Mario de la Reguera, Viviana Corcuera y Andrés Roemer
Mario de la Reguera fue objeto de una cena—homenaje que le ofreció el empresario Guillermo Ocaña en su piso de Polanco. Y claro: el periodista cumplió 60 años de edad y 35 en la hermosa y difícil profesión que es el periodismo.
De la Reguera, cronista de sociales y de espectáculos es –junto con Sánchez—Osorio y el que esto escribe-- uno de los más destacados iconos de la crónica social en México. Ocaña apuntó que “nuestro amigo es ampliamente querido en todos los sectores y nadie se salva de su ironía y sentido del humor. Mario ha sabido hacer amigos”. Allí, en el fantástico y bien decorado piso del anfitrión, vi a María Victoria, Norma Lazareno, Ingrid Yrivarren (ahora aparece acompañada de Adrián Niño de Rivera), Luis Gálvez, Ana Elena López Castro, Humberto Hernández, Nicolás y Elia Aboumrad; León y Raquel Bessudo; Marion Lanz Duret, Claudio Rodríguez, José Herrera, Martha Julia (una de las mujeres más hermosas del país), Alfredo Palacios, “emulando” a Michael Jackson; y otros.
Igualmente, Viviana Dellavedova de Corcuera abrió las puertas de su nueva residencia de Lomas--Altas para agasajar a Paty Núñez de Ruiz Healy (ubicada en San Antonio, Texas, junto con su marido el periodista Juan Ruiz Healy), quien es una de las mejores promotoras y art—dealers de Texas. Una de sus residencias en Alamo Hights la convirtió en una de las mejores galerías de los Estados Unidos. Juan Ruiz Healy no acudió a casa de Viviana pero vimos a Paty Barrios—Gómez, Fernando Lerdo de Tejada, Marinela Servitje (maestra en el arte de escuchar y toda una líder al opinar del contorno de la influenza en México, además de que en el terreno de la política, tanto su padre, don Lorenzo Servitje, como su familia Lerdo de Tejada, le respetan sus opiniones políticas), Carlos Moreno, Pedro Friedeberg, la familia de Martín Olavarrieta en pleno; Eduardo Solórzano, Ylse Meyer, quien volvió por sus fueros y ahora trabaja en el periódico La razón, que dirige Pablo Hiriart; y Macarena Gutiérrez.
También, el maestro y escritor Andrés Roemer descolgó otro almanaque y reunió a más de 150 personas en su casona de la Plaza de Río de Janeiro. Por supuesto, José Luis Cuevas y Beatriz Bazam fueron los últimos en irse. Víctor Gordoa acudió con su esposa Patricia Ocaña, mientras que Carlos Olmos –uno de los más exitosos comunicadores en el sector salud-- estuvo de entrada por salida. Pero vi también a Sergio Gotlieb, Natalia Farías, al embajador Miguel Angel Orozco Deza; Yadira de la Garza, Irma Fajardo, Fernando y Alejandra Solís Cámara; la embajadora Manuela Vulpe; Pedro Ojeda Paullada, Carmiña Peralta, Luis Arrmando Melgar (director de Canal 40) y muchos más.
Y hasta la próxima, ¡abur¡
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