas administrativas, entre las que aparecen, obviamente, la creación de nuevas plazas y despilfarro en publicidad. Ay, las ansias de competir con Brad Pitt.
De esa colosal inmoralidad pública hablan, sin agotar el inventario, dos casos representativos: Del sector central de la administración federal,
Eso de hacer la caridad con dinero ajeno parece el santo y seña de los gobiernos panistas: Entre Fox y Calderón, sólo en cinco años, han firmado a pasto nombramientos para los cuates. Precisamente en
Aún hay más, que diría el clásico, pues, acerdada, la burocracia no tiene llena: En pleno remesón del vendaval económico, que obliga a hacer arbitrarios recortes al presupuesto de 2009, el mero catarriento recortador Agustín Cartens se asigna 730 millones de pesos adicionales, seguramente con cargo a la nueva deuda contratada o por contratar; para no ser menos, el caballo negro de los filántropos, Alberto Cárdenas Jiménez jala para su molino (Sagarpa) 334 millones de pesos adicionales, mientras que los precios de los alimentos se disparan un 135 por ciento. Y, como en arca abierta hasta el justo peca, por el mismo carril transitan el inútil secretario de
¿Qué Calderón presenta los “nuevos” criterios de política económica para 2010. Je je je. Que los diputados se aprestan para afilar el machete de la austeridad en el gasto de 2010. Ja ja ja ja ja ja. A mi acerdada oligarquía no me la tocan.
El término empleomanía se acuñó en México desde que, en la segunda parte del siglo XIX, la mayoría de los mexicanos buscaba una ocupación en el gobierno. Con ese antecedente, desde que el partido de
Ya con Vicente Fox, el tronco de las familias-custodia del PAN,
EL MÁS AUDAZ E IMPUNE SAQUEO CONTRA LA ECONOMÍA MEXICANA
¿Para qué le gustan al lector estos nombres: Salinas de Gortari, Zedillo Ponce de León, Francisco Ruiz Massieu, Felipe Gómez Mont, Carlos Cabal Peniche, Carlos Abascal Carranza, Fauzi Hamdan, Lorenzo Servitje Sendra, José Patricio Zolino García, Gerardo de Prevoisin, Diego Gutiérrez Cortina, Michael Mackey...? ¿Y las siguientes denominaciones -“personas morales” se les llama para efectos jurídicos: Fondo Bancario de Protección al Ahorro (Fobaproa), grupo Financiero Anahuac, CBI Grupo Financiero, Banco del Atlántico, Banco Bital, Aeroméxico, Casa de Bolsa Monex, Gutsa, etcétera?
La historia reciente de México los asocia con el mayor saqueo a la economía pública -hoy denominado en billones de pesos-, coagulado en las podridas panzas del Fobaproa-IPAB que, aunque transitó por la ahora Comisión Nacional Bancaria y de Valores,
DE CÓMO LA ASISTENCIA PÚBLICA DEVIENE EN NEGOCIOS PRIVADOS
Desde que en México se instituyó la licencia para robar, a nadie sorprende que hasta los fondos para la asistencia pública hayan parado en fabulosos negocios privados. Verbigracia: En casi dos siglos de existencia, nunca como en los últimos años instituciones para esos fines, como
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